La proliferación de autocaravanas, caravanas (tiradas por otro vehículo), furgonetas “camperizadas”, guaguas y camiones reconvertidos en casas ambulantes es un fenómeno mundial que, en Canarias, lleva años en creciente auge, incluso con motivación social –una vez más- por el alto precios de las viviendas. Tanto, que administraciones como el Cabildo de Tenerife se plantean aprobar una ordenanza insular que regule los estacionamientos de esta alternativa forma de viajar y vivir para evitar imágenes poco edificantes junto al litoral, cascos históricos y zonas protegidas y de alto valor natural.
De los pocos campings públicos existentes en Tenerife para aparcar y disfrutar de distintos servicios (restaurantes, baños, duchas…), el de Montaña Roja, junto a la mitad de la célebre playa de La Tejita (Granadilla de Abona, en la comarca sureña), es uno de los más apreciados y conocidos. Sin embargo, el pasado 29 de febrero, el Cabildo de Tenerife lo clausuró bajo el argumento de que ha “finalizado” la concesión y la empresa adjudicataria ha decidido “no renovarla”.
Mientras, en los alrededores de este paraje, tan espectacular por su belleza y tan atractivo por su aire libertario y paradisíaco (playa nudista incluida) pese a polémicas como las del hotel La Tejita, cuyas obras se han reanudado recientemente con independencia de la postura contraria de Costas por el reciente respaldo judicial, han proliferado “desde hace un año” diversos aparcamientos irregulares ocupados por autocaravanas y vehículos similares.
Según el gobierno local (PSOE-PP), esto se ha intensificado en los últimos meses, especialmente en un espacio anexo a la carretera que sube hasta la popular Cueva del Hermano Pedro, vía cuya conexión con la carretera general que lleva de El Médano a Los Abrigos se sitúa casi en frente de la Montaña Roja que marca este paraje. Fuentes municipales anuncian a Canarias Ahora la intención local de erradicar próximamente estos estacionamientos irregulares, habilitados, en muchos casos, en suelo protegido o, al menos, regularizarlos en la medida de lo posible.
La imagen, desde luego, no es la más edificante en un espacio de este valor natural y simbólico, aunque también es cierto que es algo que se ha ido multiplicando en muchas zonas de las Islas y que se agudiza a la enésima los fines de semana y cuando llegan fechas como Semana Santa, Navidad, verano...
En este asentamiento, se puede encontrar un poco de todo: desde amantes del surf y el sky surf, que despliegan sus parapentes de mar antes de disfrutar del viento, la velocidad y las pequeñas olas de El Médano, a gente que vive con bastante asiduidad en esta zona por falta de alternativas, perros de ciertas dimensiones y, en general, viajeros y gente alternativa que, si no es aquí, “arranca” y se reubica en otro lugar de la comarca o la Isla en muy poco.
El ayuntamiento es consciente de que, con la clausura, ahora, del camping de Montaña Roja, la situación puede empeorar hasta que se reabra esta instalación insular, por lo que la intención pasa por intervenir cuanto antes en busca de una regulación o erradicación de estos estacionamientos ilegales.
Según anunció el Cabildo este miércoles, esta administración también pretende reabrir dicho espacio, aunque hay varios hándicaps. El principal, el procedimiento judicial abierto entre particulares respecto a la zona de cabañas. Hasta su resolución, la Administración de la Isla quiere poner a disposición de los campistas el área para autocaravanas y con ese objetivo le ha encomendado, a la empresa pública regional Gesplan, diversas obras “que garanticen vigilancia y custodia de las infraestructuras las 24 horas”.
No obstante, la oposición en el Cabildo tiene dudas sobre si la renuncia de la empresa a continuar con la concesión se ha hecho sin ejecutar antes las mejoras del recinto y servicios a las que, según la adjudicación, estaba obligada y si esto no será óbice para aspirar a una nueva concesión, una vez se resuelva la disputa judicial, si es que vuelve ha optarse por un concurso.
Mientras se disipa el futuro de este camping, en sus alrededores son cada vez más las autocaravanas, furgonetas y hasta guaguas que no dejan una imagen precisamente ideal de un lugar que, pese a diversos peros y algunas profundas polémicas, sigue siendo de los más emblemáticos y bellos de Tenerife.