El Cabildo de Tenerife lo sigue teniendo muy claro, meridianamente claro: los edificios históricos para los que el Ayuntamiento de Santa Cruz ya ha autorizado su derribo en el barrio de Miraflores, y los que pretende avalar en adelante en la misma manzana, “tienen valor patrimonial” y debían y deben “ser protegidos”, los que siguen en pie.
La conclusión técnica de la Unidad de Patrimonio de la Corporación insular no puede ser más nítida, y lo es tanto que, en un documento al que ha tenido acceso Tenerife Ahora, incluso ese órgano oficial subraya que el informe de la Fundación CICOP (el Ayuntamiento necesita acreditar con trabajos técnicos que los inmuebles derribados carecen de los valores que les atribuyen los funcionarios del Cabildo) que se utilizó para dar vía libre a los tres derribos de inmuebles en la calle de Puerta Canseco (de marzo de este año y los edificios situados en los números 23, 27 y 29) emplea “criterios erróneos, ajenos al concepto de patrimonio histórico”, y por ello la conclusión que en él se alcanza “es inaceptable”.
De esta manera se remata el documento de análisis que la Unidad de Patrimonio realiza sobre el primer dosier de la Fundación CICOP (Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio), el que sirvió a la Gerencia Municipal de Urbanismo, del PP, para seguir adelante con las demoliciones en Puerta Canseco, con foto posterior incluida de estos políticos locales tras convertir ese espacio en un solar.
Ahora, la Gerencia de Urbanismo lo mismo está queriendo hacer para avalar otras tres demoliciones pendientes en aquel barrio santacrucero, para lo que ya cuenta con otro informe del CICOP que da pie a esos derribos, con argumentos calcados a los del trabajo anterior.
En el informe de la Unidad de Patrimonio que evalúa el primer dosier de la Fundación CICOP (este con fecha de 16 de marzo) acerca de la operación inmobiliaria en Miraflores, se afirma, nada más empezar el relato, que los tres inmuebles ya desaparecidos en la calle de Puerta Canseco “debieron ser protegidos” porque eran “merecedores” de conservación.
Además, se sostiene que en su día tuvieron que ser incluidos en el catálogo municipal con esa misma intención, algo que no se hizo en el Plan General de Ordenación (PGO) aprobado en 2013 y hoy en vigor, pese a este ser tumbado por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (decisión recurrida ante el Supremo).
El análisis pormenorizado que hace la Unidad de Patrimonio sobre el trabajo del CICOP es muy crítico y se puede decir que no deja títere con cabeza. De entrada, señala que “no se puede estar de acuerdo con la conclusión del informe del CICOP [el sí a las demoliciones en Puerta Canseco, las de los números 23, 27 y 29]”, principalmente “porque no es cierta la afirmación [recogida en ese documento] de que los inmuebles carecen de valores patrimoniales según la Ley de Patrimonio Histórico de Canarias”.
Los funcionarios del Cabildo llegan incluso a afirmar que es “rotundamente falsa” la tesis del CICOP según la cual “el patrimonio de carácter popular, vinculado a barrios o ámbitos con esta cualidad histórica, solo posea un valor de conjunto y no individual”. “Esta forma de entender el patrimonio, además de ser profundamente elitista, parcial y sesgada, supone un desprecio para aquellos bienes históricos vinculados a grupos sociales más desfavorecidos, cuyo protagonismo en la historia de la isla y de la ciudad fue tan importante, al menos, como el de las élites”, sostiene el Servicio Insular de Patrimonio Histórico.
Documento para la defensa en el contencioso-administrativo
El mismo documento oficial del Cabildo, que también viene a desmontar los criterios del CICOP en su segundo informe [el ya presentado a la Gerencia Municipal de Urbanismo para autorizar los otros tres derribos pendientes en la misma manzana] y que será la aportación técnica clave en la defensa del Cabildo dentro del contencioso-administrativo que le interpuso el Ayuntamiento (aún abierto), incide en que el trabajo que firman integrantes de la Fundación CICOP tiene “errores de valoración” y es “manifiestamente inaceptable, ya que parte de ”criterios erróneos que dejan en el aire y sin fundamento la conclusión a la que se llega“.
Patrimonio del Cabildo refuerza en su contraanálisis “la necesidad de proteger los tres inmuebles [ya en el suelo] como ejemplos de interés en el contexto del patrimonio arquitectónico urbano de la ciudad de Santa Cruz”.
Como remate o síntesis final, a modo de resumen muy escueto, no se duda en afirmar que el informe del CICOP sobre los tres inmuebles ahora inexistentes en Puerta Canseco se apoyó en “criterios erróneos, ajenos al concepto de patrimonio histórico, y con una conclusión que es inaceptable”.
El segundo informe de la Fundación CICOP, del mismo tenor, es el que ahora sirve de aval a la Gerencia Municipal de Urbanismo, que se los encargó, para tirar al suelo los tres edificios amenazados y con “valor patrimonial indudable”, según el Cabildo de Tenerife. Están ubicados en el mismo barrio de Miraflores.
Se trata de tres construcciones, y una de ellas fue la primera sede de CajaCanarias; otro es la llamada Casa Clavijo, un ejemplo de modernismo destacado entre los edificios históricos más sobresalientes de Santa Cruz por el catedrático de Historia del Arte Alberto Darias. Así lo dejó escrito en un voluminoso libro editado por el propio Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 2004. En todos los casos, los proyectos arquitectónicos fueron concebidos por destacados profesionales en la materia en la isla, entre otros Antonio Pintor y Domingo Pisaca.
En estos momentos, el Ayuntamiento de Santa Cruz, tras una iniciativa del alcalde José Manuel Bermúdez, ha abierto una negociación con los promotores de los futuros edificios en la zona, con el objeto de al menos ver la posibilidad de mantener las fachadas de las estructuras antiguas aún en pie. Con las de Puerta Canseco, ya nada se puede hacer.
Por ahora, poco se ha decidido acerca de esto, aunque sí se conoce la voluntad del PP de seguir adelante con las demoliciones, lo que en este caso también respalda el segundo informe del CICOP, tan denostado por la Unidad de Patrimonio del Cabildo de Tenerife como el primero, aunque esto último de poco haya servido. No se sabe qué pasará con la segunda tanda.