El cierre de la refinería de Cepsa en Santa Cruz de Tenerife en 2013 ha rebajado en un 76% los niveles de radiactividad en la capital insular, según detalla un estudio realizado por el Laboratorio de Física Médica y Radiactividad Ambiental (FIMERALL) de la Universidad de La Laguna (ULL).
El estudio, basado en 1.105 mediciones de aerosoles superficiales, investigó la evolución de la actividad alfa total (entre 2001 y 2022) y su correlación con otros contaminantes derivados de la industria petrolera, como monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SOâ), monóxido de nitrógeno (NO), dióxido de nitrógeno (NOâ), benceno, tolueno y xileno.
Estos contaminantes y los radionucleidos están relacionados con la extracción, procesamiento y quema de productos petrolíferos, lo que afecta tanto a la calidad del aire como los niveles de radiactividad ambiental, detalla la Universidad de La Laguna.
Los resultados de este trabajo mostraron que eventos importantes como la crisis económica global de 2008, que provocó una reducción de las operaciones en la refinería, y su cierre definitivo en 2013, coincidieron con una caída significativa en los niveles de estos contaminantes.
Además de la actividad alfa total, otros contaminantes atmosféricos como PM10, SOâ, NOâ y compuestos orgánicos volátiles (COVs) también mostraron disminuciones similares.
Mediante el uso de técnicas estadísticas avanzadas, se determinó que el 84% de la variación en los niveles de actividad alfa total está explicada por factores relacionados con la actividad industrial.
Ahora bien, el equipo investigador de la ULL recalca que a pesar de las fluctuaciones observadas, ninguno de los niveles de actividad alfa total representó un riesgo radiológico para los habitantes de Santa Cruz de Tenerife.
Sin embargo, los resultados obtenidos “subrayan la importancia de un monitoreo ambiental a largo plazo para comprender y mitigar los efectos de la contaminación radiactiva y química en entornos urbanos afectados por actividades industriales”.
En el caso de la refinería de Santa Cruz, consideran que su cierre y la “notable disminución” de los niveles de contaminación asociados ofrecen “una clara evidencia del impacto que las actividades industriales tienen sobre la salud pública y el medio ambiente”.
Subraya la ULL que la contaminación ambiental es uno de los mayores desafíos del siglo XXI y, aunque gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (COâ), el metano (CHâ) y los óxidos de nitrógeno (NâO) son “bien conocidos”, otros contaminantes menos reconocidos, como la radiación, también representan “una amenaza”.
“Bajo condiciones normales”, la exposición pública a la radiación es mínima y en su mayoría proviene de fuentes naturales.
Sin embargo, ciertas actividades industriales, como la extracción de petróleo, pueden aumentar los niveles de radionucleidos naturales en el entorno, lo que se conoce como Material Radiactivo Naturalmente Potenciado (TENORMs, por sus siglas en inglés).
Los resultados de este estudio han sido recientemente difundidos en un artículo publicado en la revista 'Journal of Environmental Management', firmado por Pedro Salazar Carballo, Antonio Catalán Acosta, Francisco Hernández y María López Pérez, vinculados al laboratorio y otras entidades de la Universidad de La Laguna.