Frente a los ejemplos de comportamientos y acciones incívicas, el conjunto de la población de nuestra región y de nuestro país cumple las medidas de seguridad así como las normas marcadas durante el confinamiento y en la presente fase 0.
El estado de alarma se aprobó hace 60 días durante los cuales ha destacado el comportamiento ejemplarizante de la inmensa mayoría de la población que, además, se ha caracterizado por la reflexión. Quién más o quién menos ha caído en la tentación de reflexionar. El tiempo, la soledad, la libertad, la sanidad, la seguridad, la familia, la igualdad de género o el trabajo han sido algunos de los temas protagonistas de esos pensamientos. La cuarentena se ha convertido en un espacio de tiempo extra en nuestras vidas que ha dado lugar a cuentos y moralejas muy distintas, dependiendo de nuestra situación laboral, educativa, familiar e, incluso, según nuestro paso por esta crisis sanitaria. Sin duda haber pasado la COVID-19 de una forma u otra habrá marcado significativamente a gran parte de la población.
Nuestro paso por esta pandemia global es cuestión de perspectiva. Habrá quienes se fijen en los pequeños detalles, quienes salgan valorando el contacto físico que antes despreciaban o quienes hayan descubierto todo aquello que puede verse desde sus ventanas que, hasta ahora, había pasado desapercibido.
Frente a los ejemplos de comportamientos y acciones incívicas, el conjunto de la población de nuestra región y de nuestro país cumple las medidas de seguridad así como las normas marcadas durante el confinamiento y en la presente fase 0.
El estado de alarma se aprobó hace 60 días durante los cuales ha destacado el comportamiento ejemplarizante de la inmensa mayoría de la población que, además, se ha caracterizado por la reflexión. Quién más o quién menos ha caído en la tentación de reflexionar. El tiempo, la soledad, la libertad, la sanidad, la seguridad, la familia, la igualdad de género o el trabajo han sido algunos de los temas protagonistas de esos pensamientos. La cuarentena se ha convertido en un espacio de tiempo extra en nuestras vidas que ha dado lugar a cuentos y moralejas muy distintas, dependiendo de nuestra situación laboral, educativa, familiar e, incluso, según nuestro paso por esta crisis sanitaria. Sin duda haber pasado la COVID-19 de una forma u otra habrá marcado significativamente a gran parte de la población.