El Consejo de Ministros ha aprobado el contrato adjudicado a la empresa Indra con un importe de 330.500 euros para poner en funcionamiento a partir del 29 de junio en La Gomera una prueba piloto de la aplicación móvil para el rastreo de contactos con contagiados por COVID-19. Se hará mediante una simulación de cara a su funcionamiento en todo el territorio nacional con el objetivo de ayudar a prevenir rebrotes.
La Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia) ha explicado en un briefing con periodistas que se ha descartado el sistema de geolocalización que han utilizado países como Corea del Sur para evitar una invasión a la privacidad, principal quebradero de cabeza para el desarrollo de una aplicación “sin precedentes”, que comenzó el 16 de abril. De esta manera, se ha optado por utilizar tecnología de radiofrecuencia bluetooth para medir distancias que no recoja “ni un solo dato personal”.
En San Sebastián de La Gomera, la idea es introducir una campaña de promoción para que se descarguen la aplicación de manera voluntaria, disponible tanto desde Android como iOS, entre 2.800 y 3.000 personas y se reclutarán a 300 colaboradores voluntarios que simularán estar infectados y pasearán por la Isla. El sistema avisará por medio del teléfono a cualquier ciudadano que haya estado a menos de dos metros de un contagiado “virtual” durante más de 15 minutos.
Para ello, la aplicación “hace que el teléfono sea como una antena”, según la Sedia, es decir, al cruzarse usuarios que tengan esta tecnología instalada y activada, se intercambian códigos que no contienen ninguna información sobre las identidades. Si una persona ha estado en contacto con un contagiado durante el tiempo y la distancia establecida en el protocolo, recibirá un mensaje indicándole que consulte con la unidad de rastreadores de la sanidad canaria para comprobar si ha contraído la enfermedad. Todo ello, de forma voluntaria.
El objetivo del piloto es comprobar si la aplicación funciona correctamente y se puede poner en funcionamiento en todo el territorio nacional o precisa de un resideño. En este sentido, cada comunidad autónoma podrá decidir si implementa el uso de esta tecnología en sus sistema sanitario y el protocolo a seguir.
Además, el Gobierno de España ha optado por utilizar el modelo de rastreo de contactos descentralizado, en el que los datos sobre los contactos se almacenan solamente en el teléfono de cada usuario, en lugar del centralizado, en el que es el Estado quien se encarga de almacenar y controlar las bases de datos.
Países como Francia y Gran Bretaña optaron por este segundo modelo, con resultados negativos porque la aplicación a penas ha sido descargada ante las incompatibilidades surgidas con Android o IOS y, en el caso de Reino Unido, ya han decidido cambiar y descartar el sistema inicialmente elegido. Alemania, que viró hacia el descentralizado, ha obtenido una buena respuesta con más de 10 millones de descargas. El objetivo es lograr que las aplicaciones implementadas en cada país sean interoperables.
Desde la Sedia han explicado que han tardado dos meses en desarrollar y lanzar la aplicación porque quería que la pandemia estuviese controlada para no someter a más tensión al sistema sanitario y sin todas las garantías de fiabilidad. Así, consideran que España no llega tarde pues se han cumplido los plazos que se han marcado para utilizar esta tecnología con la máxima seguridad y precisión.