Cantabria estrena conexión aérea con Bolonia, la ciudad de los pórticos

Cantabria está conectada, desde este lunes, a la ciudad italiana de Bolonia. La nueva ruta aérea del Seve Ballesteros, de dos horas de duración y que funcionará a cargo de la compañía de Ryanair, une los dos Mejores Destinos Europeos de 2018, según Lonely Planet: Cantabria y Emilia-Romaña. La multitud de conexiones ferroviarias con otros enclaves turísticos italianos, el ambiente comercial y universitario, y los siete secretos que esconde entre sus estrechas calles, harán que la ciudad te atrape.

Bolonia es la ciudad con más ambiente universitario de Italia desde que, en el siglo XI, se fundó en ella la primera universidad del mundo occidental. Pero no solo los jóvenes son los protagonistas de esta urbe. Los numerosos comercios que llenan las calles también hacen que, a cualquier hora del día, se respire vida en la ciudad. Además, la capital de Emilia-Romaña está a menos de dos horas en tren de otros conocidos destinos como Florencia, Venecia o Milán, por lo que ofrece la magnífica posibilidad de conocer el norte de Italia en pocos días.

A través de sus más de 40 kilómetros de pórticos se pueden descubrir los edificios medievales más destacados de la ciudad. Entre ellos, resaltan las torres de Garisenda y Asinelli, las dos únicas que se conservan de las 200 que había. Sin embargo, y a pesar de su inclinación, actualmente solo se pueden subir los 498 escalones de la torre de Asinelli, de 98 metros de altura.

La Piazza Maggiore se encuentra en el epicentro del casco antiguo y está rodeada de edificios que datan de la época medieval entre los que se distingue la Basílica de San Petronio, cuya construcción se paró por orden de la autoridad papal para que esta edificación no superase a la Basílica de San Pedro en Roma. En dicha plaza también se halla, desde el siglo XVI, la escultura de Neptuno, uno de los referentes de la ciudad.

Junto a la Piazza Maggiore está Il Quadrilatero, un conjunto de calles estrechas y empedradas en las que se pueden adquirir productos típicos de Bolonia, tales como la mortadela, los tortellini o la salsa boloñesa.

Una de las joyas de la ciudad es el santuario de Nuestra Señora de San Luca, situado en una colina de 300 metros y rodeado de un magnífico entorno natural. Para llegar a esta iglesia, de estilo barroco, hay que sobrepasar el pórtico de 3,7 kilómetros compuesto por 666 arcos. Otra de las iglesias más relevantes es la Basílica de Santo Stefano, conocida como ''Las 7 iglesias'', en cuyo interior existe una réplica del Santo Sepulcro de Jerusalén del siglo V.

Además, en Bolonia se encuentra el primer colegio mayor del mundo, que data del siglo XIV. Se trata de una de las primeras muestras renacentistas en Italia y estaba regida por el cardenal Albornoz, cuyo linaje todavía conserva esta propiedad y los mismos requisitos de acceso que en aquella época: hombres católicos de la península ibérica que hayan obtenido las mejores notas. Este colegio, del que también fue alumno Antonio de Nebrija, está a su disposición durante dos años para estudiar un doctorado.

Rávena y sus mosaicos

La ciudad de Rávena alberga ocho monumentos que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y está a poco más de una hora en tren desde Bolonia. En todos ellos cabe destacar la presencia de mosaicos, cuyos colores y formas nada tienen que ver con la apariencia exterior de cada uno de estos edificios. El interior de la basílica de San Vital está compuesto por los mosaicos bizantinos más importantes de Rávena. A su lado se encuentra el Mausoleo de Gala Placida, construido en el año 425.

En esta urbe permanece la tumba de Dante, autor de la Divina Comedia, que fue expulsado de Florencia, su ciudad natal, antes de morir. Cerca de la tumba está la Basílica de San Francisco, de la que cabe distinguir el aljibe con agua que hay bajo el altar.

Ferrara: una caja de sorpresas

A tan solo 25 minutos de Bolonia se encuentra el municipio de Ferrara. A pesar de que las calles colindantes a la estación de tren no sean las más atractivas, cada rincón de esta ciudad sorprende a sus visitantes según se adentren hacia el núcleo de la urbe. Una de sus maravillas es el Castillo de Los Este, construido en el siglo XIV, cuya fortaleza de ladrillo está rodeada de un foso con agua. La catedral, junto a la que se halla la taberna más antigua del mundo, y el ayuntamiento de la ciudad también son edificaciones dignas de admirar.

Sin embargo, el encanto de Ferrara reside en la vía Delle Volte, a la que se accede a través de sus calles más estrechas. Sus caminos empedrados y los arcos abovedados que unen los edificios de ambos lados de la calle te hacen sentir como el protagonista de una película medieval.