El Gobierno de Cantabria ha prorrogado dos semanas el cierre al público del interior de los establecimientos de hostelería y restauración debido a que la situación de la pandemia de la COVID-19 en la comunidad autónoma sigue siendo de “riesgo extremo”.
Esta prórroga se recoge en una resolución del consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, publicada este jueves en un Boletín Oficial de Cantabria (BOC) extraordinario y entrará en vigor a las 00.00 horas de este sábado, 21 de noviembre.
También se prorroga por 14 días el cierre de casinos, establecimientos de juegos colectivos de dinero y de azar, salones de juego, recreativos, rifas y tómbolas, locales específicos de apuestas y otros e instalaciones asimilables a los de actividad recreativa.
La resolución explica que el informe de evaluación de riesgo y propuesta de medidas ante la situación epidemiológica emitido por Salud Pública el 18 de noviembre señala que la situación de COVID-19 en Cantabria es de “riesgo extremo”.
Así, señala que del 6 al 18 de noviembre los indicadores sanitarios (ocupación hospitalaria y ocupación de UCI) se han incrementado (nivel 4) y solo los indicadores epidemiológicos a 7 días (incidencia acumulada, incidencia acumulada en mayores de 65 años y positividad de las pruebas diagnósticas) muestran un “mínimo decrecimiento”, manteniéndose en el nivel 4.
Por este motivo, se propone esta prórroga por un plazo de 14 días naturales (revisable en función de la evolución de los indicadores epidemiológicos y de impacto sanitario) para los citados establecimientos, pudiendo mantener abiertas las terrazas siempre y cuando se cumplan las medidas de seguridad establecidas.
El objetivo de esta medida es “detener los contagios para evitar el aumento de los mismos, reducir la sobrecarga de enfermedad y la mortalidad en la población y el colapso sanitario”, señala la resolución.
De esta manera, se pretende restringir la generación de casos secundarios y cadenas de transmisión fuera del entorno de los convivientes e inmediato (grupo burbuja), así como disminuir los espacios y oportunidades donde los factores de riesgo son mayores y la adherencia a las medidas de prevención es menor.
También se persigue reducir el número de personas expuestas a casos en el ámbito social, el número de brotes y el número de casos asociados con vínculo epidemiológico en el ámbito social, así como restringir la generación de casos secundarios y cadenas de transmisión en el ámbito social a partir de casos asintomáticos no diagnosticados.
“El fin último que se pretende alcanzar, proteger el derecho fundamental a la vida y a la integridad física, resulta, en este caso, proporcional a las consecuencias que supone mantener el cierre” de estas instalaciones, concluye la resolución.