La familia de un paciente alerta del “peligroso” estado de una habitación del HUC, con humedades y un balcón carcomido

Habitación con humedades en el HUC.

Álvaro Morales

Santa Cruz de Tenerife —
10 de noviembre de 2024 12:01 h

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El padre de Zury Rico lleva dos meses en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), en La Laguna. Este sábado, se le trasladó de una habitación doble de Oncología a otra individual para abordar la gravedad de su dolencia y, nada más estrenar el habitáculo, su familia sumó un motivo más de preocupación en un momento muy difícil. Tal y como denuncia a Canarias Ahora su hijo, el estado de la 1016, en la que lleva apenas 24 horas, resulta indigno de un hospital público en pleno siglo XXI y, lo que cree aún peor, hasta se torna en un verdadero peligro porque, a poco que mueva la baranda protectora del balcón, teme caer desde la décima planta por el nivel de erosión y desprendimiento de la estructura de hierro que en otros tiempos agarró la protección al suelo y fachada (tal y como muestran las fotos y vídeos que nos ha facilitado y reproducimos aquí, en las que se muestra indignado con su “hallazgo” al inspeccionar la habitación este sábado).

En declaraciones a este periódico, Zury Rico remarcó este domingo por la mañana que no tienen ninguna queja del trato médico y del resto de servicios hacia su padre en estos dos meses. No obstante, denuncia a Canarias Ahora una situación que considera “impresentable” y casi increíble en estos tiempos, “lo que me hace preguntarme por el uso de nuestros impuestos. Critico públicamente esto porque, si no, seguro que no se hace nada y porque, sobre todo, resulta muy posible que salga volando de aquí si me apoyo un poco en esa baranda. Este es el hospital de todos y no puede estar así”, insiste.

Como se puede comprobar en las imágenes, la habitación presenta una red en la esquina del techo para evitar que caigan cascotes, grietas de tamaños considerables, humedades incluso al lado de diversos enchufes e interruptores, pintura levantada, hierro oxidado y desprendido en la protección del balcón, grietas en el acristalamiento, así como la falta de una buena ventilación, encima en un sábado con alerta por riesgos de incendio en pleno noviembre.

Rico no solo alerta del estado de este balcón de la 1016, sino las muchas humedades que presenta la habitación en los techos y otras zonas, por lo que entiende que, al menos en esta parte de la infraestructura, se carece de un mantenimiento mínimo desde hace mucho tiempo. “En un hotel, por ejemplo, lo lógico es tapar cualquier grieta enseguida o corregir una humedad desde que se detecta; en un hospital público de todos, y más de la importancia de este, hay que hacerlo igual: no se puede tener un balcón casi suelto de esta manera”.

Aunque aún no ha hablado con otros familiares de ingresados en la zona de esa habitación de la planta 10, teme que esto se repita en otros habitáculos y dependencias “simplemente por cómo está la fachada en general”. Lo que quiere, y más allá del trance por el que están pasando ahora con la enfermedad de su padre, es que se tomen medidas urgentes cuanto antes y el próximo usuario al que le toque esta 1016 o cualquier otra habitación con los mismos problemas y riesgos no tenga que replicar esta denuncia pública.

En unas semanas en las que se agudizan las protestas del personal sanitario por el caos en las Urgencias del HUC (una vez más, un año más…), comprobar el estado de esta habitación dice muy poco de las prioridades en Sanidad y de que, supuestamente, muchos la presenten como el pilar principal del estado del bienestar en un país y una comunidad que encabeza el crecimiento del PIB en el mundo (incluso en comparación con potencias emergentes), que reduce el paro desde hace años y bate récords turísticos cada mes.

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