La acusación ve la sombra del exministro José Manuel Soria en la conspiración del juez Salvador Alba contra Victoria Rosell
No estuvo presente en el juicio que ha concluido este viernes en el Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria porque el tribunal rechazó su citación como testigo, pero el nombre de José Manuel Soria, exministro de Industria, Energía y Turismo y expresidente del Partido Popular (PP) de Canarias, ha estado muy presente a lo largo de las cinco sesiones celebradas durante los dos últimas semanas en la vista contra el magistrado Salvador Alba, acusado de cinco delitos por conspirar contra su predecesora en el Juzgado de Instrucción 8 de Las Palmas de Gran Canaria, Victoria Rosell, cuando la magistrada se presentó a las elecciones generales de 2015.
Tanto la acusación particular, ejercida por Rosell, como las dos acciones populares, que representan el partido político Unidas Podemos y el periodista Carlos Sosa, han coincidido este viernes, en la lectura de los informes finales, en situar a Soria como personaje clave, en la sombra, de esa trama urdida por Salvador Alba para, en palabras del abogado de la jueza, Antonio Marrero, “hundir la carrera política y profesional” de la actual diputada de la formación morada a través de “resoluciones manifiestamente injustas, la manipulación de la declaración de un investigado, la invocación de falsos retrasos injustificados (en la tramitación de la causa contra Miguel Ángel Ramírez, expresidente de Seguridad Integral Canaria) o la participación en una campaña de descrédito”.
“La corrupción de los mejores es la peor de todas (Corruptio optimi pessima). Ninguna corrupción es más dañina que la de los jueces. No puede quedar impune, no podemos permitir una sombra de indulgencia, no pueden seguir desprestigiando la carrera judicial”, ha manifestado a propósito de la actuación de Alba la abogada de Unidas Podemos, Sandra Rodríguez, que considera que el magistrado “ha delinquido con un doble objetivo”: perjudicar a Rosell y obtener “una recompensa para su patrocinador”, José Manuel Soria, en forma del cargo de relevancia en algún órgano gubernativo al que “notoriamente siempre ha aspirado”.
El abogado de Carlos Sosa, Luis Val, ha precisado que “se le nombra” (al exministro Soria) “porque siempre está”. El letrado de la acción popular ha hecho un exhaustivo recorrido por los hitos procesales de la causa contra Alba para demostrar, entre otras cosas, que la figura del histórico líder popular aparece en los momentos clave, ya sea en la obtención del contrato de alquiler de licencia de radios entre Clan de Medios Comunicación y Marketing, la empresa editora de Canarias Ahora, y la productora de la Unión Deportiva Las Palmas, o en la ampliación de querella que calcó, con el desliz incluido de no borrar la expresión “este magistrado”, pasajes completos de un informe reservado elaborado por Salvador Alba al que no podía acceder.
Marrero también recordó que en el archivo de audio REC004, fruto de un hallazgo casual de la Guardia Civil en la grabadora que utilizó en marzo de 2016 el entonces dueño de Seguridad Integral Canaria, Miguel Ángel Ramírez ,para dejar constancia de lo hablado en su reunión clandestina con Salvador Alba, también surge el nombre de Soria cuando el empresario le pregunta si cree que la declaración judicial que fabrican en ese encuentro contribuirá a la admisión a trámite de la querella del exministro contra Rosell. “Yo creo que la querella prospera sí o sí, pero con esto ya…”, le responde el juez.
Las acusaciones consideran que a lo largo de las cinco sesiones del juicio ha quedado acreditada la comisión de los cinco delitos por los que se ha sentado en el banquillo de los acusados Salvador Alba y que su único interés era utilizar la causa por fraude fiscal contra Ramírez para buscar los vínculos comerciales entre el empresario y Carlos Sosa, pareja de Rosell, para destapar un supuesto incumplimiento del deber de abstención de la jueza, archivar el procedimiento contra el también presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, lastrar la carrera política que había emprendido Rosell y alimentar la querella que Soria le había presentado.
Todo ello con un altavoz mediático, con la difusión de los informes, según la acusación falsos, elaborados por Alba para su remisión al Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) o al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Al igual que la Fiscalía, las acusaciones han desacreditado la pericial de la defensa que trataba de demostrar la manipulación de la grabación que incrimina a Alba, así como la declaración de Héctor de Armas, el testigo estrella de última hora, “reversible” según Rodríguez (porque había sido propuesto por la acusación), que el magistrado incorporó para intentar dar un giro de 180 grados al caso y presentarse como víctima de un chantaje del empresario Ramírez.
“Se ha causado un daño personal a mi representada. Cada vez que salía el sol, tenía miedo de mirar un periódico, un telediario… No eran solo los daños materiales, que son los que menos duelen (la mudanza, los muebles…), lo más importante son los daños morales, han lesionado su buen nombre, su prestigio profesional. Soria en uno de los debates de TV dijo que el caso de Rosell es el mayor caso de corrupción de la historia de Canarias”, ha recordado Marrero.
“La justicia no puede suspender este examen”, ha concluido la letrada de Unidas Podemos.