La sociedad canaria condena la violencia machista tras el hallazgo del cuerpo de Olivia, una de las niñas secuestradas por su padre en Tenerife

Natalia G. Vargas

Santa Cruz de Tenerife —
11 de junio de 2021 21:14 h

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Canarias ha salido a la calle este viernes para condenar la violencia machista, después de que fuera localizado el cadáver de Olivia, una de las dos niñas secuestradas en Tenerife por su padre. Tomás Gimeno tenía que haber devuelto a sus hijas a casa de su expareja la tarde del 27 de abril, pero no lo hizo. Ese día, advirtió a Beatriz a través de una llamada de teléfono que “no las volvería a ver”. Después de una larga investigación que aún no ha terminado y de más de un mes esperando noticias de las menores, el buque de búsqueda Ángeles Alvariño encontró este jueves el cuerpo sin vida de la hermana mayor dentro de una bolsa de deportes atada a un ancla a 1.000 metros de profundidad. La prueba de la huella dactilar ha probado este viernes que el cadáver corresponde a la niña de seis años, según el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

La noticia ha conmocionado a todo el país. En el Archipiélago, se convocaron minutos de silencio durante la mañana en todas las islas y la población canaria ha salido esta noche a las calles para mostrar su repulsa contra la violencia vicaria, un término acuñado desde la psicología y que hace referencia a la ejercida en el marco de la violencia de género con el objetivo de hacer daño a una mujer a través de sus hijos, por el vínculo afectivo que el maltratador conoce que siente la madre hacia ellos. La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha advertido que Tomás Gimeno “no es un loco o un asesino en serie”, sino la cara del machismo de ese hombre “que no tolera la libertad de la mujer o su igualdad”. En una entrevista concedida a Radio Nacional de España, Rosell ha señalado además que ya son 41 los menores asesinados por violencia machista desde 2013 y cuatro huérfanos en 2021.

El movimiento del barco en los últimos días “hacía temer lo peor”, ha lamentado Rosell. El 29 de mayo llegó a Tenerife el buque con sonar y robot submarino, para que la Guardia Civil comenzara a rastrear el fondo submarino en un área delimitada por el geoposicionamiento del móvil de Tomás Gimeno. Las autoridades obtuvieron esta pista a través de un duplicado de su tarjeta horas después de que se le perdiera el rastro el 27 de abril. Una semana después, el equipo de búsqueda localizó a 1.000 metros de profundidad al sur de la isla una botella de oxígeno y una manta que pertenecían a Tomás Gimeno.

El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, ha recordado que el Ángeles Alvariño tenía previsto concluir sus labores de rastreo el pasado lunes, pero fue este hallazgo el que hizo que permaneciera en el lugar. La embarcación trabaja sin interrupción las 24 horas del día. Además, Pestana ha insistido en que el buque oceanográfico seguirá buscando a Anna, la hermana menor de tan solo un año, y a su padre, Tomás Gimeno, al menos hasta el próximo lunes 14 de junio. ''Habrá que ver si vamos a necesitar que se quede algunos días más“, añadió. En este momento, la investigación se encuentra bajo el secreto de sumario decretado por el Juzgado de Instrucción Número 3 de Güímar.

El director del Instituto Europeo de Psicología Positiva, Juan Nieto, ha subrayado la importancia de encontrar el cuerpo de Anna, porque esto permitirá a su madre “cerrar ese capítulo y comenzar el siguiente”, aunque será una “experiencia tremendamente dolorosa''. Según Nieto, la primera tarea psicológica a la que se tendrá que enfrentar Beatriz es el ”reconocimiento de la realidad de la pérdida“.

Así, el Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes se ha puesto a disposición de la familia de las niñas desaparecidas en Tenerife para tratar de minimizar en la medida de lo posible el impacto recibido. Además, ha alentado a la sociedad a no emitir conjeturas ni canalizaciones que ''pueden hacer mucho daño''.

Justicia feminista

La ministra de Igualdad, Irene Montero, también ha asegurado este viernes que le ''pesa'' no haber llegado a tiempo ante casos como el de Anna y Olivia. ''No hay palabras para acompañar a Beatriz en estos momentos de terrible dolor“.

