El grupo de gobierno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, formado por Coalición Canaria y el Partido Popular, ha recuperado la estrategia del exalcalde Miguel Zerolo para impulsar el barrio de San Andrés. El Ayuntamiento plantea modificar el Plan General de Ordenación de 2005, para sacar adelante la construcción de un hotel en la capitalina playa de Las Teresitas.
El alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, ha explicado que será “un hotel pequeño, de 5 estrellas, que contará con 200 plazas” y no será en primera línea de playa sino “detrás de la montaña, en batería militar”. Además, el alcalde resalta que la posibilidad de construir un hotel ya se encuentra recogida en el Plan Especial de Las Teresitas.
“Se dice que es un hotel pequeño, lo que ellos están apuntando tiene un poco más que el Atlántida y un poco menos que el Hotel Mencey. Por lo tanto, un hotel pequeño no es. No obstante, el planeamiento requiere participación, eso es lo primero y no se está dando”, explica Patricia Hernández, portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Santa Cruz.
“Nosotros siempre rechazamos esa idea de contar con un hotel en batería y defendimos proteger el entorno natural. El problema es que el Ayuntamiento se ha quedado sin voces críticas. No hay que turistificar cada rincón de la isla. Ellos van a buscar un atajo para poder hacerlo, aunque lo lógico sería esperar a tener una visión de conjunto con un nuevo Plan General que debería darse durante este mandato”, comenta Ramón Trujillo, de IUC.
Trujillo señala que uno de los motivos por los que CC ha rescatado el plan del hotel en este momento es debido a la desarticulación de los movimientos sociales. “Estaba cantado que un gobierno con Coalición Canaria iba a retomar el plan del hotel y el desarrollismo. En su momento lo salvó la activación de los movimientos sociales y se vino abajo con todo lo que ocurrió luego”. Añade: “Se quiere introducir una presión urbanística excesiva en la zona”.
Sobre el cambio en el Plan General de Ordenación, el que era portavoz de Unidas Podemos en el Ayuntamiento durante la legislatura pasada explica: “Se debería tener en cuenta el acceso a la playa y el transporte público, si a la ciudadanía no se le demuestra que puede dejar el vehículo privado habrá tensión en la zona. Es un núcleo que tiene conexión con la ciudad, que se satura sobre todo en verano”.
Trujillo tiene una postura similar a la que mantiene Patricia Hernández, que señala que la construcción de un hotel en Las Teresitas es un globo sonda para evitar que la ciudadanía hable de los problemas reales de la ciudad: “Tirolinas, hoteles…Son anuncios recurrentes que sacan. Se les ha acabado el libro de los cuentos y han vuelto al capítulo uno de Miguel Zerolo. Hay que recordar que en los planeamientos hay que escuchar a la ciudadanía con proceso participativo y especialmente al pueblo de San Andrés, pero no solo”.
“Hay que recordar que esa playa no tiene iluminación, ni drenaje, ni capacidad de carga. Todos los fines de semana desde abril y mayo, desde que comienza el buen tiempo, hay atascos que no permiten a mucha gente llegar a la playa y al pueblo. Entonces, ¿de qué estamos hablando? No somos capaces de afrontar las infraestructuras, ni el acceso de los visitantes a la playa actualmente. No tiene aparcamientos, que además es el solar que está de forma provisional en el planeamiento. Ni aparcamientos, ni drenaje, ni iluminación”, añade.
Cándido Quintana, portavoz del Grupo de Luchas Sociales en Tenerife y uno de los principales activistas de la Plataforma contra el Mamotreto señala: “Tengo mucho miedo de la iniciativa del grupo de gobierno en estos momentos, relativas en relación a Las Teresitas, porque temo que lo que se pretenda es aflorar de alguna manera lo que abortamos en su día, como fue un edificio de aparcamientos y con lo que la ciudadanía está totalmente en contra. Queremos una playa para el pueblo, limpia de polvo y paja. Es decir, que sea una playa limpia y con las necesidades básicas que requiere una playa”.
Por su parte, la Asociación de Vecinos de El Pescador de San Andrés ha anunciado que realizará una reunión para estudiar la propuesta anunciada por el Ayuntamiento.
