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Carrancio niega en el Parlamento pertenecer a ningún partido mientras promociona Ola Cantabria

Juan Ramón Carrancio se han convertido en el perejil de todos los debates parlamentarios desde que este verano saliera por la puerta de atrás de Ciudadanos, la formación con la que concurrió a las elecciones y que le permitió conseguir su acta de diputado. En una legislatura en la que la coalición de Gobierno PRC-PSOE no tiene mayoría absoluta y necesita al menos un voto más en la Cámara, la forma en la que las iniciativas salen adelante ha adquirido casi tanta relevancia como el propio contenido.

Carrancio, que ya salió rebotado de UPyD antes de integrarse en el partido naranja, es clave en el hemiciclo. Gracias a su respaldo los nuevos presupuestos de la comunidad autónoma entrarán en vigor el 1 de enero, un apoyo que no ha estado exento de polémica. Los partidos de la oposición -PP, Podemos y Cs- han clamado al cielo contra regionalistas y socialistas por dar alas y negociar las cuentas de 2018 con “un tránsfuga de libro”, con un diputado que “no representa a nadie”.

Después de perder poder dentro del partido debido al fulgurante ascenso de Félix Álvarez, conocido popularmente como Felisuco, y de enemistarse con su compañero y portavoz parlamentario, Rubén Gómez, entre otras cosas por la cuestionada política de Ciudadanos en Santander -orquestada por Carrancio-, el diputado cogió puerta sin renunciar al cargo público arropado por un grupo de militantes del partido naranja, entre ellos, los dos ediles de Santander, Cora Vielva y David González.

A partir de ahí ha estado constantemente en el ojo del huracán -también el presidente, Miguel Ángel Revilla-, hasta el punto de que buena parte de los diputados del Parlamento abandonaron la sala en el transcurso de un debate sobre transfuguismo justamente cuando le tocaba intervenir a él. A comienzos de este mes, nueve de los trece representantes del PP -los afines a Ignacio Diego-, los tres de Podemos y el de Cs dejaron a Carrancio con la palabra en la boca.

“Yo he de recordar que no estoy en ningún partido”, se defendió el dirigente ante un hemicilo semivacío, negando haberse vendido. Sin embargo, Carrancio sí ha cambiado de partido. De hecho, él mismo ha creado uno nuevo precisamente junto a Cora Vielva, quien ha cambiado radicalmente de estrategia y ha comenzado a hacer oposición en el Ayuntamiento santanderino.

Ambos se presentan como concejal y diputado “independientes” de Ola Cantabria, un partido que “se sitúa en un espacio de centro, socio-liberal, constitucionalista y europeísta; un partido regional que pone en valor la cultura y tradiciones de Cantabria y defiende políticas en donde la libertad individual prevalece sobre cualquier otro interés”, tal y como se puede leer en su página web.

Al igual que hizo Ciudadanos, Ola Cantabria ha venido para ocupar el “centro político” y defiende “la moderación, la convivencia de las tradiciones y costumbres cántabras con la modernización de la región y el crecimiento económico”.