Todos los caminos conducen hacia el South Pass. Las Montañas Rocosas son una muralla casi infranqueable que divide a los Estados Unidos en dos subcontinentes: el Atlántico y el Pacífico. Pues para pasar de un lado a otro no hay más remedio que ir muy abajo (cerca de la frontera con México por donde corre la famosa Ruta 66 y que no fue territorio norteamericano hasta 1848) o subir hasta las tierras de Wyoming para afrontar el llamado Paso Sur. Hasta poco antes del inicio de la gran migración hacia el Oeste, la costa norte del Pacífico demandaba una penosa travesía por las Montañas Bitterroot (Raíz Amarga) donde había que soportar fuertes ventiscas y hambre (de ahí el nombre del lugar). Los blancos descubrieron South Pass en 1812, pero no fue hasta poco antes de iniciarte el Trail hasta que se organizó la primera caravana de geógrafos y científicos para validar la utilidad del puerto de montaña como paso de convoyes carreteros (la expedición del Capitán Benjamin Bonneville de 1832).
Hoy, la carretera Estatal 28 corre por los mismos parajes solapando en muchos tramos al camino original: pero en muchos lugares aún pueden verse las huellas profundas de las carretas en un paisaje dominado por el matorral bajo y las hierbas. Huellas que nos cuentan multitud de historias. Como la de Martin's Cove -Cueva de Martin- (Estatal 220). En octubre de 1856 una nevada temprana sorprendió a dos expediciones de colonos y colonas de religión mormona que viajaban a pie tirando de carros de mano. El invierno temprano los aisló y diezmó. Pasaron hambre y frío y tuvieron que ser rescatados desde Salt Lake City, a más de 500 kilómetros de aquí. Los supervivientes se refugiaron aquí y el lugar es un lugar de peregrinación para los mormones y un lugar de gran interés histórico para los viajeros que recorren estas tierras. Algunos kilómetros antes de Martin’s Cove hay que detenerse en Independence Rock (Estatal 220). Aquí, los colonos dejaron más de 5.000 nombres inscritos en la roca en lo que es la concentración de ‘grafittis’ más importante del ‘Trail’. Testimonios de vida que impresionan.
El South Pass no es un pico en sentido estricto. Es un gran altiplano a más de 2.000 metros de altitud que permite el paso entre los picos de las Rocosas sin necesidad de afrontar grandes desniveles. Pero no es un lugar fácil. La mejor manera de acercarse al camino es en Sweetwater Station un lugar conocido en tiempos del Trail como ‘The Sixth Crossing’ (el sexto cruce del río Sweetwater). Aquí puedes ver el camino original junto a uno de los paisajes más bonitos de las inmediaciones del South Pass. Aquí también se ha instalado un pequeño museo centrado en los carros de mano que usaban los mormones en sus viajes hacia el Oeste (aquí también puedes ver otra de las tumbas que se han preservado en el Trail a su paso por Oregón –la del mormón Jonh Linford que murió en 1856-).
El entorno del Paso Sur.- Como decíamos anteriormente, el paso del sur no es un puerto de montaña en el sentido tradicional del término. Es más bien una gran llanura cruzada por ríos que ondea a más de 2.000 metros de altitud. Un milagro. Llegar hasta aquí no sólo es encontrarse cara a cara con una parte de la historia. Es un lugar especial. Poco antes de llegar a la gran divisoria se encuentra Red Canyon (acceso desde Ruta Estatal 28). No es mala idea tomar la carretera que sale de la Estatal en Little Popo Agie River y ver el Cañón desde abajo antes de volver a la 28 y llegarse hasta el mirador donde puedes disfrutar de este espectacular paisaje en toda su plenitud.
El espacio que media entre Atlantic City y South Pass City marca el lugar exacto donde se produce el cambio de vertiente. Dicen que los primeros exploradores que pasaron por aquí advirtieron que habían pasado a la cuenca del Pacífico cuando pudieron pescar algunas truchas en uno de los ríos de la zona. Un hito junto a la carretera recuerda la importancia histórica del lugar y un par de millas más adelante nos encontramos con otro de esos lugares que pone los pelos de punta. El ‘Parting of the Ways’ –División del camino- se producía algunas millas después del paso. El monumento que recuerda este hito del Trail se encuentra junto a la Estatal 28. Aquí puedes ver algunos paneles, un monumento… Si vas con 4X4 puedes tomar el trail original a través de la Skaw Road y llegar tras un trecho de pista de tierra a las huellas de las carretas que marcan el camino original. Aquí hay que echar pie a tierra para no dañar las huellas históricas.
El Sublette Cutoff (Atajo de Sublette) se convirtió en la ruta más transitada hacia Oregón porque permitía ahorrar más de una semana de camino al iniciar aquí el camino hacia el Noroeste y no en Fort Bridger (en el límite suroeste de Wyoming). Este atajo retomaba la ruta original muy cerca de la frontera con Idaho en un lugar cercano a Big Timber llamado Smith’s Trade Post (un puesto comercial que actuaba como posta del Trail). Hoy puedes ver como las huellas se separan: a la izquierda los que viajaban hacia Salt Lake City y California y a la derecha los que seguían hacia Oregón.
El tramo final del Trail en Wyoming.- El Río Green es famoso en esta parte del país por la calidad y tamaño de sus truchas. El Seedskadee National Wildlife Refuge ocupa un amplio tramo de río que forma amplios prados y meandros y en el que puedes ver alces, pelícanos, nutrias... Aquí, también, se encuentra otra de las reliquias del Trail: el ‘Lombard Ferry’. Cruzar los ríos fueron el más peligroso obstáculo al que se enfrentaron los pioneros durante el viaje. Las enfermedades y los ríos fueron la principal causa de muerte en el Trail. Buscar vados fue uno de los trabajos más duros para los guías. Y el Green era uno de los ríos más peligrosos. El Lombard Ferry fue una de las barcazas que se instalaron en algunos de estos ríos para cruzar las carretas (eran un negocio muy lucrativo ya que el precio por carreta podía superar los 15 dólares en los meses de verano). Hoy puedes ver una réplica de aquella barcaza (y subirte en ella), información en paneles. Hay un pequeño museo en la ciudad de Big Piney dedicado al río y su papel durante el Trail.
La tumba de Nancy Hill anuncia el final del viaje por tierras de Wyoming. Aquí reposan los restos de una colona de 20 años que murió a causa del cólera cuando viajaba desde Missouri hasta California en un convoy de 14 carretas. Es increíble como a través de las tumbas se han podido reconstruir las vidas de los colonos, sus familias y descendientes. Mucho que aprender de esta gente. El último lugar que visitaremos es el Fossil Butte National Monument (Chicken Creek Road desde Ruta Estatal 30) una de las concentraciones de fósiles del Eoceno (hace unos 52 millones de años) más grande del mundo con algunos ejemplares únicos.
Fotos bajo Licencia CC: BLM Wyoming; Ken Lund; Bureau of Land Management; Bernd Thaller; Matthew Dillon