'Cántabros con Historia' es un blog en el que intentaremos sacar brillo a los logros de todos esos personajes ilustres por cuyas calles paseamos a diario sin tener ni idea de cuáles fueron sus méritos. En los textos que siguen intentaremos trazar la biografía de unos hombres y mujeres que, desde una pequeña tierra en el norte de España, contribuyeron con sus aportaciones al desarrollo de la ciencia, la literatura, la política o el arte. Este blog, patrocinado por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, está escrito por el periodista Miguel Ángel Chica y tiene como única pretensión reivindicar su memoria, para que sus nombres permanezcan en el recuerdo. Los estudiantes del Ciclo Formativo de Técnico Superior en Ilustración de la Escuela de Arte número 1 de Puente San Miguel son los encargados de retratar, a través de distintas técnicas pictóricas, a todos los protagonistas.
Ana María de Cagigal, una travesía hacia la igualdad
Dos
DosEn Santander, en los años veinte, hay una mujer que juega al hockey y pretende cruzar la bahía a nado. Un hombre que acaba de leer la noticia en el periódico sonríe con desdén. ¿La bahía, entera? Las fichas de dominó caen con un ruido seco sobre la mesa. Alguien pide más café. Alguien, desde el fondo del local, da inicio a la discusión. ¿Y no se ahogará?
En Santander, en los años veinte, hay territorios vedados a las mujeres. No se trata ni mucho menos de un problema local. Con honrosas excepciones la humanidad del siglo XX considera que el espacio escénico de la mujer es el segundo plano. La sombra, que equivale a la indiferencia. Pero en Santander, en los años veinte, y en muchas otras partes del mundo, las mujeres, cansadas de vivir y morir en la sombra y para los hombres, empiezan a exigir los derechos negados.
La corriente de opinión en la taberna se mece entre la incredulidad y el paternalismo. ¿Para qué necesita una mujer cruzar la bahía a nado? ¿Y cómo has dicho que se llama? Se llama Ana María de Cagigal, escribe en los periódicos locales y tiene motivos de sobra para lanzarse al agua.
Cuatro
CuatroLa guerra ha terminado. Ana María de Cagigal se traslada a Barcelona. Está a punto de cumplir 40 años y es consciente de que nada volverá a ser lo mismo. Sigue publicando artículos en la prensa. Escribe en La Vanguardia y en Solidaridad Nacional. Guarda en un cajón decenas de poemas que no tiene ninguna intención de publicar. En la mayoría de ellos late el paisaje perdido de Cantabria -el mar, los acantilados- y el recuerdo de Santander -el viento sur, las calles que todavía no se ha llevado el incendio, la bahía-.
La guerra ha terminado. Sobrevivir ha sido una experiencia traumática. Pero así son las guerras: los muertos mueren, los demás están condenados a perseguirse durante el resto de su vida para encontrar la sombra de lo que fueron antes de la violencia.
Tres
TresEn los años treinta las mujeres empiezan a ocupar el espacio público de Cantabria. Matilde de la Torre es elegida diputada, Concha Espina se convierte en una de las escritoras más relevantes de España, Matilde Zapata dirige el periódico La Región.
Ana María de Cagigal, por su parte, ha dejado de ser conocida únicamente por sus hazañas deportivas y empieza a abrirse camino en la prensa. En 1935 comienza a trabajar en La Voz de Cantabria.
La mujer que cruzó a nado la bahía de Santander atraviesa el espejo, como Alicia, y se instala al otro lado de la noticia. Ella, que congregó a fotógrafos y a curiosos el día que echó por tierra los pronósticos de las tabernas, ahora busca nuevos protagonistas para las páginas de actualidad local del periódico.
Al mismo tiempo que se desempeña como periodista, Ana María de Cagigal imparte conferencias en las que defiende el voto femenino, reclama más derechos para las mujeres y exige que la cultura se democratice y se extienda a las clases populares.
El calendario se detiene en julio de 1936. La guerra lo cambiará todo.
Cinco
CincoEn 1946 Ana María de Cagigal publicó su primera y única novela, Leña Húmeda, prologada por el periodista César González Ruano. La protagonista de la obra, Alica, es un alter ego de la propia escritora. El libro contiene altas dosis de autobiografía. Así describió Ana María de Cagigal el comienzo de la guerra a través de Alica:
Hace ocho días que el director del periódico me entregó mi carnet, un flamante carnet con mi retrato. Era mi primera misión oficial en el periódico. Me correspondía hacer un artículo sobre el tema del circo. Cuando salí a la calle, en ella se había producido algún desorden. Cuando llegué al circo, los mismos payasos fueron los que me enteraron que acababa de estallar en España la guerra civil (...) Aquella noticia, tan breve de dar, venía a echar por tierra todas mis ilusiones.
Leña Húmeda cuenta la guerra civil en Cantabria y los años posteriores al conflicto. Una parte importante de la obra transcurre en San Juan de Luz y Biarritz, donde Ana María de Cagigal consiguió instalarse hasta el fin de la contienda. Aquello se llamó el exilio blanco: personas afines al bando nacional que quedaron aisladas en zonas republicanas durante la guerra y que se exiliaron en Portugal y Francia hasta la victoria de las tropas franquistas.
Seis
SeisAna María de Cagigal llegó a Barcelona a punto de cumplir cuarenta años, y durante cuarenta años vivió en la capital catalana. Allí atravesó la posguerra y la dictadura. Con la llegada de la democracia, regresó a Cantabria. Era una octogenaria a la que todavía le quedaban más de veinte años de vida. Se instaló en Sobremazas y retomó el antiguo contacto con la literatura.
En el año 2000, a los cien años, Ana María de Cagigal publicó su primer libro de poesía: Amor del mar y otros trabajos, una antología que recoge los poemas que fue escribiendo a lo largo de su vida. Murió en 2001, a los 101 años. El Ayuntamiento de Santander dedicó una calle a su memoria. En su nombre se otorga cada año un premio periodístico que reconoce los artículos más relevantes sobre temas relacionados con la mujer. Su obra literaria fue escasa, pero su espíritu pionero le ha asegurado un lugar en la historia de Cantabria.
Uno
UnoAna María de Cagigal nació en Santander en el año 1900. Durante su juventud se interesó en la práctica del hockey y la natación. Formó parte de los primeros equipos de hockey hierba femenino de Cantabria, y como otras mujeres que decidieron internarse en territorio de hombres encontró dificultades que sorteó con decisión y coraje.
Su persistencia se convirtió en activismo.
Dos
DosEn Santander, en los años veinte, hay una mujer que juega al hockey y pretende cruzar la bahía a nado. Un hombre que acaba de leer la noticia en el periódico sonríe con desdén. ¿La bahía, entera? Las fichas de dominó caen con un ruido seco sobre la mesa. Alguien pide más café. Alguien, desde el fondo del local, da inicio a la discusión. ¿Y no se ahogará?