El Obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, ha firmado este miércoles un decreto por el que quedan suspendidos los actos de culto y procesiones por fuera de las iglesias ante la situación sanitaria derivada de la pandemia de coronavirus.
Así, las celebraciones litúrgicas y otros actos de piedad tendrán lugar en el interior de los templos, respetando siempre la normativa sanitaria, y en su caso diocesana, vigente en cada momento, evitando siempre que cualquier actividad exceda el aforo establecido o se produzcan aglomeraciones que puedan ser causa de contagio.
Además, en los templos solo podrá celebrarse la procesión claustral con el Santísimo Sacramento el Jueves Santo para el traslado al Monumento y el Domingo de Resurrección al finalizar la eucaristía, permaneciendo los fieles en sus respectivos asientos.
El Obispo precisa, no obstante, que la Semana Santa no está suspendida por lo que pide a los fieles que vivan con “hondura e intensidad renovadas” las celebraciones litúrgicas y otros actos de piedad, especialmente las del Triduo Pascual.