Los espacios naturales han sido uno de los reclamos turísticos más solicitados desde que comenzó la pandemia. Liébana, por tanto, se ha convertido en el mejor escenario para disfrutar de unas vacaciones en las que respirar aire puro y lanzarse a probar todo tipo de actividades de turismo activo. Sin embargo, ningún plan supera el interés que suscita el teleférico de Fuente Dé entre los miles de turistas que pasan cada año por la comarca.
Este teleférico, que recibe la visita de unas 250.000 personas cada año, se encuentra en el Parque Nacional de los Picos de Europa. La instalación salva un desnivel de 753 metros a una velocidad de 10 metros por segundo, situando al visitante a 1.823 metros de altitud en tan solo tres minutos y medio.
El teleférico de Fuente Dé no es ni el más largo ni el más alto de Europa, aunque sí lo fue tiempo atrás. Sin embargo, cuenta con la peculiaridad de que a lo largo del trayecto no tiene ninguna torre, por lo que no se produce ningún cambio de pendiente durante el recorrido. Esta diferencia con otros transbordadores “hace que sea mejor la explotación y la sensación de los clientes en el interior”, según explica Antonio Marcano, director del Teleférico.
“Es una infraestructura muy importante para Cantabria como centro turístico, y fundamental para la comarca de Liébana como vehículo para atraer a muchos visitantes, viajeros y senderistas que llegan con el reclamo de los Picos de Europa”, valora Marcano.
No obstante, desde el teleférico demandan “egoístamente” una mayor capacidad de transporte para “dar un mejor servicio”. “En épocas estivales, mucha parte de los clientes no pueden disfrutar de la instalación porque no hay capacidad suficiente”, ha reconocido el director.
Origen minero
A pesar de que hoy en día se trate de un atractivo turístico, el origen del teleférico de Fuente Dé es minero, ya que la necesidad de usar transporte por cable dio lugar a la construcción de esta instalación, de la que todavía podemos ver la estructura de la tolva donde llegaba el mineral.
Junto a estos vestigios también se encontraba un lavadero, que servía entonces “para extraer la parte noble del metal y dejar la parte que no era productiva”, cuenta Marcano con detalle. Por ello, el director del Teleférico muestra cómo el terreno que rodea estos restos es grisáceo, y no verde como el resto de la pradera.
El funcionamiento del antiguo teleférico dista mucho de lo que podemos ver hoy, ya que entonces “no tenía motor”, según explica Marcano, sino que el vagón subía vacío hasta media ladera de la montaña, donde “todavía se pueden ver los restos del bocaminas”. Para descender, el vagón no necesitaba más que el propio peso de la blenda, el principal mineral extraído en estas montañas, que procede del zinc.
Hoy en día, el sistema de funcionamiento del teleférico está expresamente diseñado para funcionar en condiciones de alta montaña, por lo que “no le afecta la temperatura, la humedad o las tormentas”, defiende el director de la instalación.
Tornos de Liordes
En el circo glaciar de Fuente Dé también se pueden observar los Tornos de Liordes, ubicados en una zona limítrofe con la comunidad autónoma de Castilla y León. Estos caminos se pueden distinguir por su forma de zeta, y son visibles tanto desde la estación inferior como desde la cabina del teleférico- se usaban para bajar el mineral en carros tirados por bueyes. Esta labor requería que “la galga- el freno por fricción que poseía el carro- fuera cambiada continuamente, ya que era de madera”.
Actualmente, esta ruta se utiliza “para llevar a cabo actividades de montaña”, confiesa Marcano.
Rutas autoguiadas
Además, existe un pequeño recorrido auto guiado, mediante códigos QR, que rodea Peña Remoña así como el recinto cercano a la estación inferior del teleférico. Al escanear estos códigos, el visitante puede ser testigo de cómo se utilizaba el teleférico para extraer mineral a través de diversos vídeos, disponibles en distintos idiomas.
Otros encantos
Junto a la estación superior está situado el popular Mirador de El Cable, un balcón orientado hacia el sur desde el que se puede observar el macizo central de los Picos de Europa, así como la Cordillera Cantábrica.
Por su parte, la estación inferior también aguarda otros encantos como el nacimiento del río Deva, el cual forma una charca justo detrás del Parador Nacional, debido a las filtraciones del agua que baja de la cascada.
“Por eso esto se llama Fuente Dé, yo creo, porque es la Fuente del Deva”, exclama Marcano insinuando la lógica de la denominación de esta localidad. También destaca este río como el “más importante del Parque Nacional” junto al río Cares, por lo que cree que a esta zona “se le debería de dar, de alguna manera, más valor”.