La polémica vuelve a estar servida en el museo de arte contemporáneo adscrito al Cabildo insular y denominado Tenerife Espacio de las Artes, aunque más conocido por sus siglas: TEA. Se trata del recinto artístico que alberga la obra del surrealista Óscar Domínguez y sin duda el de mayor potencial de los que existen en la provincia tinerfeña, al menos en esa modalidad.
Ese museo, dependiente de la Corporación insular y con un consejo de administración que preside el también titular del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso (de CC), con José Luis Rivero (de CC) de vicepresidente (a la sazón director insular de Cultura), se ha tropezado con un problema inicialmente administrativo del que aún no se sabe si terminará bien o mal para sus intereses.
El inconveniente aludido no es otro que los avisos de impugnación del concurso público que se convocó en marzo pasado para elegir al nuevo director artístico de TEA (una plaza vacante), un proceso administrativo que parecía que iba a concluir del todo con la decisión adoptada el 5 de junio pasado por el consejo de administración de esa entidad pública, pero que ahora, tras conocerse aquellos avisos de impugnación, parece que ya no será así.
El mismo 5 de junio pasado (un martes), los servicios de Comunicación de TEA difundían una nota en la que se daba como ganador de ese concurso a Gilberto González González, un viejo conocido en esas instalaciones, de manera especial por el gerente de TEA, Jerónimo Cabrera Romero. También lo era por haber llevado las riendas de la última bienal Fotonoviembre, iniciada en 2017.
Dos semanas después de la elección de Gilberto González por parte del consejo de administración de TEA, que siguió las directrices de la pomposamente llamada Comisión Internacional de Valoración Independiente (tribunal o jurado), este miércoles fuentes de TEA confirmaron que el martes 19 de junio entró por registro el primer aviso de impugnación con firma de uno de los ocho aspirantes al cargo de director artístico que había sido convocado por ese museo.
El otro aviso ha sido informado este mismo miércoles, con lo que hay dos aspirantes de siete, si se quita al elegido, que no están conformes con el proceso y mucho menos con la persona que ha resultado ganadora. Según ha podido saber Tenerifeahora.com de fuentes que siguen de cerca estas reclamaciones, quedaría un tercer candidato por avisar de la impugnación (tres de siete), algo que es posible que se confirme en los próximos días.
Los aspirantes que han presentado los avisos de impugnación luego deben confirmar que optan por seguir con el recurso, algo que en los tres casos se da por hecho debido a las supuestas “múltiples irregularidades” observadas en el citado proceso público y sobre todo debido a que el profesional que ha resultado elegido finalmente (Gilberto González, a través de la decisión adoptada el 5 de junio pasado por el consejo de administración de TEA), tenía una supuesta “incompatibilidad” para acceder al puesto por su condición acreditada de que había sido integrante del consejo de administración de TEA hasta el 26 de octubre de 2016 (fecha de su cese, según confirmó el propio museo) y, desde ese día hasta la fecha de convocatoria del concurso (8 de marzo de 2018), no habían transcurrido los dos años de cierre de veda que son preceptivos para poder haber optado a la plaza de director artístico.
Así mismo lo explicaron fuentes vinculadas a los recurrentes que han preferido mantenerse en el anonimato y que han subrayado que, de todas las supuestas “irregularidades” observadas, la recién mencionada es una de las más gordas. Según dijeron los mismos interlocutores, pese a que esa incompatibilidad se recoge en las bases del concurso y además se regula en la Ley 53/1984, la designación de Gilberto González salió adelante. En las bases de este concurso se dice que los aspirantes deben “no estar incursos en las prohibiciones o incompatibilidades para contratar con el sector público”.
A la decisión de elegir a Gilberto González como director artístico de TEA por tres años y hasta dos más con previas prórrogas (o sea, cinco posibles), se opuso el consejero de Podemos en TEA, que no firmó el acta y que, en conversaciones con este medio digital, ha señalado que su formación política, en la oposición en el Cabildo de Tenerife, ya estudia solicitar la anulación de todo el proceso. En la votación sobre la decisión anterior adoptada por la Comisión Internacional de Valoración Independiente, la luego elevada al consejo de administración para su aprobación definitiva, el representante de la misma fuerza política se abstuvo.
El lagunero Gilberto González ganó el concurso con el proyecto Principio de incertidumbre. El nuevo director artístico de TEA cobrará, según recogen las bases, 55.000 euros brutos por año, hasta un máximo de cinco (tres más dos, estos por la vía de la prórroga).
Un proceso poco transparente, según los denunciantes
Aparte de los argumentos ya expuestos, los recurrentes ponen el énfasis en la “falta de transparencia” y en los supuestos “amaños para hacérselo todo más fácil a Gilberto González”, una persona con amistad reconocida con el gerente de TEA, Jerónimo Cabrera Romero, que participó en el proceso con voz pero sin voto y con el que además González ya había trabajado en una etapa anterior en el ámbito de la cultura en el Ayuntamiento de Santa Cruz.
También es importante recordar que, menos de cinco meses después de Gilberto González salir del consejo de administración de TEA, en octubre de 2016, optó por concurso a la dirección de la bienal Fotonoviembre 2017, que depende de TEA y por ello del Cabildo de Tenerife. Este puesto también lo consiguió.
En este caso, según fuentes bien informadas de cómo fue este otro proceso, González parece que quedó en tercer lugar y solo resultó elegido tras la descalificación de las dos personas que lo precedían en la lista de mejores puntuados. Entonces, siguiendo el mismo criterio legal que se plantea para el puesto de TEA, los dos años entre una ocupación y la otra menos aún se cumplían.
Los recurrentes afirman que ha habido “múltiples incorrecciones”, “notables”, en el proceso y en las bases, e indican que se puede acreditar la relación del elegido con algunos de los integrantes de la comisión de evaluación de las capacidades de los aspirantes. Uno de ellos advirtió de que “solo basta con utilizar Google para comprobarlo”.
A todo esto se añade que los integrantes de la denominada Comisión Internacional de Valoración Independiente “no son profesionales con el prestigio” que enarbola la dirección de TEA, aparte de que no se contó en el proceso con una “representación adecuada de gremios” del ámbito artístico, por ejemplo con críticos de arte. “La puntuación” la califican “de injusta” y el proceso, en general, de “chapucero, incluso saltándose los plazos establecidos en las propias bases”. Todas estas críticas deberán ser demostradas en la impugnación o antes los tribunales.
Una de las personas cuya opinión se consultó para este trabajo periodístico remató su intervención con la siguiente afirmación: “Si usted [en alusión a TEA] quiere ese perfil [el de Gilberto González] para la dirección artística de TEA, por qué no creó un puesto de libre designación, y se acabó”.