La Fiscalía pide 13 años a los dos jóvenes acusados de matar a otro en el apeadero de Boo
La Fiscalía de Cantabria pide una pena de trece años de cárcel a cada uno de los dos jóvenes acusados por la muerte de otro durante una agresión en el apeadero de Boo de Piélagos, que tuvo lugar el pasado mes de febrero.
El ministerio público imputa un delito contra la vida (homicidio) a ambos investigados, entonces 19 y 20 años y vecinos del municipio donde ocurrieron los hechos, desde los que se encuentran en prisión provisional.
Entiende esta parte que actuaron de forma concertada en la paliza, que costó la vida a un chico de 21 años de Polanco y por eso les reclama trece años de encarcelamiento, por un homicidio doloso, según ha podido saber Europa Press por fuentes conocedoras del caso.
La fiscal de la causa retiró el ilícito de omisión del deber del socorro, que sí aprecia la acusación particular, ejercida por familiares de la víctima. Los allegados del fallecido piden doce años de cárcel por el homicidio y una multa por la omisión del deber del socorro, según han apuntado las citadas fuentes a esta agencia.
Entre tanto, las defensas han traslado a esta agencia su total disconformidad con la calificación de los hechos como un homicidio doloso -en vez de imprudente- y, en consecuencia, con las penas solicitadas.
La investigación ha sido dirigida por el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Santander y el juicio será con tribunal de jurado.
El suceso tuvo lugar sobre las siete de la mañana del día 3 de febrero, sábado, en el apeadero de Boo, donde se bajaron los acusados y la víctima después de una breve discusión dentro del tren minutos antes.
Ya fuera del convoy se produjo una agresión conjunta durante la cual los dos procesados propinaron puñetazos y patadas al chico de Polanco, hasta arrojarle a las vías del tren, donde falleció.
Según el informe forense, al que ha tenido acceso esta agencia, la muerte se produjo por conmoción medular, que afectó a los centros de control de la respiración, generando movimientos de inspiración y expiración “desorganizados e ineficaces”, derivado todo ello del impacto con las vías al ser arrojado a las mismas.
Tras lo sucedido, el magistrado instructor abrió diligencias por homicidio, al considerar que se produjo una “brutal agresión” de los dos encausados al fallecido.
En la resolución en la que decretó el encarcelamiento preventivo, aludió a dos testigos que vieron cómo los implicados “arrastran a la víctima por la fuerza” hasta el apeadero, donde comenzaron a pegarle “puñetazos en la zona de la espalda y de los costados”.
Después, añadió el juez, le llevaron hasta la valla negra de la estación y le tiraron al suelo, donde le siguieron propinando patadas “por todo el cuerpo, cabeza incluida”, hasta darle una “tan fuerte que acaba por arrojarle a las vías del tren, donde el joven finalmente fallece”.
Señaló también que si bien en ese momento el forense no pudo determinar la causa inmediata del deceso, “es meridiano que lo que sí informa es que la muerte es de etiología 'violenta en estudio', es decir, no causada por una circunstancia endógena a la víctima, sino exógena”.
0