La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila (Coalición Canaria), ha dicho este miércoles que su calificación de “niña malcriada” a la alcaldesa de Granadilla, Jennifer Miranda (PSOE), “puede que no fuera la más acertada” y ha dicho que, en todo caso, “no se refería a ella, sino a su actitud”.
El pasado viernes, Dávila afirmó, tras conocer que la alcaldesa de Granadilla había anunciado que no asistiría a la reunión convocada por el presidente del Gobierno regional, Fernando Clavijo (CC), para abordar la situación del hotel de La Tejita se correspondió más con la reacción “de una niña malcriada” que con la actitud de un responsable público.
“Probablemente sea de la vieja escuela y, con independencia de la afinidad de quien me convoque a una reunión, sea un presidente del Gobierno, un ministro o un secretario de Estado, estoy en representación de mi institución, voy, y luego opino”, ha dicho este miércoles la presidenta insular.
Ha agregado además que “puede” que su apreciación sobre Miranda (PSOE) no fuera la adecuada, pero ha mantenido que la responsabilidad institucional debe superar las posiciones políticas y las opiniones personales, y que así ella lo ha demostrado en sus vivencias políticas.
“Trataba de expresar mi desacuerdo con su ausencia cuando nos convoca un presidente del Gobierno, en este caso Fernando Clavijo, y además con anterioridad a una carta que ella (Jennifer Miranda) nos había remitido pidiendo una reunión, al presidente y a mí”, ha agregado.
“24 horas antes nos enteramos por la prensa de que había decidido no ir por cuestiones políticas”, ha argumentado la presidenta tinerfeña.
Rosa Dávila ha defendido que las instituciones están llamadas a colaborar en la solución de los problemas, y que para esa labor están sus representantes institucionales de forma independiente a sus respectivos colores políticos.
“Antes de buscar la crispación, tiendo a buscar espacios de consenso, y aquel era un espacio de consenso”, ha culminado.
En una rueda de prensa junto a las obras del polémico hotel de La Tejita, la alcaldesa de Granadilla explicó el día antes de la reunión que tomaba la decisión de no acudir tras escuchar las declaraciones de Clavijo y de varios miembros del Ejecutivo regional sobre la negativa a adquirir la parcela en la que se construye el hotel, “símbolo de la necesidad de cambio” del modelo económico de Canarias. Según ella, el objetivo de Clavijo era “señalar” a los dos alcaldes socialistas (Granadilla y Adeje) en “una operación de maquillaje político” para “sacar del foco” al Gobierno de Canarias.
Miranda, además, explicó que la semana anterior se había reunido con el Grupo Viqueira (promotor del hotel) y que este sigue predispuesto a vender la parcela. Por último, la alcaldesa alegó que el Ayuntamiento de Granadilla no puede revisar “de forma arbitraria y discrecional” la licencia de obras, como asegura el Gobierno regional, si antes no lo hacen el Gobierno de Canarias y el Cabildo con los dos informes preceptivos en los que se basó la misma.