El Ayuntamiento de Santander pedirá a la empresa de patrimonio TSA, responsable de la custodia de los fondos de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, que “rectifique” su informe sobre el estado de conservación de los mismos, especialmente en lo referente a los daños derivados de las labores para la extinción del incendio del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS), ocurrido en noviembre de 2017.
Y es que, según ha explicado el Consistorio en un comunicado, los informes de los Bomberos de Santander “contradicen” lo que dice el elaborado por TSA, en el que se aseguraba que los libros más valiosos de la Biblioteca Menéndez Pelayo --ubicada junto al MAS-- se mojaron como consecuencia de las labores de extinción de incendios.
El Ayuntamiento ha explicado que, a la vista del informe solicitado al Servicio Municipal de Extinción de Incendios con el objetivo de conocer si se había vertido agua sobre la biblioteca o no, los Bomberos son “tajantes al asegurar que no se actuó en ningún momento sobre el edificio de la Menéndez Pelayo”.
Tras ello, la Comisión de Cultura abordará el lunes, 26 de septiembre, los informes elaborados por los Bomberos de Santander que fueron solicitados por la concejala Miriam Díaz, que era la responsable de Cultura en el momento del incendio, tras conocer el estudio elaborado por la empresa TSA.
Además de solicitar a TSA la modificación de las conclusiones de su informe, se le pedirá que aclare qué pruebas tiene para realizar las afirmaciones que refleja en su informe o qué fuentes ha utilizado, ya que, según ha insistido el Ayuntamiento, “se contradicen radicalmente con el informe de Bomberos, que también se entregará a la propia empresa”.
Según dicho informe, en palabras del Ayuntamiento, la afirmación de que los libros más valiosos de la biblioteca se mojaron como consecuencia de su actuación, al empaparse las fachadas del edificio de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, “es incierta, no se argumenta con un mínimo de seriedad y resulta de una frivolidad y falta de rigor absoluta”.
Así, añade que quienes han llevado a cabo la evaluación sobre los fondos de la biblioteca, “además de no haber estado en el lugar de los hechos, hasta transcurrido casi un año desde el incendio, desconocen que para sofocar el incendio del MAS, -como se recoge en el informe de intervención del 20 de noviembre de 2017-, en un primer momento se controló el foco principal del incendio a través de los ventanales del museo”.
El informe de los Bomberos municipales continúa asegurando que los técnicos redactores de los informes de TSA deberían saber que verter agua sobre la fachada de los edificios no tiene ninguna acción sobre el foco del incendio, al igual que “refrescarlas”, cuando se trata de paredes de fábrica realizadas con materiales no combustibles.
El servicio municipal asegura además que, durante las fechas en las que se inició el proceso de rehabilitación y mejora de la Biblioteca de Menéndez Pelayo (verano de 2019), el jefe de servicio llevó a cabo una visita a las instalaciones a petición del equipo técnico encargado de los trabajos, para evaluar si las humedades que presentaban los volúmenes almacenados en el despacho del director, junto a la fachada este, podrían achacarse a humedades por el agua del incendio.
“Durante la visita, pude comprobar que en el interior de la fachada Este se observaban humedades derivadas de las patologías constructivas comunes a este tipo de edificaciones; informando a los técnicos que durante los trabajos de extinción del incendio en el museo no fue vertida agua sobre esta fachada. Me ofrecí a realizar el correspondiente informe, pero no obstante, me indicaron que no resultaba necesario, en cuanto que lo que se pretendía era vincular los trabajos de restauración de estos volúmenes a los daños causados por el incendio del Museo de Bellas Artes”, según consta en el informe, asegura el Ayuntamiento.
Los Bomberos incluyen además tres fotografías del día del incendio, en las que puede observarse que las fachadas de la Biblioteca y del Museo se encontraban secas antes de dar por finalizada la intervención, para reiterar que la teoría que vincula los daños por humedad de los volúmenes con los trabajos de extinción “es falsa y no se corresponde con la realidad de los hechos”.
Tras dar cuenta en comisión, el Ayuntamiento de Santander remitirá los informes existentes al Ministerio de Cultura para solicitar su colaboración y ponerse a su disposición para seguir trabajando en la conservación de la Biblioteca de Menéndez Pelayo y sus fondos. Según figura en el informe elaborado por la empresa responsable de su custodia, la reparación de los 590 ejemplares afectados, del total de volúmenes que ronda los 42.000, superaría los 600.000 euros.
“El Ayuntamiento de Santander ha sido el primero en poner de manifiesto la necesidad de actuar sobre el patrimonio de la Menéndez Pelayo en todas las legislaturas. De hecho, desde 2015 se viene poniendo el foco en la necesaria rehabilitación del edificio y la conservación de los fondos. Se propuso al Ministerio financiar los trabajos, un compromiso de Iñigo de la Serna; se impuso el estudio y traslado de los fondos; y se consiguió que el Gobierno de Cantabria firmase un convenio de colaboración para digitalizar, restaurar y poner valor un patrimonio mundial de incalculable valor para el que ahora solicitamos ayuda al propio ministerio de Cultura”, ha indicado la concejala Miriam Díaz, que participará en la Comisión de Cultura del próximo lunes.