La Guardia Civil cuenta desde este sábado en Canarias con su primera patrullera de más de 30 metros de eslora, pues estrena la embarcación Río Miño, de 52 metros y autonomía para 22.000 millas, lo que le permitirá vigilar y rescatar inmigrantes más allá de las fronteras españolas.
La nueva embarcación cubre un hueco “importante” en los medios de la Guardia Civil y servirá para detectar “barcos negreros”, cuya existencia fue calificada por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, como un “anacronismo”.
Camacho, quien presidió el acto de entrega de la patrullera en Las Palmas de Gran Canaria, rechazó las críticas vertidas por el sindicato unificado policial referentes a la lentitud del nuevo barco o al personal que lo integra, pues aseguró que basta ver la embarcación para comprobar que se trata de una estrategia sindical que no responde a la realidad.
Camacho garantizó, por otra parte, que la actuación de la Guardia Civil en aguas internacionales no plantea dudas jurídicas ni el hecho de que una parte “pequeña” del personal de la patrullera, por una cuestión legal, no pertenezca a la Guardia Civil, cuyos agentes, en cualquier caso, serán los que realicen las operaciones.
Del mismo modo, restó importancia a la retirada de un barco italiano del dispositivo Frontex en los últimos días, pues es un despliegue internacional indefinido del que se retirarán e incorporarán medios continuamente.
La política de inmigración, explicó durante el acto, precisa soluciones complejas basadas en incrementar los medios y la coordinación entre ellos, así como contar con el apoyo internacional.
Dicha política, aseguró, ha dado como resultado que la cifra de pateras llegadas a Canarias haya bajado con respecto al año pasado, pues si bien en los últimos días se han registrado llegadas de cayucos, los datos hasta agosto revelan que se ha pasado de recibir algo más de 24.300 inmigrantes a menos de 9.400.
La situación del año pasado fue “muy difícil”, por lo que el Ministerio de Interior no dudó, dijo, en poner en marcha actuaciones urgentes para hacer frente a la crisis humanitarias con acciones ajustadas a la geografía y realidad de Canarias.
El proyecto Atlántida, recordó, se encuentra en fase de estudio y conllevará un importante presupuesto para mejorar las medidas de control en el periodo 2007-2012.
Además, la primera sede del futuro Centro Nacional de Vigilancia de Fronteras Marítimas se ubicará en las islas, apostilló.
La nueva embarcación de la Guardia Civil es un pesquero que reunía las condiciones necesarias para ser adaptado a una nueva función y tiene capacidad para 225.000 litros de combustible y 19.000 de agua más dos depuradoras capaces de generar 3.000 litros de agua diarios cada una.
Su velocidad es de 12 nudos, aunque cuenta con embarcaciones rápidas para intervenciones en alta mar, y su autonomía alcanza los 85 días.
La última tecnología en comunicaciones y vigilancia, así como diversidad de áreas y servicios para más de 30 tripulantes y sala de náufragos, son algunas de sus dotaciones, entre las que destaca un sistema de extinción de incendio automático.
Sus funciones serán el control de la inmigración ilegal, la vigilancia marítima, el salvamento de personas, actuaciones humanitarias y la lucha contra la contaminación.