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Coalición Canaria mantiene el escaño de Oramas aunque pierde 5.000 votos

Con solo el 2% escrutado, los resultados provisionales ya daban un escaño a Coalición Canaria en el Congreso de los Diputados. Tal vez por eso, y porque a diferencia del 20D, esta vez había cátering, aire acondicionado y una pantalla de televisión para seguir en directo el recuento, el ambiente en la sede de los nacionalistas canarios era más animado que en diciembre.

Si entonces la pérdida de un escaño y la sangría de votos fue recibida como una embestida inesperada, en esta ocasión el escaño de Ana Oramas, aunque solitario, es traducido como un éxito porque se ha logrado la meta fijada en esta campaña electoral: mantener la presencia del partido en Madrid.

A las 21.30 horas se produjo la primera valoración oficial de la mano de Cristina Valido, cuando el escrutinio llegó al 50%. La secretaria de comunicación se apresuró a felicitar al PP, el “claro vencedor” de estas elecciones, para luego afirmar que con los datos que tenían en ese momento, Ana Oramas sería de nuevo diputada. Por tanto, “optimismo, aunque también prudencia”, por si acaso.

Con la sala de prensa llena, avanzaba el recuento y comenzaba a menguar el porcentaje de votos recibidos por CC. La tranquilidad inicial se mantenía con el avance de la noche, pero todos los ojos estaban puestos en ese frágil escaño. Había movimiento en los números de Ciudadanos y PSOE, pero no en el de Coalición. La tensión comenzó a disiparse al superar el recuento el 80%.

Ana Oramas compareció por fin sobre de las 22.30 horas, arropada entre otros por el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo y el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez. “Satisfechos”, dijo, porque habían resistido a pesar del “apagón informativo en los medios de comunicación nacionales”.

Su comparecencia, breve y efusiva, sonó a suspiro de alivio. Y es que el objetivo era mantener las posiciones, o más bien la posición, y eso se ha conseguido.

Hace solo seis meses, con 5.000 votos más, el resultado fue visto como un fracaso, pero ante la perspectiva de que la sangría continuara hasta borrar a Coalición del Congreso, conservar el sillón único es una victoria, aunque se hayan perdido aún más votos.

No ha habido esta vez caras largas, sino todo lo contrario, un estallido de júbilo (esta vez de verdad, no como en diciembre) cuando ya era seguro que Oramas repetiría como diputada. “Estoy contenta”, comentaba a los medios. De momento el partido ha logrado su meta: frenar su caída.