La Guardia Civil detiene a siete personas por una estafa al Servicio Canario de la Salud

EFE

Santa Cruz de Tenerife —

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La Guardia Civil ha informado este miércoles de que siete personas, entre ellas tres médicos, un farmacéutico y dos empresarios, han sido detenidas en Tenerife por los supuestos delitos de estafa al Servicio Canario de la Salud, falsedad documental, contra la salud pública y pertenencia a banda criminal.

La estafa supera los dos millones de euros y la operación de la Guardia Civil se inició después de que en 2014 se detectase que una farmacia de la capital tinerfeña dispensaba un grupo de fármacos de alto coste y la mayoría prescritos por el mismo médico, el cual ejercía en un centro de salud de Geneto y luego en San Benito, en La Laguna.

La cantidad estafada esta en torno a 1.723.586 euros “sólo” en los años 2017 y 2018, según la empresa de programación que lleva el mantenimiento del sistema informático del Servicio Canario de la Salud, indica la Guardia Civil.

La venta de esos fármacos era tan “extremadamente alta” que la farmacia investigada llegaba a facturar más dosis de las que facturaban el resto de establecimiento de este tipo en todo el archipiélago canario, se indica en un comunicado del instituto armado.

Agentes de la Guardia Civil e inspectores de la oficina de Uso Racional del Medicamento analizaron las recetas electrónicas para dispensar los fármacos, y localizaron al núcleo principal de la red, formado por un médico de familia, un farmacéutico y un empresario.

El médico de familia emitía de forma “masiva” recetas electrónicas a favor de pensionistas o personas con derecho a la máxima subvención que ni siquiera pertenecían a su cupo de pacientes y además de desconocer la actividad delictiva ni siquiera tenían las dolencias para las que se emitían las recetas.

También se comprobó que las recetas electrónicas se dispensaban sólo en una farmacia de la zona centro de la capital tinerfeña, y por ello muy alejada del centro de salud del médico.

Los investigadores comprobaron que un empresario actuaba de enlace entre médico y farmacéutico y era el “principal promotor” de la actividad, se agrega en el comunicado.

Los agentes de la Guardia Civil registraron la consulta médica, la farmacia investigada y los domicilios de los tres investigados, así como una tienda de ropa del empresario, e intervinieron documentación sanitaria y material informático que permitió conocer el funcionamiento y las ramificaciones de la organización.

Según la Guardia Civil, el médico localizaba pacientes en la base de datos del Servicio Canario de la Salud y simulaba en el sistema informático que había mantenido una consulta, para a continuación imprimir un plan de tratamiento que entregaba al empresario, el cual lo entregaba en la farmacia, donde se iniciaba la dispensación de los fármacos.

El beneficio del farmacéutico radicaba en que, si bien facturaba al Servicio Canario de la Salud, el medicamento no era despachado y podía venderlo en numerosas ocasiones, pues la caja permanecía en el almacén de la farmacia, se explica en el comunicado.

En cuanto a las ramificaciones, la Guardia Civil indica que en el municipio tinerfeño de Güímar una empresaria de una residencia de la tercera edad, actualmente cerrada, utilizaba a un médico de familia del centro de salud del municipio para extender recetas electrónicas a personas ingresadas en el centro y que luego se llevaban a la farmacia de Santa Cruz.

En este caso se dispensaban solo algunos fármacos prescritos pero se facturaban todos los que figuraban en las recetas.

Otra ramificación se detectó en el municipio de Adeje, donde los agentes comprobaron la misma forma de actuar que en Güímar.

La Guardia Civil señala que también se ha desactivado una actividad ilícita que consistía en dispensar y administrar anabolizantes de forma clandestina en la misma farmacia de Santa Cruz de Tenerife, donde los clientes concertaban citas por teléfono con el propietario o alguno de sus empleados, que inyectaban las dosis.

Además, el propietario de esta farmacia “estaba ultimando” la venta de la misma por un importe muy superior a su precio real, para lo que utilizaba como “engaño” los importes mensuales que facturaba al Servicio Canario de la Salud y que “nada” tenían que ver con los reales.