Arnau Griso: “Las discográficas son un modelo de negocio que está perdido, tocado y hundido”
Arnau Blanch (Barcelona, 1993) y Eric Griso (Barcelona, 1990) se embarcaron en el proyecto de su vida 'Arnau Griso' hace más de una década. Con canciones macarras y ritmos buenrolleros lograron hacerse con el gran público a pesar de que su idea inicial siempre fue pasarlo bien. Sin embargo, los problemas que genera trabajar con un mejor amigo terminan derivando en priorizar su relación por encima de cualquier contrato y así, en octubre de 2021, anunciaron su separación definitiva, aunque no sin antes despedirse por todo lo alto con una gira que ya está llegando a cada rincón de España. Este sábado estarán en el Negrita Music Fest, de Santander, y unos días antes han sacado un hueco para hablar con elDiario.es sobre política, independentismo, sexo, música y algún que otro arrepentimiento: “En el momento en el que nos ha empezado a escuchar más gente hemos adaptado un poco el mensaje, y quizá visto un poco con perspectiva ha sido un error. Igual lo que teníamos que haber hecho era haber seguido con este lenguaje interno que parece una conversación entre Arnau y yo... Y que lo entienda quien lo tenga que entender”.
Tienen ese pesimismo gracioso que contrarresta bastante con el rollo Mr.Wonderful que parece que llegó para quedarse. ¿Era una idea arriesgada para llegar al gran público?
Arnau: Bueno… Nuestras pretensiones al empezar eran llegar a nuestros amigos. Eso se nota en las primeras canciones en las que el humor era aún más particular e incluso como más friki. Cosas que quizá fuera de nuestro entorno ni siquiera se entendían porque eran bromas internas. Es bastante milagroso que haya gente fuera de nuestro entorno a la que le gusta lo que hacemos y entienda nuestras referencias. Creo que después de esas primeras canciones ya adaptamos nuestro humor a un público más amplio.
Son catalanes y se posicionan ideológicamente… ¿Les va la marcha?
[[Ríen]] Eric: A ver, hemos huido de la política siempre porque aunque está muy de la mano de la música, nos hemos visto en una época de tantos fregaos que nos ha dado mucha pereza posicionarnos a nivel político. Y creo que ya es un poco tarde para hacerlo, ¿no? [[Ríe]] Me defino como hippie políticamente. Soy muy peace and love y por eso creo que me genera tanto rechazo la política porque es como una especie de juego de tronos constante, de puñaladas traperas, de reproches… Y no va conmigo. Soy muy consciente de la importancia que tiene, pero me da pereza todo el rato.
Arnau: Yo creo que hay que estar en política porque si no la política está en ti, y si no estás encima de la política, la política hará contigo lo que quiera. Pero comparto la sensación con Eric, al final cuando te metes un poquito ves que todo es tan horrible, que todo el mundo peca de lo mismo y que no puedes confiar prácticamente en nadie: ni en partidos ni en personas. Todos terminan estando dentro del mismo círculo y creo que es muy difícil hacer política sin estar dominado por otro tipo de corporaciones que están fuera de la política. Yo me considero más anarquista que hippie y me cagaría en el pecho de cada político que haya. [[Ríen]]
¿Hay que lanzar mensajes pedagógicos en las canciones? ¿La cultura también tiene esa función?
Eric: la cultura no tiene esa función. Tiene ese poder. En el momento en el que empiezas a notar que tus mensajes tienen una repercusión de repente adquieres una responsabilidad de usarlos. Suena muy a Spiderman pero… “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Y es que es verdad. Cuando tus mensajes tienen peso de repente, primero has de vigilar lo que dices, y segundo, teniendo la oportunidad de influir de alguna forma, ¿por qué no hacerlo?
Arnau: pienso que es un error no posicionarse. Es un poco absurdo. Se ha normalizado que en el momento el que eres una persona conocida o influyente tienes que ser una persona sin opinión. Como los futbolistas, donde lo importante son los tres puntos y el equipo. Pues a mí me parece que no. Todos somos personas con una opinión formada, o deberíamos tenerla, y en el caso de que influyamos a alguien con nuestra opinión me parece correcto y normal. Lo raro es que hayamos normalizado que de repente todo nos parezca bien, y más en un momento en el que la ultraderecha está en auge, en el que hay que tomar lucha activa en muchos casos, ya sea con el feminismo, con el medio ambiente… Si te callas en el momento en el que te está escuchando tanta gente estás desaprovechando una oportunidad de cambiar el mundo para bien.
Quizá ese miedo de algunos artistas a posicionarse venga de la Dictadura…
Eric: no sé si será el franquismo o el carácter ese que tenemos como de patio de vecinos y que de repente por cualquier cosa puedes ser linchado públicamente. Creo que nos hemos instalado ahí y es superinsano a todos los niveles. Hay una censura como la de Twitter y somos nuestro peor enemigo constantemente.
