Mejoras en la accesibilidad y más información sobre las obras que se están realizando en el barrio de el Risco de San Nicolás, en Las Palmas de Gran Canaria, son las principales demandas que los vecinos pusieron sobre la mesa este jueves en una rueda de prensa convocada por distintos colectivos.
Los vecinos del histórico barrio de la capital grancanaria convocaron este acto en calidad de reivindicación ante la falta de medidas institucionales que consideran que está llevando a cabo el Consistorio. Tras la lectura del manifiesto El Risco se hace visible, una vez más, portavoces de los distintos colectivos reunidos expusieron su posición respecto a las acciones del Ayuntamiento, especialmente tras las obras del Mirador de Punta de Diamante, que consideran que les ha dejado aislados.
Tana, vecino del barrio, hizo referencia a los tres millones de euros que, según informaba el pasado 18 de junio el concejal del área de Urbanismo del Ayuntamiento, Javier Doreste, se dedican a obras para la mejora de la accesibilidad en el barrio. “El área de urbanismo ha puesto en marcha un proyecto participativo que ha contado con la colaboración de niños del barrio, pero cuestionamos que solo eso sea considerado participación vecinal, al resto no se nos informa de ese proyecto”, aseguraba Tana. Además, dos tercios de la financiación con cargo al Fondo de Desarrollo de Canarias corresponden a la plaza ubicada entre las calles Álamo y Primero de Mayo.
Los vecinos manifiestan que en San Nicolás existen otras necesidades más perentorias que cubrir, como es el caso del ascensor del centro cívico, en inutilidad desde la inauguración del espacio en abril de 2016. Exigen que se ponga en funcionamiento de forma que se cumpla así con la ley de accesibilidad, al tratarse de un local de titularidad municipal.
“Hemos pasado 144 días de aislamiento por la creación del mirador Punta de Diamante, mirador para la ciudad, y que no puede ser considerado como una inversión para el barrio, pues lo único que ha traído es una situación insostenible de aislamiento y marginación”, denuncia Jose, de la Asociación Cultural y Vecinal Cofiris, en referencia al cierre al tráfico de la calle Sierra Nevada por las obras para el mirador, que han obligado a inhabilitar cuatro paradas de guagua en dicha calle.
También se hizo referencia a la participación vecinal, la cual, según las entidades convocadas, continúa siendo obviada por parte de Doreste. Dicen sentirse ninguneados, lo cual sostienen resulta curioso, pues en los Presupuestos Participativos su propuesta de saneamiento de una calle que vierte aguas fecales al barranco de Guiniguada, obras que aún no han visto que hayan comenzado, fue la más votada. Denuncian que, a pesar de que son los propios vecinos del barrio capitalino los que se dedican en gran parte al mantenimiento de las calles y edificios, no son escuchados por parte de la Concejalía de Urbanismo y no se les da la información suficiente acerca de los proyectos que se llevan a cabo en El Risco.
Por último, solicitan la existencia de un interlocutor válido que logre llegar a acuerdos con el Ayuntamiento, además de la creación de un Foro, como ya tienen otros barrios como La Isleta, para continuar con las reuniones periódicas de los distintos colectivos y actores principales del barrio, y así fortalecer el trabajo comunitario en la zona.