Problemas de cimentación encarecen el edificio de oficinas municipales de La Paz de Santander
Problemas de cimentación obligarán a un modificado del proyecto de construcción del edificio de oficinas del Ayuntamiento de Santander en la calle La Paz, cuyo coste se encarecerá en 211.000 euros.
Las obras de construcción del edificio municipal fueron adjudicadas en abril del pasado año a Ferrovial-Agroman, por un presupuesto de 2.423.324 euros y un plazo de ejecución de 14 meses. Si el modificado se aprueba, la obra costará finalmente 2,6 millones de euros.
La obra está siendo promovida por la Sociedad de Vivienda y Suelo (SVS), que es la empresa pública municipal que se dedica a este tipo de obras, entre los que se encuentra también la construcción de vivienda protegida.
El encarecimiento de la obra de La Paz se ha producido cuando los trabajos están en la fase de cimentación, produciéndose un desfase entre los costes derivados del estudio de catas y el estado de consistencia real del terreno cuando se excava, toda vez que el proyecto incluye una planta sótano y otra semisótano.
El Ayuntamiento sigue careciendo de una dotación moderna y funcional para el conjunto de sus dependencias. La Casa Consistorial dispone de oficinas abiertas al público, aunque el edificio es obsoleto y precario. Asimismo, dispone de otros despachos y locales con oficinas municipales repartidos por la ciudad, como varias plantas del edificio Ribalaygua o las instalaciones que para Recaudación tiene en la calle Antonio López. El edificio de la calle La Paz pretende albergar precisamente estas oficinas y de paso conseguir un ahorro en alquileres, ya que la intención es que acoja los servicios económicos y de gestión tributaria del Ayuntamiento.
La nueva sede contará con una superficie de casi 1.700 metros cuadrados distribuida en sótano, semisótano, planta baja y seis plantas de piso. El acceso al edificio se realizará a través de un porche cubierto en la esquina suroeste, entre las calles La Paz e Isabel II, y habrá otro acceso secundario por la calle Francisco de Quevedo. Además del área de acceso y control, la planta baja albergará también el vestíbulo y la zona de información.
El sótano se destinará a zona de almacén y cuartos de instalaciones, mientras que en el semisótano habrá una parte destinada a almacén y otra a usos administrativos.
Y las seis plantas de piso con las que contará el edificio en altura tendrán un uso administrativo y de atención al público.
Para un mejor aprovechamiento de los espacios, la solución arquitectónica opta por un concepto estructural de fachada portante (soporta la carga de la estructura), complementado por un núcleo de comunicaciones (escaleras, ascensores, aseos…) también portante, lo que permite disponer de más superficie libre de pilares para una distribución más flexible de los espacios.
Además, y al igual que en otras iniciativas municipales, se proyecta un edificio de consumo energético prácticamente nulo.
Restos de muralla medieval
Restos de la muralla medieval hallados durante las prospecciones serán recuperados e integrados en el mismo lugar en el que se encuentran, que coincide con lo que será en el futuro la zona de uso administrativo del semisótano.
Los restos, que quedarán a la vista en dicho espacio, corresponden a las primeras hiladas de los cimientos de la antigua muralla, compuesta por sillares, sillarejos y mampuestos de caliza unidos por argamasa.