Árboles calcinados, animales muertos, tierra quemada... Es la desoladora imagen que deja el paso del fuego en los montes de Tenerife, un incendio forestal que se originó el pasado jueves y que desde entonces ha arrasado más de 2.400 hectáreas de cuatro municipios del norte de la isla.
Entre los efectos del paso de las llamas, la Fundación Franz Weber ha estimado que pueden haber muerto ya en los montes tinerfeños más de 15.000 de animales silvestres y algunos domesticados, de acuerdo con los modelos predictivos del catedrático Christopher Dickman, de la Universidad de Sidney (Australia).
Por otro lado los pinos dañados son canarios, que tienen una alta resistencia al fuego y que, si no arden completamente, se recuperarán en solo unos años. Sin embargo, la imagen que dejan ahora tras de sí las llamas es el de un paisaje carbonizado, negro, a la espera de que remita el calor y de que la ausencia de vientos fuertes permita a los más de 200 efectivos terrestres y 13 aéreos controlar y extinguir las llamas en los próximos días.