La salsa ketchup se asocia muchas veces a la comida basura y es una de las favoritas de los más pequeños. Los últimos estudios científicos revelan que la visión que muchos tienen sobre ese producto debe cambiar a mejor. La salsita de marras es absolutamente recomendable para combatir el cáncer.
Un grupo de investigadores del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, dirigidos por la doctora Montaña Cámara ha realizado un compendio de los estudios más relevantes publicados hasta el momento que relacionan el consumo de licopeno, a partir de tomate y derivados, con la prevención de distintos tipos de cáncer.
El consumo del tomate, gracias al efecto beneficioso que tiene el licopeno -carotenoide naturalmente presente en los tomates y derivados-, reduce la incidencia de distintos tipos de cánceres, especialmente frente al cáncer de próstata. Más de 28 ensayos clínicos, realizados en los diez últimos años, han encontrado una asociación estadísticamente significativa entre la ingesta de licopeno procedente de tomate fresco y derivados y la prevención de distintos tipos de cáncer debido a la acción antioxidante del mismo y a los distintos tipos de actividad biológica que se sugieren: inhibición de la proliferación celular, efecto anti-carcinogénico y actividad anti-aterogénica al intervenir en la comunicación intercelular (responsable del crecimiento celular) y modular los mecanismos inmunológicos.
Precisamente, uno de los estudios más recientes publicados al respecto dirigido por Cámara revel que es en el ketchup (dentro de los derivados de tomate) donde se encuentran los mayores niveles de concentración de licopeno (hasta 25 miligramos por cada 100 gramos), muy por encima de otros como el gazpacho (menos de 5mg/100g), la salsa de tomate, el zumo de tomate, el tomate triturado o tomate pelado. El licopeno también está presente en el tomate fresco en cantidades variables en función de la variedad analizada y a su distinto grado de madurez (entre tres y 43 mg/100 g).
Absorción en el intestino
Además, diversos estudios científicos avalan el contenido de licopeno de los derivados de tomate por su estabilidad al procesado y su mejor biodisponibilidad, debido a sus características liposolubles. La absorción de licopeno se produce en el intestino tras liberarse de la matriz que lo contiene, algo que se favorece calentando la matriz o disminuyendo el tamaño de partícula, de ahí que los derivados del tomate, al ser productos procesados, favorezcan más su absorción. Las principales áreas corporales de distribución de este principio activo son la glándula adrenal, el hígado, el tejido adiposo, la próstata, riñones y ovarios.
El pico máximo de concentración se detecta a las seis horas después de la ingestión teniendo posteriormente un tiempo de vida media de 12 a 20 horas. Siendo su biodisponibilidad mayor en los productos de tomate procesados, que en los frescos.
Respecto a las condiciones de uso, una ingesta diaria de entre siete y 10 miligramos de licopeno se puede considerar como adecuada para ejercer su acción beneficiosa. Estas cantidades se consiguen con una ingesta de una ración de gazpacho ó zumo de tomate de 250 ml (un vaso), 100 gramos de salsa de tomate ó tres raciones de 10 mililitros (tres bolsitas) de ketchup. Recomendaciones a seguir en cuenta, precisamente cuando mañana se celebra el Día Mundial contra el Cancer.