La telefonista de la emisora de la central de radiotaxi aseguró este miércoles que escuchó la voz del acusado Roberto Carlos Jurado Almeida al recibir la llamada de auxilio del taxita Antonio Hernández Rosales antes de ser asesinado durante un atraco la mañana del 9 de abril de 2002 en Gran Canaria.
“Volví al día y hora del suceso”, explicó la testigo protegida al identificar la voz de Jurado Almeida en la primera prueba de voz a la que se sometió a los tres acusados, en la tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra los tres jóvenes como presuntos autores de los delitos de asesinato y la tentativa de robo con violencia.
La testigo, cuya emoción obligó a interrumpir su declaración, ofreció su testimonio tras un biombo y con la voz trucada para evitar su identidad, y señaló que también esuchó la voz de otra persona, que, chistando, mandó a callar al taxista.
La telefonista, que había entrado a trabajar ese día a las seis de la mañana, explicó que se encontraba “descansada” cuando recibió sobre las 07.55 la llamada de auxilio de su compañero.
Así mismo, manifestó que las voces que escuchó junto a la del taxista eran de personas jóvenes y que a través de la emisora “se oyen bastante bien”.
Indicó que fue sometida a la primera prueba de voz en el juzgado de instrucción el 1 de marzo de 2004 y que, posteriormente, el 1 de febrero de 2005, se repitió otra en la que volvió a identificarlo.
Según la telefonista, trabajando en una central de radiotaxi seis días a la semana y escuchando tantas voces se diferencian los matices.
La novia de uno de ellos se “sinceró”
Otra testigo declaró al tribunal jurado que compartió en octubre de 2003 una celda de una comisaría en la capital grancanaria con la compañera sentimental de Jurado Almeida cuando ocurrieron los hechos, y que ésta se “sinceró” con ella en las 72 horas que estuvieron juntas y le dijo que su novio “había matado a un taxista”.
La testigo añadió que se lo comunicó a un agente porque lo que le contó le “pareció un poco fuerte”.
Un primo de Jurado Almeita, que fue a visitarle a la cárcel el 10 de agosto de 2002, testificó que lo encontró deprimido “porque le estaban metiendo un muerto por la cara” y negó que éste le dijera que se iba a “chivar” de la implicación de los otros dos acusados.
Roberto Carlos Jurado Almeida, de 24 años, y los otros dos acusados, Jauad Soussy, de 24, y Ángel Yeray Santana Márquez, de 25, en su declaración ante el tribunal jurado, han negado la autoría de los hechos y sus defensas solicitan su absolución.
Los tres se enfrentan a unas penas que oscilan entre los de 22 años de prisión que solicita la fiscal por los delitos de asesinato y la tentativa de robo con violencia, y los 30 que demanda la acusación particular ejercida en representación de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi de Las Palmas.