Tienen canciones con temáticas tan variadas como la celiaquía, ¿cómo se filtra lo que vale o lo que no?
Arnau: al principio no había filtro. Todo valía y todo estaba bien. No teníamos pretensiones de hacer conciertos ni de que nos escuchara gente de fuera de nuestro entorno. Ahora sí que hay algo más de filtro para llegar al gran público [[ríe]].
Eric: esto no tiene nada que ver con habernos metido a trabajar con una discográfica. De hecho, desde allí han aplaudido siempre las malas ideas que hemos ido teniendo. No nos han cortado nunca las alas, de hecho, ha sido más bien al revés y nos han dicho que ojalá se nos vaya bien la olla, que es lo que mejor se nos da. En el momento en el que nos ha empezado a escuchar más gente hemos adaptado un poco el mensaje, y quizá visto un poco con perspectiva ha sido un error. Igual lo que teníamos que haber hecho era haber seguido con este lenguaje interno que parece una conversación entre Arnau y yo... Y que lo entienda quien lo tenga que entender. Pero bueno, conserva algo de eso.
¿Y qué hay de las discográficas? ¿Son tan duras como parecen?
Arnau: creo que nosotros somos un caso atípico porque también tenemos un tipo de contrato que, dentro del sector, se llama licencia y no es un contrato al uso. Pero las discográficas al final son personas, y te puedes llevar mejor o peor con ellas. Estás trabajando con un equipo, que toma decisiones para que la discográfica vaya mejor pero también para que tu grupo vaya mejor. Nosotros hemos tenido una relación con Sony, a ratos cordial y a ratos muy buena. También era difícil que nos cuidaran como a cualquier otro grupo porque era un grupo que terminaba, que no tenía futuro, e invertir en un grupo con un final escrito pues quizá no era una buena idea. Pero las discográficas son un mundo para cada grupo y no actúan igual para todo el mundo.
Eric: Yo quiero añadir que las discográficas me parecen un modelo de negocio que está perdido, tocado y hundido. Al nivel de la tele más casposa. Es un modelo que ha ido cambiando en los últimos años, intentando adaptase a una realidad que había y me parecen como dinosaurios a pesar de que hay gente muy válida ahí. Creo que se está intentando readaptar una vez más, y a ver hasta cuándo se pueden reinventar. Ahora tu puedes ser tu propio canal y escaparate. Antes amasaban un montón de poder, pero ahora cada artista puede currarse su camino sin necesidad de tantísimos intermediarios, porque al final hay muchos.
Huyen bastante del amor en las canciones, ¿está muy visto ya?
Arnau: analizándolo año a año, y canción a canción, la conclusión que sacamos es que el hecho de haber escrito las canciones con esta dupla y esta obligación de que todo pasase por la revisión y la aceptación del otro, las canciones tenían este punto un poco más impersonal, y si hay algo que sea personal por necesidad es el amor, y esto hacía que no escribiésemos sobre el amor porque era algo que quizá uno podía sentir el amor de una forma y el otro no. Es raro escribir al amor de forma personal y sincera como hablando por dos bocas a la vez.
Eric: también fue un poco una premisa de salida. Antes de componer la primera canción tuvimos una conversación en la que nos planteamos que ya había mucha gente que hablase de amor y sobre el amor se ha dicho todo y de un millón de formas. Así que intentamos hablar de algo que no fuese amor, que es el tema más sobado de la historia.
O sea, que para ustedes era muy importante que en la composición el otro se sintiese plenamente identificado…
Eric: bueno, más bien era una negociación. Entonces, al final tenías que llegar a un punto en común. Y en temas tan íntimos y personales como el amor, este acuerdo es mucho más difícil. Igual por eso hemos hablado de sentimientos más compartidos o de temas más random en los que de repente podíamos coincidir y ver que fluía.
Quiero que los dos digan el tema del que se sienten más orgullosos.
Arnau: 'Eric Blanch' porque resume una situación muy compleja llevada con mucha madurez y mucha inteligencia está mal que lo diga yo, pero estoy orgulloso de cómo lo hemos llevado. Y creo que la canción resume justamente eso, y es muy especial.
Eric: yo estoy muy orgullos de ‘Quiero, quiero y quiero’ porque me parece un punto de inflexión en todo lo que habíamos hecho antes. De repente decidimos ponernos serios y hacerlo de una forma, reivindicando que también podíamos hablar de temas más profundos. Aparte, fue el primer single del segundo disco, funcionó genial y nos dio un rebufo. La campaña que lleva también la ONG Petits Detalls, con la que estuvimos en Uganda rodando el videoclip, todo en conjunto me encantó. Y ojo a 'Don Micilio' por lo bien que nos lo pasamos armando toda la campaña con el restaurante falso, la gente llamando a un número de teléfono, quemándolo… si hubiese un Grammy a la mejor campaña de marketing, ese tema lo habría ganado.
