Lo que nos deja la resaca

“La derechita cobarde” y “La España viva” son posiblemente los dos eslóganes más acertados de Santiago Abascal el pasado domingo. Fue esa confrontación y exaltación de la “derechita cobarde” lo que provocó que los españoles optaran por el voto útil del PSOE. La resaca poselectoral nos deja una visión difícil de digerir, con la extrema derecha representada por un partido con nombre y apellidos en el Congreso y la mayoría del PSOE con posibilidad de mirar para los dos lados.

Sánchez ha anunciado que se reunirá con Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias para analizar el resultado electoral la próxima semana. “La España viva” a la que alude Abascal ha decidido que la izquierda de Pedro Sánchez debe gobernar. A las votantes de Pedro Sánchez no les vale Alberto Carlos Rivera. Se lo dijeron el domingo, “con Rivera no”, y este quizá sea de uno de tragos más difíciles de digerir para Sánchez. Quiere gobernar en solitario, pero también sabe que necesita apoyo y el único apoyo evidente que hay sobre la mesa es el de Unidas Podemos.

A las votantes del Partido Socialista Obrero Español no les vale un nuevo giro hacia la derecha, y si Sánchez decide romper ese “voto con condiciones”, el PSOE volverá a cometer los mismos errores que en el pasado. Volver al punto de desconfianza. Ahora el PSOE tiene que elegir entre ser un partido de izquierdas o gobernar haciéndole guiños a la derecha.

Ana Oramas gana

Ana Oramas ganaUna de las sorpresas que nos dejó la resaca poselectoral fue el éxito de la campaña de Ana Oramas. Lejos de perder el escaño que tenía CC, ha ganado uno. Lejos quedó la pérdida del escaño, pero también la memoria. Como en la película Men in black, parece que a la ciudadanía canaria le han borrado la memoria.

El partido se presentaba a las primeras elecciones nacionales tras la declaración del presidente canario, Fernando Clavijo, como investigado por tres delitos de corrupción en el caso Grúas y la reciente entrada en prisión de un amigo de la familia, Miguel Zerolo. Era muy difícil mantener el escaño en el Congreso.

Pero si el PSOE salió victorioso por el discurso del miedo, a Coalición Canaria, también le funcionó la misma estrategia. Coalición no solo ha rascado votos entre los más conservadores, sino que ha conseguido ganar una batalla al enemigo que le disputa el espacio nacionalista en las islas, Nueva Canarias.