Cronología
A comienzos de los años 2000 el ex alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, Miguel Zerolo, tenía un plan para la playa más emblemática de Tenerife. Un plan que se forjó a través de uno de los mayores pelotazos de Canarias y que le llevó a ser condenado a 7 años de prisión por el caso Las Teresitas. Sin embargo, la historia de la playa de Las Teresitas no se comprende sin mencionar el caso Mamotreto y el caso Las Huertas.
Gloria Gutiérrez Arteaga, diputada socialista en el Parlamento de Canarias en 2008, le definió lo que durante años fue “el Mamotreto” al entonces consejero de Medio Ambiente y Ordenación Territorial, Domingo Berriel Martínez, de la siguiente manera: “'La obra cuenta con una superficie aproximada de 4.000 m2, destinada a 404 aparcamientos, plazas de garaje de pago, de pago, y locales comerciales. Nos quitan los hermosos aparcamientos que tenemos ahora y nos obligan a pagar para bañarnos en la playa de Las Teresitas. La construcción invade la zona de protección de servidumbre, sin contar con la autorización preceptiva de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, la competente para defender nuestro territorio, nuestro patrimonio público, a través de los correspondientes expedientes sancionadores y, en su caso, de demolición”. No sabía Arteaga en ese momento que desde esas palabras hasta el derribo del mamotreto pasaría casi una década, ya que la edificación diseñada por Dominique Perrault fue derribada en 2017.
La tercera pata de Las Teresitas, el caso Las Huertas, se inició cuando a comienzos de los años setenta el Ayuntamiento decide expropiar los terrenos de los vecinos de Las Huertas y Montaña Morera, pero, finalmente, la operación quedó paralizada y ni el Ayuntamiento ni la Junta de Compensación dieron por efectuada la compra. Es en 1998 cuando Inversiones Las Teresitas (ILT), empresa formada por Ingnacio González y Antonio Plasencia, decide ‘adquirir’ los terrenos situados en la zona trasera de Las Teresitas y cometer un expolio sin precedentes. Así, comenzó la trama que terminó con tres casos de corrupción, políticos, empresarios y funcionarios en prisión.
PGO de 2005
Después del pelotazo, la premisa sobre cómo solucionar las carencias de Las Teresitas ha acompañado a la ciudad en los últimos años. En 2018 el actual alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez (CC), hablaba de actualizar el Plan Estratégico que se comenzó en 2007 (durante el mandato de Miguel Zerolo) con el fin de mejorar el entorno de Las Teresitas. En una reunión con todos los agentes sociales y económicos de la ciudad, el alcalde de Santa Cruz planteaba que se debía repensar la ciudad de manera colectiva.
En 2020 el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) tumbaba de manera definitiva el Plan General de Ordenación de 2013 por no contar con una Evaluación Ambiental Estratégica, por esta razón el gobierno municipal quiere modificar el plan vigente en Santa Cruz, el de 2005 (una adaptación del Plan de 1992). Desde el gobierno municipal se plantea esta modificación como la posibilidad de, por un lado, mejorar el frente de la playa (paseo, reorganización del tráfico) y, por otro lado, la de generar beneficios económicos al pueblo de San Andrés.
Unidas Podemos afeaba en 2020 la postura del PSOE y los acusaba de apoyarlo para continuar gobernando. Ramón Trujillo, portavoz de Unidas Podemos, que tuvo que recular tras votar inicialmente a favor del Plan, señalaba que el documento debía someterse a “modificaciones sustanciales” que facilitasen el transporte público en la zona. A estas críticas se sumaron las de colectivos sociales por seguir adelante con un plan que tenía como objetivo la construcción de un hotel en batería.
¿De dónde surge la modificación del PGO y pará qué? En noviembre de 2023 el Partido Popular y Coalición Canaria llevaban a pleno la modificación de dos puntos del Plan General de Ordenación, uno de ellos referido a la ordenación de Las Teresitas. El Ayuntamiento había encargado esa modificación a la empresa GESTUR y llevaba a pleno la aprobación de dicha modificación. El PSOE recriminaba al grupo de gobierno falta de transparencia y precisión respecto a cuáles serían las modificaciones que se querían llevar a cabo en el PGO y de qué manera afectaba a la ciudad, mientras el PP insistía en que habían hecho llegar toda la información disponible.