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ENTREVISTA | Félix Álvarez (Ciudadanos)

“Ciudadanos nació y creció muy rápido: entró gente rebotada y con aspiraciones mucho más personales que generales”

Félix Álvarez (Santander, 1966) dio el salto a la política desde los escenarios hace apenas tres años y casi desde el primero minuto tuvo un papel protagonista: sus buenas relaciones con Albert Rivera le permitieron convertirse de la noche a la mañana en candidato de Ciudadanos en Cantabria y recoger el acta de diputado en el Congreso tras la repetición electoral que desembocó en esta legislatura fallida. La moción de censura a Mariano Rajoy y la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez han terminado provocando un adelanto de los comicios que pone fin a su etapa en la Cámara Baja, donde no volverá, ya que se acaba de postular en las primarias de su partido a la Presidencia de Cantabria. Acostumbrado a los medios gracias a su faceta como humorista, actor y presentador, Felisuco demuestra en esta entrevista conjunta de El Faradio y eldiario.es, emitida en directo en Arco FM, que le gusta bregarse con los periodistas y que no rehuye ningún debate.

Laro García: La primera pregunta es muy sencilla: ¿Cómo prefiere que lo llamen, Félix o Felisuco?

A mí me da exactamente igual. Felisuco es uno de esos nombres o apodos que uno arrastra por todo el país. Yo voy a Sevilla y me llaman Felisuco. Y cuando estás en Sevilla, la verdad es que me suena muy bien. Aquí, en Cantabria, la verdad es que me llaman más Félix. En el Barrio Pesquero alguna señora mayor todavía me llama Felisín, que es lo que me llamaba mi abuela, pero no tengo ningún problema. A veces notas que intentan llamarme Felisuco buscando un aspecto peyorativo al nombre…

LG: Por ahí iba mi pregunta…

Sí, supongo. Pero el que lo utilice con un tono peyorativo no hace otra cosa que equivocarse, porque no me molesta en absoluto. Estoy muy orgulloso de aquella etapa. Es un apodo que me puso Florentino Fernández, al que adoro, que he llevado siempre como un honor, y que refleja la terminación de mi tierra, con ese 'uco' tan característico. El que lo quiera utilizar para ofenderme se equivoca.

LG: ¿Cree que le puede restar su pasado como cómico, actor o presentador de televisión, esa faceta que le hace popular en todo el país, en sus nuevas responsabilidades políticas?

Yo no conozco ninguna profesión más estructurada y más seria que hacer reír. No lo conozco y he tenido muchas. Si alguien me va a valorar por mi pasado profesional, estaré encantado, porque he tenido grandes éxitos. Ojalá en política tenga los mismos éxitos que en mi pasado profesional. Pero creo que hay que valorarme por mi actividad política, que es de lo que se trata. Yo no voy a valorar a alguien porque sea entrenador de baloncesto… Y no lo digo por Pepu Hernández, también lo puedo decir por Javier Imbroda. Es decir, vamos a valorar a la gente por la capacidad política que tenga y por el desarrollo de su trabajo. Si alguien lo quiere hacer, me parecería un clasista, pero yo no estoy a esas cosas, a esas chorradas.

Guillem Ruisánchez: Entonces, ¿veremos Felisuco en el cartel electoral?

[Ríe] No, me imagino que no, que intentaremos dar un toque más serio y le pondremos Félix Álvarez, que es mi nombre y apellido. Con ese debo caminar ahora. Pero el que me quiera llamar Felisuco, ahí está.

Olga Agüero: Tienen por delante distintos procesos de primarias. ¿Ya ha decidido dónde quiere que esté su futuro, si en Madrid o en Cantabria?

Ya decidí la semana pasada que me presentaba a las primarias de Cantabria.

OA: ¿Se va a quedar aquí definitivamente?

Me voy a quedar aquí. Son más de 23 años yendo y viniendo, con un paréntesis de casi nueve años viviendo en Madrid, y ya creo que es hora de dejar las posaderas tranquilas en casa. No sé si mi mujer se acostumbrará a verme tanto tiempo seguido en casa, pero yo siempre digo que soy la persona del mundo que más veces ha pasado por Burgos. No me he quedado, pero he pasado cientos y cientos de veces... Ya es hora de quedarme en mi tierra y de disfrutarla plenamente.

GR: ¿Y qué balance hace Félix Álvarez de la legislatura?

Yo creo que ha sido una legislatura fallida. Creo que arrancó mal, con un Gobierno del Partido Popular que preveíamos que iba a estar acosado por sus propias cuestiones judiciales, como así fue. En mayo del año pasado, una de las sentencias del caso Gürtel acorraló al Gobierno de Mariano Rajoy y salió adelante la moción de censura que presentó Pedro Sánchez. Y estos últimos meses han sido una pérdida de tiempo para los españoles. Empezó el mandato de Pedro Sánchez con una mentira flagrante, como es que convocaría elecciones cuanto antes. Al final, ha sido un ir arrastrándose en pos de las demandas independentistas y aquí hemos acabado. Cuando los independentistas han querido, la legislatura se ha acabado. Dejar el futuro de España en manos de los independentistas no parece la mejor idea.

LG: ¿Y Ciudadanos no podría haberlo evitado? En muchos casos, respecto a los presupuestos autonómicos o municipales, también bajo el mandato de Mariano Rajoy, su partido utilizó el argumento de que era mejor aprobar las cuentas para garantizar la estabilidad y sacar adelante medidas concretas a pesar de que no era el presupuesto ideal para Ciudadanos. ¿Por qué no se ha utilizado ese razonamiento en este caso? ¿Por qué Ciudadanos no ha tendido la mano para evitar que Pedro Sánchez tuviera que negociar con partidos con una ideología independentista?

En primer lugar, porque esos presupuestos no se los creía absolutamente nadie, ni el FMI, ni la Unión Europea, ni la Airef…

LG: Tampoco los de Rajoy, que incumplió los objetivos de déficit reiteradamente.

Los presupuestos que negociaron con nosotros sí cumplían el déficit.

LG: Sin embargo, no cumplían muchas de las medidas que el PP pactó con Ciudadanos.

A veces ahí no puedes entrar a valorarlo mucho, porque no eres tú el que ejecutas el presupuesto… Nosotros llegamos a unos presupuestos que creo que eran buenos para España: se bajó el IRPF, se aumentaron los permisos de paternidad y se consiguió un complemento salarial. Lo que la gente ya sabe. Pero estos presupuestos eran inasumibles. La propia ministra Montero acaba de decir que con la vuelta atrás de los presupuestos, el agujero que van a tener ahora las cuentas españolas es de 13.800 millones. Si a eso le quitamos los 5.000 millones que pretendían recaudar con los nuevos impuestos, la ministra estaba reconociendo hace tres días que había un agujero de 8.000 millones. Nuestra Oficina Económica valoraba ese agujero en más de 10.000 millones de euros, y la propia Unión Europea nos situaba en riesgo de grave incumplimiento del Pacto de Estabilidad en 2019. Eran unos presupuestos inasumibles, que además llegan al Congreso de los Diputados con unas partidas a Cataluña que era totalmente desaforadas. Se aumentaba un 50% la inversión en Cataluña, mientras a otras comunidades, como Cantabria, se nos rebajaban un 9% las inversiones. Eran desproporcionados. Se subían los impuestos a los españoles, cuando nosotros peleábamos por bajarlos.

LG: No le preguntaba tanto por aprobar estos presupuestos como por ofrecer una negociación. Ni siquiera se sentaron a hablar. ¿Era imposible el diálogo?

Es que esos presupuestos eran incontrolables, eran inasumibles para nosotros. Tú no puedes negociar desde la posición más antagónica, porque no hay tanta capacidad de negociación. Cuando se suben los impuestos, se sube el diésel, se suben las transacciones financieras, se suben los impuestos a las tecnológicas, cuando se aumenta el IRPF, cuando se aumenta el salario mínimo… A mí, de verdad, me gustaría que el salario mínimo fuese de 3.000 euros, pero cuando eso va a provocar una subida de las cotizaciones sociales, y los que tenemos empleados lo sabemos, porque vemos cómo esas cotizaciones se disparan un 20%... Cuando pasa todo eso, la negociación no es posible.

GR: ¿Y cómo casa eso con bajar todos los impuestos, como su socio, el Partido Popular, ya está prometiendo? ¿Hay un agujero en las cuentas públicas y van a bajar todos los impuestos?

Es que hay margen para ello y se ha demostrado. A veces se bajan los impuestos y se recauda más, lo que es la famosa curva de Laffer. A esas medidas de bajada de impuestos hay que acompañarla con contención del gasto, sobre todo, en todas aquellas cosas superfluas donde se siguen tirando cientos de millones de euros que no tienen ninguna utilidad. Tenemos que repensar o replantear también la Administración del Estado. Tenemos que ver qué pasa con el Senado, con las diputaciones… Es decir, hay muchísimo trabajo que hacer, tanto por la parte de la bajada de impuestos como, si quieres ser realista, por la reducción del gasto, que también se puede hacer y es posible.

OA: Ustedes no aprueban los presupuestos con Pedro Sánchez a nivel nacional, pero sí lo hacen en Cantabria con Miguel Ángel Revilla. ¿No corren el riesgo de que poniendo tanto énfasis por parte de Ciudadanos en combatir el populismo y el nacionalismo acaben convirtiéndose en eso que odian?

No, en absoluto. Creo que uno de los grandes problemas que tiene España, incluso Europa, es el nacional-populismo, el nacionalismo y el populismo. Y hay que combatirlo desde la serenidad y la moderación. Hay que plantear la batalla ideológica. Y no confundamos el nacionalismo con el patriotismo. El patriotismo tiene connotaciones positivas y el nacionalismo es siempre excluyente. Siempre recuerdo una frase que me decía un pariente catalán: “No somos ni mejores ni peores, somos diferentes que los españoles”. Yo creo que esa es la raíz de la xenofobia. No, no somos diferentes en absoluto. Un señor que haya nacido en Vilanova i la Geltrú, y uno que haya nacido en Cabezón de la Sal no son diferentes. Tendrán culturas diferentes, tendrán músicas diferentes, tradiciones diferentes…

GR: Entonces, ¿sí son diferentes?

No, no son diferentes. La forma de bailar no diferencia al ser humano. Estoy hablando del concepto de ciudadano. Creo que el concepto de ciudadanía tiene que estar por encima del concepto casi pueblerino de dónde somos. También un hombre es diferente, fisiológicamente, de una mujer. Lógicamente, pero no hablo de esas diferencias. El concepto de ciudadanía tiene que estar por encima de cualquier otra consideración. Somos, o debemos de ser, un territorio de mujeres y hombres libres e iguales. Lo que nosotros llamamos ciudadanos, un concepto que tanto maneja Fernando Savater. Eso está por encima de cualquier consideración política, territorial, sexual, ideológica o religiosa.

GR: Entonces, somos iguales que los yemeníes y que los moldavos, o que los subsaharianos que llegan a nuestro país, ¿no?

Como seres humanos, evidentemente sí. Pero vivimos en una concepción totalmente distinta de sociedad. Tenemos que marcar a cada uno en las sociedades en las que vive. Y España está en Europa y tiene unas connotaciones distintas históricamente. Pero como españoles, o habitantes de la Península Ibérica, porque a veces sales a la calle a mover la bandera española y te conviertes en un fascista.

GR: ¿Pero qué diferencias hay de la visión de España que tiene Ciudadanos y la visión de España que tiene Vox?

Pues no me he parado a pensar en la visión de España que tiene Vox… Lo que sí te digo es que nosotros no queremos una España que sea grande, que sea libre y que sea única. Yo quiero una España con su diversidad, con sus comunidades autónomas, integrada en Europa… Esa es la España diversa que yo quiero, pero sí reclamo un concepto de ciudadanía que esté por encima de los territorios.

LG: ¿Se sintió cómodo en la manifestación de Colón, compartiendo bandera y pancarta con la extrema derecha?

Eh… Yo me sentí cómodo compartiendo una manifestación con más de 200.000 personas que defendían a España y a la Constitución. Yo también he compartido pancarta y manifestación en octubre de 2017 con el señor Iceta a mi izquierda y el señor Ortega Smith a mi derecha… Y tampoco creo que el señor Iceta sea un franquista, fascista, ultraderechista y ultranacionalista…

LG: Tampoco está diciendo nadie que lo sea usted. ¿O sí?

No. Pero ahí estaban el señor Iceta, del PSOE, y el señor Ortega Smith, de Vox. Compartieron manifestación y pancarta, y no creo que haya que confundir el acto de acudir a una manifestación, la pancarta y el lema, con las ideologías personales de cada uno.

GR: Pero escuchándoles a veces da la sensación de que el resto de los españoles que no estuvieron en Colón no están con la Constitución, ¿no?

No, no, no. Esa apreciación no sé de dónde sale.

GR: De las palabras y los discursos que maneja Ciudadanos como uno de los convocantes de la manifestación de Colón.

No, no. Acepto tu punto de vista, como no puede ser de otra manera, pero en absoluto, en absoluto. Yo comparto ideología y el concepto de España de mucha gente del Partido Socialista con la que hablo habitualmente y tomo un café. Nosotros defendemos la Constitución, creemos que es el camino, que es una ley de leyes, que puede ser reformada con un amplio consenso, sin duda alguna. Pero creemos que es el marco en el que podemos desarrollarnos como individuos y ciudadanos. Fuera de la Constitución está el caos.

GR: ¿Con qué PSOE está dispuesto a pactar Ciudadanos?

Con un PSOE moderado, con un PSOE que sea la Constitución el camino por el que transite, que no tenga tentaciones de irse con los independentistas, como ha tenido. Es que el señor Sánchez se ha montado en el coche de los independentistas, que es el coche de Thelma y Louise.

LG: ¿Es peor el independentismo que la extrema derecha?

¡Buf! Me pones en una disyuntiva complicada. Me preguntas si quiero más a papá o a mamá… Mira, el independentismo pretende romper nuestro país, eso es muy grave.

LG: ¿Y la extrema derecha no pretende acabar con los derechos de muchos ciudadanos de nuestro país?

Entonces está la cosa muy difícil... ¿Sabes lo que hay que hacer? No estar ni con unos ni con los otros.

LG: ¿Establecer un cordón sanitario?

No soy yo muy partidario de los cordones sanitarios, porque al final mucha gente se acaba ahorcando con esos cordones…

LG: La primera decisión de Ciudadanos no ha sido precisamente aislarse de ese partido de extrema derecha, ¿no?

Yo he estado en el Congreso de los Diputados y he votado leyes con Podemos, que me parecen populistas… En cuestiones puntuales puedes ponerte de acuerdo con gente muy diferente.

LG: También han votado en contra de los presupuestos junto a los independentistas hace solo unos días.

También, también. Y yo fui uno de los impulsores del Estatuto del Artista y lo votamos junto a ERC y PdCat.

LG: ¿Hay puntos de acuerdo, entonces? ¿Se puede votar junto a ellos sin contaminarse?

¡Pero con todo el mundo hay puntos de acuerdo! Claro que igual tengo puntos de acuerdo con Vox, pero un punto, algo muy, muy, concreto.

GR: Para echar a Mariano Rajoy de Moncloa tras la sentencia de Gürtel no hubo puntos de acuerdo con Pedro Sánchez. ¿Por qué?

No, no, imposible. Cuando Pedro Sánchez te dice que va a convocar elecciones y tú sabes que no lo va a hacer, cuando una moción de censura, que en España es propositiva, no presenta ninguna propuesta de Gobierno y se convierte en una moción de censura única y exclusivamente para echar a Mariano Rajoy, sin horizonte, porque no se comprometió a hacer elecciones, porque se hizo el remolón, sabemos que no va a hacer lo que le estamos pidiendo. Ahora le estamos pidiendo que diga que no va a indultar a los independentistas, y es muy fácil…

LG: Pero si todavía no hay sentencia…

Ya, ya, ya. En el caso de. Es muy fácil. Todo apunta a que va a haber una condena. Yo no soy juez, pero eso parece. El señor Iceta, sin que hubiera sentencia, hablaba de indultar a los separatistas. La delegada del Gobierno, sin que hubiera condena, hablaba de indultar a los separatistas. Es gente del Partido Socialista la que está hablando de indultos.

LG: ¿El mismo señor Iceta que compartía manifestación y pancarta con usted y con Vox? ¿Cree que quiere indultar a los independentistas?

El mismo, el mismo. Los seres humanos tenemos muchas aristas. Si está complicado entenderte en tu reunión de vecinos, imagínate en la política de todo un país…

OA: Usted habla de que no se apoya la moción de censura de Pedro Sánchez por la hipótesis de un supuesto pacto con los independentistas y ahora menciona un presunto indulto a los separatistas, pero se trataba de echar a un Gobierno de Rajoy que cuando se presenta esa moción de censura es porque ya ha sido condenado por los tribunales por asuntos de corrupción. ¿No tiene esto un peso más importante para tomar una decisión?

No. Yo creo que los hechos son indiscutibles. Nosotros dijimos en aquel momento que había un acuerdo con todos los partidos independentistas, incluido el PNV, que algún día me imagino que la historia hablará de la traición del PNV, no a mí, ni a nosotros, pero recordemos que una semana antes aprueba los presupuestos, se calcula el cupo, un cálculo indignante para el resto de los españoles y para la solidaridad entre españoles, y una semana después apoya una moción de censura contra Mariano Rajoy. Sabíamos que existía ese pacto con el PDCat, con Esquerra, que había un acuerdo tácito con Bildu, que también iba a apoyar la moción de censura, y nosotros le dijimos a Sánchez que asegurara que iba a convocar elecciones en septiembre y apoyaríamos esa moción de censura, y no lo hizo. Cuando tú pides algo tan sencillo…

OA: Es decir, ¿la razón no fue el independentismo, sino que Pedro Sánchez no se comprometía a convocar elecciones?

¿Pero por qué no se comprometía Pedro Sánchez a convocar elecciones? Porque nosotros sabíamos que tenía ese acuerdo con los independentistas, que iban a apoyarle en ese posible Gobierno que venía después, como así ha sido.

OA: Da la sensación de que ustedes ponen muchos escrúpulos a un pacto para echar a Mariano Rajoy de La Moncloa, o a un Gobierno progresista, y sin embargo pactan con Vox en Andalucía con una ligereza absoluta. ¿No es eso una contradicción?

No hemos pactado con Vox.

OA: Decía esta semana Albert Rivera que desea un futuro sin independentistas y sin populistas, pero la Constitución nos da el derecho a pensar como queramos, hay libertad de expresión. ¿Esto no es eso excluyente? ¿Tenemos que mantenernos todos en lo que ustedes consideran que es el constitucionalismo, habiendo tantas aristas?

Niego la mayor, niego la mayor. Primero, nosotros no hemos pactado con Vox. No están en el Gobierno, insisto.

LG: Pero sí condicionarán su presupuesto. Ya han amenazado con tumbar las cuentas si no se legisla en relación a la memoria histórica.

Bien, pero eso ya serán decisiones políticas puntuales, igual que nosotros tomamos nuestras propias decisiones.

LG: ¿Igual que el rechazo de los independentistas a los presupuestos de Sánchez?

Exactamente igual.

OA: Según esa misma lógica, tampoco los independentistas gobernaban con Sánchez.

Exactamente igual. Y niego la mayor. Albert Rivera dijo ayer que en este país se pueden presentar los partidos independentistas, se puede tener una ideología independentista. También los populistas se pueden presentar a las elecciones. Nuestra aspiración es que no tengan influencia en la política española. ¡Igual que la aspiración de los populistas es que no la tengamos nosotros! Eso no excluye absolutamente a nadie. Esta es la batalla política lógica y normal. Y estamos en un país con una Constitución que probablemente es la más progresista de Europa y que permite que haya independentistas. ¡Vaya a Francia a hacerlo! ¡Vaya a Alemania a hacerlo! Aquí no pasa nada. En Francia o Alemania, que parece que son el paradigma de las democracias occidentales, no se permite que haya partidos independentistas.

OA: En Alemania o en Italia sí se permite, hasta el punto de que algunos territorios han votado en un referéndum independentista que no ha salido adelante.

Eso se cortó muy rapidito…

OA: En Alemania lo que está prohibido es el nazismo, algo que ustedes, en su intención de prohibir, no manejan, porque llegan a acuerdos con la extrema derecha populista.

Y el comunismo.

OA: No, no está prohibido. En Alemania hay partidos comunistas. Y en nuestra Constitución cabe la defensa del independentismo, otra cosa es que se permitan herramientas para llevarlo a cabo. ¿No se puede defender cualquier idea, aunque sea utópica?

Usted puede ser lo que quiera. Y en Alemania no se puede hacer apología del nazismo, y yo estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo en que no se pueda desarrollar el nazismo, pero también lo estaría con el comunismo. Más que nada por una trayectoria histórica que, quien quiera conocerla, ahí la tiene. Por supuesto, que cada uno sea lo que le dé la gana, pero permítanos que, desde nuestra ideología y utilizando nuestras armas constitucionales, podamos querer que no haya ninguna influencia política ni del populismo ni de la extrema derecha, que eso es lo que queremos. Ahora, que cada uno piense lo que le dé la gana.

LG: ¿Y decir que se van a bajar todos los impuestos no es populista?

No, porque se pueden bajar. Tampoco nosotros hemos dicho que se vayan a bajar todos los impuestos. Es más, le voy a poner un ejemplo muy reciente. En Andalucía se iban a bajar todos los impuestos. Resulta que hemos llegado a la Junta, hemos abierto todos los cajones, y hay más de 7.000 millones de deuda no reconocida. Bien, pues evidentemente este año no se van a poder bajar los impuestos.

LG: ¿Por la herencia recibida?

Sí, sí. Si te parecen pocos 7.000 millones solo en Andalucía… La cosa es bastante grave después de 40 años de cabalgar el caballo socialista.

LG: Los últimos cuatro años, le recuerdo, gracias a un pacto con Ciudadanos, aprobando los presupuestos con el apoyo de su partido.

Sí, pero solo los presupuestos, no estando en el Gobierno. No es lo mismo dar un apoyo a los presupuestos y permitir la estabilidad política que gobernar. Yo llego a un pacto y luego ya veré si mi socio lo cumple o no lo cumple. Llego a un pacto que creo que es bueno y que mejora la vida de los andaluces, en este caso. Luego se cumplirá o no, a mí no me cargue con esa responsabilidad. Cuando yo sea ejecutivo, cuando yo tenga la responsabilidad de ejecutar ese presupuesto, seré el responsable.

GR: Me gustaría hablar un poco de Cantabria. Ciudadanos irrumpe en 2015, entra con dos diputados en el Parlamento, se acaba la legislatura, y casi todos los presupuestos en estos años se han aprobado con Ciudadanos o ex de Ciudadanos. Tres de cuatro. Y en los últimos tiempos, sobre todo, Ciudadanos lleva su discurso de regeneración muy pegado en la foto a Miguel Ángel Revilla, que se presenta como candidato desde los años 80. ¿Cómo casa eso?

Bueno, en realidad hablamos de presupuestos… La Ley de Presupuestos es muy particular, muy especial. Nosotros, cuando hacemos esas negociaciones intentamos dejar de lado las ideologías e intentamos hacer unos presupuestos que mejoren la vida de todos los cántabros. Esa es nuestra misión. Mi misión como político es intentar trasladar a los presupuestos, que es la ley más importante, todas aquellas cuestiones que nosotros llevábamos en nuestro programa electoral. ¡Si lo más fácil es no pactar! ¡Si en el pacto es donde está el coraje político! ¡Si lo más sencillo es meterte en la trinchera ideológica y decir que ahí les den a todos!

GR: Venimos de hablar del debate español, donde las diferencias ideológicas son importantísimas para no apoyar los presupuestos, como acaba de decir hace un minuto. ¿Aquí ya no vale?

¡No me hagas trampas! Hay unas diferencias ideológicas que evidentemente no se pueden traspasar. Hay unas líneas rojas. Si el señor Revilla pidiese la independencia de Cantabria ya te digo yo que no llegábamos a un acuerdo presupuestario… Por eso te digo que no me hagas trampas. No cambies unas cuestiones nacionales, donde se busca romper España, romper España, repito, con esto otro.

GR: El Gobierno de España estaba negociando los presupuestos también, ¿no?

El Gobierno de España está haciendo concesiones continuas.

GR: ¿Cuáles son esas concesiones?

En primer lugar, la primera decisión de Pedro Sánchez al llegar a Moncloa: levantar el control financiero y permitir otra vez a los catalanes que tengan a disposición toda la pasta que quieran para su propaganda, para sus embajadas…

LG: ¿Eso no estaba contemplado así en la aplicación del artículo 155?

Sí, y nosotros dijimos que no se levantara. Y ahí tienen otra vez la posibilidad de gastar para sus embajadas y para apoyar a los huidos…

LG: ¿Pero eso no lo hubiera hecho igual Rajoy? ¿No era una obligación legal una vez se constituyera el Gobierno de Cataluña tras las elecciones autonómicas?

A mí lo que hiciera Rajoy me da igual.

GR: ¿Cumplir la ley?

No, no, no. Cumplir la ley no. Cambiar la perspectiva que tenía el señor Sánchez, porque entonces no era presidente, del delito de rebelión por el delito de sedición y cargarse al abogado del Estado, ocultar en un cajón durante meses un informe del Ministerio de Asuntos Exteriores que decía que las embajadas catalanas atentaban contra el buen nombre de España y que además no eran competencia de la Generalitat, y guardar en el cajón un informe de la Alta Inspección de Educación donde se reflejaba el adoctrinamiento que había en las aulas. También, convocar una mesa, al margen de las instituciones, con un relator o mediador, para hablar de los 21 puntos de la infamia. Solo digo dos: el derecho de autodeterminación y acabar con la Policía Nacional y la Guardia Civil franquista.

GR: ¿Hablar o negociar es conceder?

No, no. ¡Es que hay cosas que no se pueden hablar ni negociar! El derecho de autodeterminación no se negocia. Y si a alguien no le queda claro, aquí estamos nosotros para que no voten.

GR: Vuelvo a Cantabria, al primer Félix Álvarez. Su aparición pública, no relacionada con su trabajo aquí, guarda relación con los medios de comunicación, con un programa como 'La Hora de Walter' o el periódico 'Rakeros', donde era durísimo con el Gobierno de Miguel Ángel Revilla. ¿Qué ha cambiado para sentarse con Revilla, creerle en relación a casos como la imputación del consejero de Economía y tener una relación tan engrasada como para dar pie a pensar que Ciudadanos puede sustituir al PSOE en el Gobierno de Cantabria como socio prioritario de Revilla?

Pues ha cambiado algo fundamental: que aquel era un Félix Álvarez que se dedicaba a los medios de comunicación y este es político. Y yo no vengo a la política a cobrarme facturas pasadas ni a que me las cobren a mí. Lo que tengo que hacer es política, y nosotros creo que hemos hecho, dentro de una política asumible como la del PRC-PSOE, aunque tengamos muchas discrepancias con ellos y no nos gusten, para llegar a un acuerdo presupuestario. Punto.

LG: ¿Y cómo es su relación personal con Miguel Ángel Revilla?

Bien. Siempre ha sido correcta, incluso en los momentos más tensos. Sí, sí, sí. Cuando Miguel Ángel Revilla y yo nos hemos encontrado por la calle, incluso en los momentos más tensos de nuestra relación, siempre ha habido un saludo, una palabra cordial, y hemos dejado de lado nuestras diferencias personales. Siempre. Lo tengo que decir. Si no, mentiría.

LG: Esta pregunta se la hice hace solo unos días al candidato del PSOE, Pablo Zuloaga, y se la repito a usted: ¿Prefiere ser el vicepresidente de Miguel Ángel Revilla o el líder de la oposición durante la próxima legislatura?

Es que voy a ser el próximo presidente del Gobierno de Cantabria si mis compañeros de partido me dan la confianza en las primarias…

LG: ¿Y a quién preferiría como vicepresidente, entonces, dado que un Gobierno en solitario parece bastante complicado con la actual fragmentación parlamentaria?

GR: Entiendo que Miguel Ángel Revilla no aceptaría ser su vicepresidente…

Entiendo que no, claro.

GR: ¿Y a quién prefiere? ¿Alguien del PRC, alguien del PP, alguien de Podemos, alguien de Vox? ¿Con quién pactaría?

Es que esto se hacía en la Plaza de Pombo, donde bajábamos a cambiar cromos. Para esto se sienta uno en una mesa, se presentan proyectos, se llegan a acuerdos…

LG: ¿Pero no tiene ninguna preferencia?

La única preferencia que tengo es que la gente cumpla la Constitución, sea moderada, tenga capacidad de diálogo y de negociación. Ya está. ¿Qué eso lo consigo con Pablo Zuloaga? Perfecto. ¿Que eso lo consigo con María José Sáenz de Buruaga? Perfecto. No tengo ningún problema, no me pica la imagen de ningún contrario.

OA: Y después de 40 años de Gobierno de los mismos en el Ayuntamiento de Santander, ¿en qué parte de la mesa se va a sentar? ¿Va a propiciar un cambio o va a favorecer que continúe el Partido Popular y siga gobernando la derecha?

Yo entiendo su pregunta, que está muy bien traída… Vamos a ir a las elecciones del 26 de mayo, vamos a ver las aritméticas que hay y luego decidiremos.

LG: ¿No sería necesario que, dada la fragmentación política que existe, los ciudadanos vayan a las urnas sabiendo qué tipos de pactos se pueden dar o qué líneas rojas tiene cada partido? Igual alguien puede votar a Ciudadanos en Santander si sabe que va a facilitar un cambio o propiciar una regeneración política, pero igual no lo haría si sabe que va a mantener o va a gobernar junto al Partido Popular, ¿no cree?

¡Es que la regeneración política somos nosotros!

LG: ¿Independientemente de con quién pacte?

¡Claro! Vamos a ponernos en el caso del Ayuntamiento de Santander: si gobernase el Partido Popular con Ciudadanos, ya sería un cambio sustancial por primera vez en la historia de la democracia. Y lo mismo si lo hiciéramos con el PRC o con el PSOE.

GR: Ciudadanos ya era la regeneración democrática y permitió, incluso con tránsfugas, que siguiera gobernando el Partido Popular. Esto es muy fácil: ¿Va a seguir permitiendo que gobierne la misma derecha que durante toda la democracia o Ciudadanos está de acuerdo en dar un paso adelante y apoyar otros acuerdos si dan los números?

Vamos a ir a las elecciones municipales, vamos a ganar esas elecciones municipales y luego nos sentaremos con todos de uno en uno. Hablábamos antes de los cordones sanitarios: ¡De verdad, que con los cordones sanitarios he visto a gente ahorcarse! ¡Que no es necesario! ¡Que no es necesario! Vamos a dialogar con todas las fuerzas democráticas, moderadas, constitucionales, que están a nuestro alcance, y vamos a ver cómo son los pactos.

OA: Ciudadanos tenía esta legislatura dos concejales que ahora son tránsfugas, que abandonaron la disciplina del partido. Sin embargo, desde un principio gobernaron con el PP. Tiempo después, David González confesó que había llegado a un acuerdo con el anterior alcalde, con Íñigo de la Serna. ¿Le consta a usted este pacto?

Le hicieron desmentirlo corriendo, en horas.

OA: ¿Le consta a usted que estas personas que presentaron por Ciudadanos, aunque ahora no representan a la marca, tuvieron alguna vez un pacto con el PP?

No me consta de manera práctica, pero tengo mis sospechas… Cuando el señor David González hizo aquellas declaraciones de que había un pacto secreto con el anterior alcalde, con Íñigo de la Serna, yo me lo creí a pies juntillas porque todo lo que habíamos visto hasta entonces corrobora esa sospecha. Pero no se lo puedo decir, no tengo una grabación de vídeo donde se vea que ese pacto ocurrió. Pero si tuviera que mojarme, diría que ese pacto existió y creo que los tránsfugas fueron unos traidores a la marca de Ciudadanos.

LG: Voy a citar a Albert Rivera: “Sin primarias no va a haber pactos. Es indispensable. Ya está bien de que algunos se elijan a sí mismos”. Eso lo dijo su líder en Santander, a las puertas de las elecciones autonómicas y municipales de 2015. ¿Eso ha cambiado? ¿Es otro de los cambios de criterio de Ciudadanos a lo largo de todo este tiempo? Un ejemplo reciente: no creo que Juanma Moreno fuera elegido por primarias, ¿no?

No creo que esa frase de Albert fuera por ahí… Nosotros respetamos la organización interna de cada partido.

LG: En ese caso, Ciudadanos estaba exigiendo que la Ley Electoral contemplara que los partidos celebraran primarias. Sin eso, no habría pactos, dijo.

Sí, sí, sí. Y seguimos insistiendo en cambiar la Ley Electoral. No solamente con este asunto de las primarias…

LG: Ese criterio, la exigencia de celebrar primarias para elegir a sus candidatos, reduciría sustancialmente las posibilidades de pacto de Ciudadanos, ¿no le parece?

No, no. Jugamos con las reglas del juego que hay ahora. A nosotros nos gustaría que hubiera primarias en todos los partidos, pero mientras la Ley Electoral no obligue a que las haya, pues nos parece muy bien que el Partido Popular no las tenga o que Pedro Sánchez apoye a Pepu Hernández. Nos parece muy bien. ¿Qué nos gustaría a nosotros? Que haya primarias en todos los partidos. El Partido Socialista aquí en Cantabria las ha tenido. Chapó. El Partido Popular las tuvo de aquella manera… Han tenido que saltar un listón para que María José Sáenz de Buruaga fuese la candidata, pues allá ellos.

LG: Sin embargo, usted no se sometió a primarias para ser candidato de Ciudadanos al Congreso en las últimas elecciones generales. ¿Por qué?

No. Fue una circunstancia especial. Sabe todo el mundo que cayó la legislatura, que había tres semanas solamente para elegir candidato, y nuestros estatutos prevén la posibilidad de que, en casos excepcionales, se tomen este tipo de decisiones en el partido.

LG: ¿No se va a volver a repetir esto ahora?

No, no, no. Tenemos las primarias aquí a la vuelta de la esquina, pero los estatutos de mi partido prevén que, en casos excepcionales, el Comité Ejecutivo desde Madrid pueda designar candidatos.

LG: Vuelvo a citar a Albert Rivera: “Es imprescindible un pacto anticorrupción y por la regeneración política. Hace falta mucho diálogo para acabar con las políticas sectarias en este país”. Después de cuatro años en las instituciones, ¿se sienten frustrados en Ciudadanos por no haber conseguido ese objetivo tan noble?

Un poquito sí, la verdad. La maquinaria bipartidista es muy potente. Mira, esta es una cuestión con la que coincidimos con Podemos y siempre hemos ido de la mano en el Congreso de los Diputados. En todas las medidas de regeneración o anticorrupción coincidíamos mucho con ellos. En la Ley Electoral, que es una forma también de controlar el sistema democrático y de fortalecerlo, que también influiría en mejorar la calidad democrática, y por tanto evitaría en parte la corrupción, también íbamos de la mano con Podemos. Somos dos partidos nuevos que hemos llegado y que teníamos en nuestro horizonte este tipo de políticas. Un poco frustrados, sí. No agotados, porque seguiremos peleando porque eso ocurra, porque es imprescindible para recuperar la confianza de los ciudadanos.

LG: Insistiendo en eso de la regeneración: ¿Por qué deberían confiar los cántabros en Ciudadanos, después de una legislatura en la que la regeneración no se ha dado ni en sus propias filas, volviendo a los tránsfugas? ¿Cómo pueden tener la certeza de que eso no volverá a ocurrir?

Lo de los tránsfugas ha sido una circunstancia puntual…

LG: Puntual en el Parlamento de Cantabria, en el Ayuntamiento de Santander, en el de Piélagos… Prácticamente en todas las instituciones en las que tenían representación.

Es verdad. Ciudadanos nació como nació y creció muy rápido: entró gente rebotada de otros sitios y con aspiraciones mucho más personales que generales. Y éramos doscientos y pico afiliados. Éramos un partido endogámico, que no había manera de que creciera. Cuando hubo aquella huida de los tránsfugas éramos doscientos y pico. De repente, conseguimos hacer esa limpia, y ahora somos casi 700 afiliados. La progresión del partido, la apertura a la sociedad civil, es la que nos está dando muchísima más fuerza para afrontar este tipo de situaciones complejas que hemos tenido.

GR: ¿700 o 2.000, que es lo que dijo el otro día Fran Hervías?

No, eso son simpatizantes, los que están inscritos. Afiliados son los que pagan cuota, diez euros al mes, que es el partido más caro que hay. En las primarias votan los afiliados que lleven más de seis meses y que estén al corriente de pago. No vale que venga 'Miguelín' [en referencia al supuesto amaño de las primarias en el PP cántabro] a poner pasta…

GR: Hay críticas internas en su partido a que toda la cúpula de Ciudadanos en Madrid le haya señalado como el candidato idóneo en las primarias. ¿Qué tiene que decir a eso?

Críticas de los que no han sido señalados… [Ríe].

GR: De las otras candidaturas, sí. ¿Les puede ofrecer garantías en ese proceso de primarias al resto de aspirantes?

Es que nosotros votamos telemáticamente. Lo hará cada afiliado desde su casa. Más garantía que esa… Ojo, que eso después pasa por la Fábrica de Moneda y Timbre… Fíjate si es garantista que en el último Consejo General se presentó una enmienda para dotar de más garantías al sistema telemático y cuando se explicó cómo era, la enmienda de ese sector crítico fue retirada por ellos mismos.

GR: ¿Y si no gana Félix Álvarez? ¿Cómo quedan Rivera, Hervías o Garicano? ¿Qué pasa con la campaña publicitaria con su imagen que están haciendo en estos momentos?

No pasaría absolutamente nada. El compañero que gane asumiría el número uno de la candidatura autonómica y todos seguiríamos trabajando. Pero respecto a la campaña publicitaria, hubo otra en Murcia, otra en Madrid, porque hubo acuerdos presupuestarios, y el cartel de esa campaña publicitaria fue el portavoz autonómico, igual que aquí conmigo. Ignacio Aguado salía en el Metro de Madrid y yo, como portavoz autonómico, salgo aquí.

LG: Ignacio Aguado es diputado autonómico y líder de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid. Usted no es diputado autonómico y no está en el Parlamento de Cantabria, que es dónde se ha llegado a un acuerdo presupuestario, ¿no? Existe esa diferencia. ¿Podría salir Rubén Gómez, como portavoz parlamentario de Ciudadanos?

No, no, no. Salían los portavoces autonómicos. Lo vende el partido. Es un logro de la marca Ciudadanos. Y otra cuestión: esta campaña la diseñamos a finales de diciembre, cuando todos pensábamos que las primarias iban a ser a mediados de enero. Todos. Luego pasó lo que pasó con las primarias, que van a ser a finales de marzo.

OA: Comentábamos antes ese inicio accidentado de Ciudadanos en Cantabria, donde llega un grupo importante de personas rebotadas de UPyD, pero luego en esa depuración de la que hablaba se les han colado algunos protagonistas ya viejos que venían también de otros partidos, como Paco Sierra o Joaquín Solanas. ¿Se espera algún fichaje de alcaldes, por ejemplo, críticos con la gestión de María José Sáenz de Buruaga en el PP? ¿Algún candidato de Ciudadanos va a proceder de esos rebotados?

No lo sé. Nosotros somos un partido en el que no miramos a nadie el DNI ni de qué partido político viene… Si vienes de la sociedad civil, asumes el ideario de Ciudadanos, eres responsable y te comprometes con nuestro proyecto, yo no voy a mirar de dónde viene la gente. Intentamos que la gente sea honesta. Yo estuve afiliado al Partido Socialista a los 16 años durante tres meses. No sé si eso influirá o no influirá o está prescrito. [Ríe]. Decía Churchill, o si no decimos que lo dijo, que hay algunos que cambian de partido para mantener los ideales y hay otros que cambian de ideales para mantenerse en el partido. Pues mira, si tú vienes a Ciudadanos y te comprometes a luchar por nuestro proyecto, nos da igual de dónde vengas.

OA: ¿Javier Cerutti sería su candidato para el Ayuntamiento de Santander?

Javier Cerutti es un tío fantástico. Es un político extraordinario, tiene una presencia maravillosa, tiene buena oratoria… Y a mí me parece uno de los fantásticos candidatos que podríamos tener en Santander. Pero también digo una cosa, con toda la seriedad, y es que en Santander tenemos un buen plantel de candidatos y candidatas al Ayuntamiento.

LG: ¿Y cuándo lo vamos a saber?

Primero vamos a ir con las primarias, y luego…

LG: ¿No es un problema no tener una cara visible de Ciudadanos en los municipios en los que va a presentar candidatura a solo tres meses de las elecciones? ¿O confían tanto en la marca nacional como para que la gente vote a Albert Rivera sea quien sea el candidato a la Alcaldía?

Hombre, hay las dos teorías… Una, que si lo sacas muy pronto se queme, y otra, que si lo sacas muy tarde no llegue. Pero ahí tenemos el caso de Andalucía, donde partidos sin ninguna cara visible han conseguido un resultado que no esperaba absolutamente nadie. Hoy en día, con las redes sociales, con los nuevos sistemas de comunicación, un candidato en dos o tres meses se puede dar a conocer sin problemas.

GR: ¿Y qué dice Javier Cerutti, muy comprometido con movimientos conservacionistas, de las escolleras de La Magdalena? ¿Escolleras fuera? ¿Seguir con las escolleras, como defiende la alcaldesa? ¿Qué hacemos con esa escollera que está construida?

El otro día he estado en el Instituto de Hidráulica. Hemos estado hablando no solo del asunto de las escolleras, que al final es una anécdota en la Bahía.

GR: ¿Que es una anécdota?

Dentro de las modificaciones que ocurren en la Bahía, es una anécdota. Comparado con los rellenos portuarios y demás. Vamos a reunirnos pronto y a tomar una decisión sobre las escolleras. Queríamos tener todos los datos encima de la mesa. Lo que sí ha hecho muy mal este Ayuntamiento es aprobar las cosas por 'decreto ley' y engañar a la gente como se engañó con las escolleras, con ese falso dilema de playa sí o playa no, con aquellas infografías que eran mentira, donde era bonita hasta la escollera… Se engañó a la gente. Se hizo una encuesta a cuatro vecinos que pasaron por la Plaza Porticada, si es que se hizo, y se engañó. Luego se hizo por santos bemoles. Eso es lo que no se puede hacer. Yo creo que lo que quiere la alcaldesa es, corriendo y deprisa, que hagan la otra escollera para no tener que quitar la que ya está, porque ya sería el vigésimo tercer fracaso que ha tenido en dos años.

LG: “Los problemas que tiene un señor de Cádiz, Barcelona, Madrid o Santander son los mismos y las mismas soluciones sirven para todos ellos”. De nuevo estoy citando a Albert Rivera. ¿Coincide con ese argumento? ¿Cree que se puede simplificar tanto y a todos nos sirven las mismas soluciones o hay que tener en cuenta las características de cada territorio?

Básicamente, todos tenemos los mismos problemas y andamos en los mismos lodazales económicos metidos, en las mismas encrucijadas, pero es verdad que hay que tener luego una pequeña visión localista, porque las especifidades de cada región te llevan por un camino u otro. No es lo mismo vivir en el País Vasco, con la economía que tiene, que en Cantabria, con una economía bastante más precaria en estos momentos para asumir costes sociales, por ejemplo.

LG: Le pregunto esto porque no sé si Félix Álvarez es partidario o no de que el Estado recupere algunas competencias, como Educación o Sanidad, por ejemplo.

No, no creo que sea necesario. Hacen falta dos cosas: lealtad con la Constitución y luego utilizar las herramientas que tiene el Estado para controlar los desmanes. Está la Alta Inspección de Educación, que puede evitar que se produzcan desmanes. Y en Sanidad, ¿por qué hay que devolver las competencias en Castilla y León si va bien? Pues no.

LG: ¿Por lo de los 17 modelos que repiten constantemente?

No, lo que tenemos que hacer es consensuar esos modelos. Tiene que haber una tarjeta única sanitaria, un expediente único sanitario. ¿Por qué Hacienda sí nos controla vivas donde vivas y tú si vas a Almería en verano eres un desplazado en el sistema sanitario?

LG: ¿Félix Álvarez es autonomista, entonces?

Sí lo soy, sí lo soy.

OA: Yo no voy a citar ni a Rivera ni a Churchill, voy a citar a Wyoming... ¿Puede un cómico sonarse los mocos con la bandera de España?

Se nos está yendo de las manos este tema… No el humor, sino cómo miramos el humor. En la Edad Media, el que se podía reír del rey era el bufón. Hay un Código Civil y Penal, pero para amenazas de muerte y cosas así, graves. ¿Pero esto? Te podrá gustar más o menos el chiste, y podrás tener mayor o menor presión social por el chiste que has hecho, pero de ahí a que lo llevemos delante de un juez, a mí me parece una ida de olla tremenda, la verdad.