Cuando quieren, pueden

Cuando quieren, pueden. El gobierno ha anunciado un plan de rescate por el coronavirus de 200.000 millones de euros, el 20% de nuestro PIB, la mayor movilización de dinero de nuestra democracia, dedicado a ayudar a las familias, los trabajadores y las empresas. A diferencia de 2008, donde se rescató al capital y se recortó a las personas, aquí el Estado asume el golpe y reparte la carga aunque podría aligerarla aún bastante más a los más precarios. Cuando quieren, pueden pero se podría más.

Se establece una moratoria al pago de las hipotecas para trabajadores vulnerables y contagiados por el virus, se prohíbe cortar los suministros durante el próximo mes a las familias más desfavorecidas, se pagará el paro a los afectados por un ERTE aunque no hayan cotizado suficiente, se podrá reducir la jornada para el cuidado de menores y dependientes. Pero ni se suspende la cuota de autónomos ni se aplica la misma moratoria a los alquileres ni hay ayudas directas a las familias o Renta Básica durante la cuarentena. Se podría más.

Se podría garantizar el salario de los trabajadores como en Dinamarca. Se podría prohibir despidos como en Italia. Y se podría hacer universal la moratoria de hipotecas y suministros como en Francia. Se podrían nacionalizar empresas privadas como han hecho con Alitalia o como ha anunciado que hará Macron. Entre las muchas cosas que estamos aprendiendo de esta vertiginosa crisis del coronavirus es lo mucho que se puede hacer desde un gobierno.

Se puede intervenir la sanidad privada. Se podría revertir la privatización de la pública. Se pueden nacionalizar los servicios básicos, desde la salud al transporte pasando por la energía, para que no sean un negocio. Se puede intervenir en el mercado y en la banca para proteger a los ciudadanos ante desahucios o cortes de la luz y el agua. Se puede exigir a los bancos que devuelvan el rescate de 65.000 millones de euros para ayudar en esta crisis. Se puede prohibir, como ha hecho España, que empresas extranjeras compren a las españolas aprovechando su debilidad. Se puede prohibir al mercado hacer cosas. Se puede rescatar a las personas y redistribuir la riqueza. Se pueden reducir las emisiones como en estos días para evitar el cambio climático.

Se puede hasta hacer un referéndum sobre la monarquía y la república para acabar con el otro coronavirus, el virus de la corona. Se puede. Recordadlo cuando todo esto haya pasado y alguien diga que no.

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