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No nos conformemos con esto

No se lo tome a mal, de verdad. No es “aparte de ser madre”, es también porque es madre. Tiene usted toda la razón. El problema es que el argumento además de falso, es maniobrero. No va contra las madres, sino a favor de que no se pueda hablar de clases sociales. De que hablemos de padres y madres, negros y blancos, homosexuales y heterosexuales en lugar de hablar de lo que de verdad importa.

Cuanto menos se habla de clases sociales, más fácil resulta echarle la culpa a los demás. A las mujeres, a los gitanos, a los burgueses, que siempre acaban siendo un incordio: No cree que ya deberíamos rebelarnos y echarle la culpa a los bancos, a los empresarios, a los directores generales nombrados a dedo por el PP y el PSOE. Pues claro que la sociedad es machista (las mujeres también, por cierto), pero ¿ése es el problema? No se lo ponga tan fácil. ¿Qué quiere: que monten otro Observatorio, un Comisariado, un Telescopio con Número de Urgencias?

Francamente, ¿por qué tenemos que jugar en su tablero? ¿Por qué tenemos que consentirles que ellos decidan “la agenda”? No hablemos de madres y de padres: hablemos de ricos y de pobres. Si le parece bien.

Acérquese, le diré algo al oído:

Ella dorm. L'hora que els homes

ja s'han despertat, y poca llum

entra encara a ferir-los.

Amb ben poc em tenim prou. Només

el sentiment de dues coses:

la terra gira, i les dones dormen.

Conciliats, fem via

cap a la fin del mon. Non ens cal fer res per ajudarlo-lo.

¿A que es enternecedor? Pienso lo mismo.

Por si acaso alguien no habla catalán en la intimidad, como Aznar, nos viene siendo, sobre poco más o menos:

Ella duerme. La hora a la que los hombres

ya se han despertado, y poca luz

entra todavía a herirlos.

Con qué poco tenemos suficiente. Nada más

que el sentimiento de dos cosas:

la tierra gira y las mujeres duermen.

Reconciliados, avanzamos hacia

el fin del mundo. No hace falta que ayudemos en nada.

Es un poema, titulado Oci, de Gabriel Ferrater, que era un poeta en verso como el vermut en copa ancha: de Reus, amargo, a punto de ser una bebida fuerte, pero siempre aperitivo.

¿Por qué? Porque un vermut es algo que sólo se puede tomar con aceitunas.

Hablemos de madres y de mujeres, pero para que nos hagan caso.

Y para eso, como uste dice, quiza serìa mejor no hablar de mujeres y hombres, sino de personas que ya no aguantan ma`s.

Como usted. Como yo.

No se lo tome a mal, de verdad. No es “aparte de ser madre”, es también porque es madre. Tiene usted toda la razón. El problema es que el argumento además de falso, es maniobrero. No va contra las madres, sino a favor de que no se pueda hablar de clases sociales. De que hablemos de padres y madres, negros y blancos, homosexuales y heterosexuales en lugar de hablar de lo que de verdad importa.

Cuanto menos se habla de clases sociales, más fácil resulta echarle la culpa a los demás. A las mujeres, a los gitanos, a los burgueses, que siempre acaban siendo un incordio: No cree que ya deberíamos rebelarnos y echarle la culpa a los bancos, a los empresarios, a los directores generales nombrados a dedo por el PP y el PSOE. Pues claro que la sociedad es machista (las mujeres también, por cierto), pero ¿ése es el problema? No se lo ponga tan fácil. ¿Qué quiere: que monten otro Observatorio, un Comisariado, un Telescopio con Número de Urgencias?