El secretario general del PSOE de Tenerife ha resucitado los viejos manejos del partido en la isla cuando de dinamitar lo que no le interesa se trata, aunque lo que esté en juego sea el Gobierno regional. Pedro Martín, aspirante frustrado a la presidencia del Cabildo de Tenerife, ha puesto una bomba en medio de la mesa de negociación que este mismo lunes iniciaba su secretario general regional, Ángel Víctor Torres, con todos los partidos políticos con representación parlamentaria cargando exclusivamente contra uno de los posibles socios de su partido, Casimiro Curbelo, líder de la Agrupación Socialista Gomera (ASG). Martín reprocha a Curbelo haberle restado votos a su candidatura, que quedó a apenas 1.000 papeletas del ganador a esa Corporación, Carlos Alonso, de Coalición Canaria, presidente en funciones.
Pedro Martín se refería con esas acusaciones a la irrupción de la Agrupación Socialista Tinerfeña (AST), franquicia de la creada por Casimiro Curbelo en los municipios del sur de la isla a pocas semanas de la confrontación electoral. El puñado de votos que cree el líder tinerfeño del PSOE que le faltaron para superar a Alonso se los achaca a lo que pudiera haberle restado ese experimento, que sin embargo no gozó de una especial campaña de lanzamiento.
Sin embargo, Martín oculta sus escarceos iniciales con la AST y cómo la saludó eufórico en su momento, como le han recordado este mismo lunes algunos de sus compañeros de partido. Igualmente han reprochado a Martín haber hecho una campaña muy tibia en la que, entre otros gestos, no programó ningún acto propio en el área metropolitana, donde se concentra el 50% del voto de la isla; o relegar hasta un noveno puesto al primer candidato identificable de la segunda agrupación local más importante de la isla, La Laguna.
A pesar de la reclamación de una buena parte del PSOE tinerfeño, su secretario general no ordenó romper el pacto que el partido aún sostiene a día de hoy con Coalición Canaria en el Cabildo de Tenerife, y eso a pesar de habérsele presentado ocasiones muy ventajosas, como la del intento de compra de un edificio al empresario encarcelado Antonio Plasencia en una operación que finalmente se frustró ante sus palmarias irregularidades.
Son todos estos factores los que, a juicio de dirigentes del PSOE canario que han pedido el anonimato, pueden haber sido mucho más decisivos que el desembarco de Casimiro Curbelo por el sur de Tenerife.