A finales del año pasado comenzó la que debía ser la fase final del largo proceso de los hoteles con licencia anulada por la Justicia. Las licencias comenzaron a otorgarse en 1998, precisamente en el momento en que el Cabildo decidió suspender la concesión de licencias para tramitar la Moratoria. Han pasado 18 años y ese proceso aún no se ha cerrado a pesar de que la mayoría de las sentencias son firmes desde hace casi una década.
En todo este tiempo se ha avanzado poco en la ejecución de las sentencias. La sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias decidió primero esperar a que Yaiza tuviera un nuevo marco normativo, el nuevo Plan General de Ordenación, para saber si los hoteles se podían ajustar a ese documento que incluyó incentivos para convertir los posibles excesos edificatorios (que los hay) en zonas comunes, y subsanarlos.
Gracias a la inclusión de esos incentivos, que también se contemplaron en las Leyes de Modernización y de Armonización, la mayoría de los hoteles va a poder obtener licencia sin tener que derribar nada o haciendo unas obras de carácter menor. Este es el proceso que se inició hace un año, aproximadamente.
Los hoteleros debían presentar documentación visada por un arquitecto, tanto de sus proyectos como la realidad edificada, para comprobar si podían ser legalizables. En caso se obtener la licencia municipal, la sentencia se daba por ejecutada, ya que los fallos no decían que se derribaran los hoteles sino que el expediente volviera a su punto de partida y se comprobara ahora si era posible obtener licencia. El problema surge cuando algunos no han podido ni van a poder obtener licencia por sus excesos al construir o porque ocupan una zona de dominio público marítimo terrestre.
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