El concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Arona (Tenerife) Luis García, enfrentado con el alcalde, José Julián Mena, ha puesto a disposición de su partido su acta de concejal “si con ello el Ayuntamiento recupera su normalidad institucional”. El pasado sábado, las direcciones federal, canaria y tinerfeña del PSOE exigieron a Mena y a García -responsable de Urbanismo hasta el pasado 22 de junio, cuando fue cesado de sus funciones por el primero-, que abandonaran los cargos y renunciaran a sus actas como representantes políticos del municipio para facilitar que se conforme un nuevo equipo de gobierno “que permita desarrollar el proyecto socialista para el municipio de Arona”, según señalaron entonces las tres direcciones en un comunicado conjunto.
A través de una nota de prensa, García indica que el haber ofrecido su renuncia y acatar así la directriz del partido, es una decisión personal “dura”, pero que toma “plenamente consciente para ser leal” consigo mismo, con lo que viene defendiendo desde que tiene responsabilidades políticas y con sus “valores socialistas”. Afirma además que su objetivo no es otro que la defensa de los intereses generales de Arona y de sus vecinos mediante el uso de las herramientas legalmente establecidas “con el único objetivo de mejorar nuestro municipio”.
García señala que desea seguir siendo socialista: “Y, por tanto, me debo a mi partido y entiendo que todo militante debe responder ante los órganos que rigen la organización”. Entiende que el PSOE debe estar “por encima de cualquier personalismo o interés propio”, defender los intereses generales de la ciudadanía y hacer valer, en todo caso, el cumplimiento de la ley como única herramienta que permita el logro de los objetivos perseguidos.
El PSOE ostenta mayoría absoluta en Arona, con 14 de los 25 concejales, pero eso no ha propiciado la estabilidad institucional, donde el equipo de gobierno está dividido en dos grupos antagónicos y en claro enfrentamiento desde hace meses, con el capítulo urbanístico en el ojo del huracán.
Tal fue así que José Julián Mena decidió el 22 de junio destituir al concejal de Urbanismo, José Luis García, “tras detectar irregularidades en la gestión del ex edil en diversos expedientes, entre los que destaca la construcción de un centro comercial en la punta de El Camisón que incumple el planeamiento municipal y la Ley de Costas.
Desde ese momento se ha desatado una guerra con declaraciones cruzadas.
Luis García reaccionó arrastrando consigo a varios concejales del Gobierno y compareciendo ante la Fiscalía en calidad de testigo y denunciante en un expediente abierto por el Ministerio Fiscal a raíz de otra denuncia suya el 28 de marzo pasado. El ex concejal de Urbanismo entregó documentación que supuestamente avala la denuncia de actuaciones indebidas y extorsiones por parte del alcalde y su entorno, incluyendo algunas grabaciones.
Mena reaccionó revocando y rescatando para sí la delegación de 10 competencias que había cedido en favor de la Junta de Gobierno Local en julio de 2019 relativas a materias económicas, urbanísticas, de contratación y de personal. Se atrincheró después de perder la confianza de la mitad de su grupo de Gobierno.
Ya el mismo sábado, el alcalde anunció que no renunciaría a la Alcaldía, ni aceptaría ponerse a disposición de cualquier otro candidato de la lista.