La cápsula del tiempo en que se convirtió Pompeya hace 2.000 años por la erupción de Vesubio sigue desvelando sorpresas: Acaban de encontrarse los restos de Numerius Agrestinus, un 'cántabro' que sirvió militarmente al imperio romano como tribuno y prefecto y cuya tumba quedó sepultada por el cataclismo volcánico. Poco más se sabe de sus orígenes, salvo sus títulos y que pertenecía a la tribu prerromana de los Autrigones, asentada en un espacio limítrofe con los ríos Asón y Nervión, así como con el norte de Burgos.
La romanización de la antigua Cantabria conllevó la incorporación a las legiones romanas de miembros de las tribus que habían destacado en las largas guerras cántabras por sus habilidades guerreras y determinación férrea. Pero también el desarrollo de carreras militares y civiles como la de “praefectus Autrygonum”, quien alcanzó la más alta magistratura de Pompeya y fue enterrado con honores, presuntamente por los servicios prestados a Augusto durante la guerra cántabra. Pompeya sería así el lugar donde desarrolló su carrera y, sobre todo, su retiro.
Casi dos mil años después de su muerte, el hallazgo de una tumba pompeyana del 79 d.C. da más pistas sobre la organización administrativa del imperio romano y su relación con la Hispania de entonces. En la tumba se puede leer “praefectus Autrygonum”, es decir, prefecto de los Autrigoni o Autorigoni, con quien se las tuvo que ver el primer emperador romano, Augusto, quien participó personalmente en las guerras desatadas entre el año 29 y 19 a.C., para sojuzgar Cantabria, último reducto de Hispania fuera de su control.
Una inscripción inferior, en letras más pequeñas, arroja más detalles: “A Numerius Agrestinus, hijo de Numerius, Equitius Pulcher, tribuno militar, prefecto de los Autrygoni, prefecto del genio militar, Duumvir para la jurisdicción (es decir, titular de la más alta magistratura en la ciudad de Pompeya) dos veces, el lugar de entierro (fue) dado por decreto del ayuntamiento”. Ocupar dos veces la máxima magistratura de Pompeya y ser enterrado en suelo público revela el reconocimiento del naciente imperio a uno de sus principales valedores, según los expertos y el Ministerio de Cultura italiano.
La tumba fue encontrada durante las obras de construcción de una cavidad funcional para recuperar la humedad de las salas subterráneas del edificio San Paolino, nueva sede de la Biblioteca del Parque Arqueológico de Pompeya, según ha informado el Ministerio de Cultura de Italia. La excavación inicial se amplió al encontrarse los extremos de la tumba de forma fortuita.
En la excavación se encontraron los dos extremos de la tumba con forma de semicírculo, un tipo de sepultura muy popular en Pompeya, las tumbas 'a schola', que constan de un banco en hemiciclo realizado en toba y decorado en los extremos con zarpas de león y que puede datarse en el reinado de Augusto (27 a.C-14 d.C.).
“Aquí vemos el surgimiento de la red de poder que conectaba a las élites del Imperio, a cuyos miembros se les pedía que se comprometieran en las zonas de conflicto, con la promesa de recompensas económicas, pero sobre todo de prestigio social en la comunidad de residencia”, ha explicado el director del Parque Arqueólogo de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, en un comunicado.
No es la única inscripción relativa a Numerius Agrestinus. Los expertos que acaban de descubrir la de Pompeya han mostrado su sorpresa al tratarse del mismo personaje que tiene otra inscripción funeraria en la necrópolis de Porta Nocera, en Pompeya también, y donde su esposa, Veia Barchilla, había creado un monumento cilíndrico para ella y su marido, aunque más tarde el consejo de decuriones decretó honrar a Numerio Agrestino en un terreno público.