Los ecoesquemas, principal escollo entre los Veintisiete para resolver sus diferencias sobre la nueva PAC
Los ministros de Agricultura de la Unión Europea retoma este martes las negociaciones sobre la nueva Política Agrícola Común (PAC) después de una primera jornada en la que han quedado patentes las discrepancias todavía pendientes de solucionar entre las capitales, sobre todo con respecto a los ecoesquemas.
Los responsables del ramo de los Estados miembros mantuvieron un debate público por la mañana del lunes en el que cada uno expuso sus opiniones sobre el borrador que tenían sobre la mesa. Ninguno de los países mostró un rechazo frontal al documento, lo que mantiene abierta la puerta a un acuerdo, pero todavía deben encontrarse puentes para resolver algunas cuestiones.
Terminado ese debate, