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La portalada histórica de la Casa Salud Valdecilla entra en la Lista Roja de patrimonio en riesgo de desaparecer

Sillares de la Casa de Salud Valdecilla

Javier Fernández Rubio

Santander —

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La portalada de la antigua Casa de Salud Valdecilla en Maliaño (Cantabria), acaba de ser incorporada a la Lista Roja de patrimonio civil en riesgo de desaparición, después de que el Comité Científico de Hispania Nostra haya considerado oportuna su inclusión como forma de llamar la atención sobre su estado de abandono e impulsar su recuperación.

La gran portalada de sillería de la Casa de Salud Valdecilla se encuentra desmontada y abandonada, entre zarzas y basuras en un páramo de Parayas, en el municipio de Camargo, en una finca pública. Desde hace 54 años, los sillares de la fachada del que fuera el hospital más moderno e innovador de finales de la década de los años 20 del pasado siglo sigue abandonada y ha acabado engrosando la Lista Roja del Patrimonio de Cantabria que periódicamente actualiza la organización Hispania Nostra.

Consultada este martes la Fundación Valdecilla sobre esta posibilidad, ahora consumada, y los posibles planes de recuperación, la institución cántabra no ha hecho comentario.

La Casa de Salud Valdecilla fue inaugurada en el año 1929 por Ramón Pelayo de la Torriente, Marqués de Valdecilla, que asumió la idea y el completo patronazgo de un proyecto que partiendo de una iniciativa popular venía a sustituir al antiguo Hospital de San Rafael. La portalada de la antigua Casa de Salud Valdecilla fue la entrada principal al hospital, símbolo de la institución y de la visión de su fundador y construido por el arquitecto Gonzalo Bringas.

En 1970, la fachada y la portalada fueron derribadas. Sin embargo, antes de su demolición, las piedras de la arcada y la balconada fueron cuidadosamente numeradas y desmontadas con el objetivo de preservarlas y, en un futuro, reconstruirlas. “Esta acción reflejaba la intención y el compromiso de honrar y recordar a quienes contribuyeron al prestigio del hospital”, afirma Hispania Nostra.

El arquitecto Hernández Morales, había propuesto originalmente que la portalada se reinstalara en los jardines del nuevo Centro Médico Nacional Marqués de Valdecilla durante la reforma de 1971. Sin embargo, esta propuesta no se llevó a cabo. Actualmente, se han sugerido dos posibles ubicaciones para su recuperación y puesta en valor -prosigue la organización conservacionista del patrimonio-: ubicar la portalada en la gran rotonda resultante de la organización de los accesos a la ciudad, en la confluencia de las calles Leonardo Torres Quevedo, Cajo, Segundo López Vélez y Avenida de Valdecilla; y trasladar los elementos de la portalada a los jardines de la Finca Museo del Marqués de Valdecilla en Medio Cudeyo. “Aunque esta opción descontextualizaría la portalada de su ubicación original, sería una solución viable y técnica y administrativamente factible, permitiendo integrarla en el contexto del legado del marqués”, valora Hispania Nostra.

La portalada tiene tres pisos y está sustentada y presidida por una triple arcada de acceso a través del arco central, con dos laterales con amplios ventanales para iluminación decorados con vitrales. Los tres arcos, de quince dovelas cada uno, estaban basados en la geometría curva y se correspondían arquitectónicamente con el tipo de arco carpanel, característico por el elegante abatimiento de la curva de sus 'lomos'. En los extremos laterales, los arcos encontraban apoyatura sobre columnas únicas de tipo toscano, mientras que la puerta principal, ornamentada con sendas columnas pareadas del mismo estilo, se conjuntaba con las dos laterales. Sobre los seis elementos de la columnata se apoyaba, de lado a lado, un friso con triglifos alternando con dieciséis discos besantes. Todo este conjunto horizontal, servía de basamento a la balconada con dos huecos adintelados, ocupada en su parte central por un frontón triangular, flanqueado y rematado por pináculos y bolas, que acogía con solemnidad el elemento heráldico.

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