“La madre de estas niñas necesita el apoyo del conjunto de la sociedad”, pero también“ justicia feminista”. En esta línea, ha recordado que este 24 de junio entra en vigor la nueva Ley de Protección a la Infancia. Esta norma prevé, entre otras cosas, impedir las visitas entre menores y padres investigados por violencia de género. En los casos en los que haya una orden de protección en vigor y existan indicios fundados de que los menores hubieran sufrido o convivido con la violencia machista sufrida por las madres, el juez o la jueza debe suspender las visitas, la estancia y la comunicación.

Diferentes expertas coinciden en que un maltratado nunca puede ser un buen padre, ya que al haber ejercido violencia contra la progenitora rompen la estabilidad de los niños y niñas, afectando a su estabilidad emocional, psíquica y cognitiva. La portavoz del Foro contra la Violencia de Género de Tenerife, Elisa Pérez Rosales, sostiene que ''se tiende a pensar en el padre como el patrón, el amo y quien controla todos los miembros de la familia, incluida la mujer''.

La nueva Ley también prohibe el uso del Síndrome de Alienación Parental (SAP), un supuesto síndrome sin aval científico que sirve para retirar custodias a mujeres presumiendo que los menores se encuentran manipulados por sus madres.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, también ha condenado la violencia vicaria por ser ''doblemente salvaje'' al buscar el dolor de la mujer y de sus hijos. El socialista ha lamentado la ''jornada negra'' que ha sufrido España este jueves, en el que no solo se confirmó la muerte de Olivia, sino que también el exnovio de Rocío Caíz, la joven de 17 años desaparecida desde el 2 de junio en Sevilla, se entregó ante la Guardia Civil y confesó que la había matado.

Tomás Gimeno tiene antecedentes penales por amenazas y peleas. A finales de 2020 amenazó verbalmente a la madre de las niñas, como ella misma alertó pese a que no presentó denuncia. A pesar de ello, se puso en marcha el sistema Viogen y los agentes hicieron un seguimiento de oficio.

La investigación

Antes de que se le perdiera el rastro a Tomás Gimeno, un vigilante del puerto vio cómo el padre de las niñas sacó de su coche y cargó en un barco bolsos, maletas y bolsas de ropa. Después de meterse en el mar durante una hora y media, volvió a tierra y fue con su coche a una gasolinera cercana para comprar un cargador de móvil. El barco fue localizado horas más tarde sin ocupantes y a la deriva, a más de una milla del Puertito de Güímar. Los investigadores encontraron sangre de Gimeno en la embarcación.

El 29 de abril, los medios aéreos y marítimos desplegados peinaron la zona por la que sospechaban que pudo haber transitado la embarcación. Este dispositivo estuvo integrado por agentes de la Guardia Civil, efectivos de Salvamento Marítimo y por un helicóptero del 1-1-2 del Gobierno de Canarias. Mientras tanto, un grupo de la Policía Judicial de la Guardia Civil revisaba la embarcación en la dársena pesquera del puerto de Santa Cruz.

Asimismo, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar, en Tenerife, incoó las diligencias previas en relación con la desaparición por la presunta comisión de un delito de secuestro. Ese mismo día, fue localizada una silla infantil de retención de vehículos flotando en el mar. Al día siguiente se confirmó que la sillita era propiedad de la familia. Mientras tanto, la Guardia Civil realizó hasta cinco registros en la casa del padre.

El 3 de mayo la Guardia Civil certificó que el padre hizo una transferencia de 55.000 desde una de sus cuentas corrientes a otra el día antes de secuestrar a sus hijas. Cinco días más tarde, se hizo público que Gimeno “no soportó la idea” de que su expareja tuviera otra relación. Este 10 de junio, apareció el cuerpo de Olivia.

Los investigadores nunca descartaron que las menores pudieran haber sido asesinadas desde el primer momento, cuando su padre no devolvió a las niñas a casa de su madre, con la que mantenía un convenio de custodia compartida. El hallazgo del cadáver ha reforzado la tesis de que las menores fueron asesinadas el pasado 27 de abril, antes de que el padre telefoneara a su madre para comunicarle que no las volvería a ver jamás y que él se encargaría de cuidarlas.

''Esta violencia que se ejerce contra las mujeres madres para golpear donde más duele es una cuestión de Estado. No más violencia vicaria'', sentenció minutos más tarde la ministra de Igualdad. Este tipo de violencia es, según la directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI), Kika Fumero, una violencia ''instrumental'' que utiliza a los hijos para ''.causarle a la mujer un daño mayor si cabe del que podría realizarle a ella si la amenazara directamente''.