La Audiencia Provincial de Barcelona ha rechazado la petición de una mujer que exigía que le pagasen 4.100 euros de indemnización por la cancelación en 2022 de un festival de reguetón en el sur de Tenerife.
La denunciante alegó sin éxito que la suspensión del concierto le provocó “incertidumbre, zozobra, malestar y fatiga” al no saber qué iba a pasar “con toda la inversión que realizó en su día, para darse unas vacaciones, que devinieron en una decepción y completo desastre”.
La organización se opuso y detalló que fueron enviados correos personales a todos y cada uno de los compradores de las entradas, comunicando tanto la cancelación como los trámites a seguir para solicitar la devolución del precio de la entrada. También se informó de que en caso de desear asistir al festival al año siguiente, podrían cambiarla y validarla.
La organización discrepa con que la mujer haya sufrido ningún perjuicio como consecuencia de la cancelación, pues de la propia documentación presentada se evidencia que viajó y estuvo de vacaciones en Tenerife.
Por lo tanto rechazan que los gastos reclamados por la demandante tengan relación con lo ocurrido y no se creen responsables de pagarle sus vacaciones. La mujer llegó a enviar una escritura y un burofax para demostrar el supuesto daño moral sufrido.
La Audiencia de Barcelona considera probado que la denunciante accedió varias veces a la plataforma donde se informaba de todos los trámites para compensar la cancelación.
En la sentencia se admite que quizás de no existir el festival en Tenerife hubiera cambiado de destino o hubiera gozado de sus vacaciones en otro período. Pero ello no es motivo para imputar los gastos de las vacaciones a la organizadora, pues no es responsabilidad de dicha entidad que la denunciante decidiera pasar una semana de vacaciones en Tenerife aprovechando el festival.
“En la medida en que estuvo en la isla y pudo disfrutar de las vacaciones, el resultado final es que todo el importe invertido en las vacaciones fue disfrutado por la actora”, recoge el fallo.
En cuanto a los daños morales, la mujer recordó que éstos afectan “a la dignidad de la persona o al dolor físico o anímico”. Sostiene que quedó decepcionada por todo el gasto y el tiempo invertido en preparar su viaje y disfrutar de unas vacaciones que no se llevaron a cabo como se habían planeado.
La respuesta de la Audiencia es que “no parece que la cancelación de un festival de reggaeton pueda provocar una situación de angustia, padecimiento, sufrimiento psíquico o zozobra, más allá de la decepción, tal como se alega en la demanda; lo que no se considera un gasto indemnizable”.
Respecto al precio de la entrada, se comprobó que la mujer optó por la renovación para el festival de 2023, tal y como aparece demostrado por los accesos que hizo a la página web correspondiente.