Arnau: 'Don Micilio' es una idea malísima llevada hasta el final. Muchísimo esfuerzo y dinero al servicio de una mala idea.
Me llama la atención que con lo que se mojan en todo, de la cuestión nacionalista casi no hablen. ¿Por qué?
Arnau: pues porque nos cagaríamos en su pecho o nos daría igual [[ríe]]. En su momento tuvimos dudas con lo de ‘Revolución Bananera’ porque el nombre del disco se iba a llamar ‘República Bananera’ pero estaba justo en las fechas del 1 de octubre, y no queríamos que se relacionara con eso porque no tenía nada que ver. Somos dos catalanes haciendo música y criticando políticas de todo tipo, pero no queríamos meternos especialmente en eso porque si no ya eres el catalán independentista y ya te ponen una etiqueta que tampoco tenemos.
Eric: a mí el nacionalismo me da la misma pereza que la política. Soy hippie y hay nacionalismos sanísimos, y esto lo he visto viajando. Gente que está orgullosísima de su tierra y que te acoge con los brazos abiertos pero también hay mucho nacionalismo mal entendido, y cuando además se mezcla con estrategias políticas me da mucha pena. Y en mi familia se ha discutido mogollón de política, el día de Navidad peña que se ve una vez al año enfadada. Da mucha rabia.
Arnau: y cuando viajas tanto por España llega un momento en el que eres catalán pero eres de España, igual que podrías ser del mundo. Es hippie total, pero al final te sientes de donde pasas más tiempo y cuando pasas más tiempo en una furgoneta no te sientes de ningún lado.
Eric: Yo vivo en Madrid desde hace años. Hemos estado viajando por toda España 12 catalanes hablando catalán y nunca hemos tenido ninguna movida. Eso también dice mucho.
¿Tendrán oyentes de Vox?
Eric: sí, seguro.
Arnau: algún despistado habrá, sí [[Ríe]].
Lo digo porque en ‘No sé nadar’ terminan diciendo: ‘No sé quién vota al PP’
Eric: Lo canta la gente del PP encantada. Creo que tenemos un público que se sabe reír de sí mismo, y si hay algún garbanzo en el bote de lentejas, pues bienvenido sea.
Arnau: a ver si con un poco de suerte se convierte [[Ríe]].
Mencionan el sexo frecuentemente en sus canciones, y en ‘El gusto es mío’ ya rematan. No sé si se han dado cuenta de que es algo poco habitual en las mujeres...
Arnau: hostia, igual es un poco más tabú, ¿no? Aunque bueno, también es tabú en general en los medios carcas. Y supongo que si lo hace una mujer es aún más escandaloso.
Eric: es una realidad al 100%. Hace poco ha habido una polémica con un tema de Tokischa que tampoco es que yo sea el gurú del urbano, pero tiene un tema hipersexualizado y, de repente, todo el mundo le fue al cuello. Y hubo una reflexión muy interesante sobre que llevábamos años con canciones así por parte de hombres y cuando las hace una mujer empoderada hablando de su vida sexual, ¿y la van todos al cuello? Es menos habitual y es más tabú, sin duda. Pero poco a poco iremos rompiendo moldes.
Quizá hacen falta más canciones hablando de sexo…
Arnau: pues sí, porque además cuando se hacen es como que se hacen desde la cosificación y la sexualización hacia la mujer, pero no de una forma sana, divertida o realista. Porque ni en las películas se habla de forma sana sobre el sexo, y eso creo que genera muchos traumas y falsas expectativas. En general, deberíamos normalizar hablar sobre sexo en todos los ámbitos.
¿El final de Arnau Griso es definitivo? ¿O quién sabe?
Arnau: tenemos un precio.
Eric: ahora mismo estamos obligados a decir que es el adiós definitivo del todo porque lo sentimos así. Pero la vida es larga y nunca se sabe. Pero tenemos un precio me ha parecido un buen resumen porque no hay que olvidar nuestro origen catalán y nuestro amor al dios dinero. [[Ríe]]
Arnau: Lo de menos es nuestra relación y hay que ser coherente y pensar en la universidad de nuestros no hijos [[Ríe]].
Eric: fuera cachondeo, estoy seguro de que va a haber un montón de cosas que vamos a añorar y que todavía no somos conscientes de hasta qué punto. Así que el tiempo dirá, pero en principio es algo definitivo y muy, muy meditado.
Son músicos de casualidad pero ya no quieren hacer otra cosa, ¿verdad?
Arnau: creo que es inevitable que hagamos música pero igual no de la misma forma.
Eric: eso seguro, lo que ha salido en los últimos años es Arnau más Griso, entonces en el momento en el que hagamos música va a ser distinta por cojones.
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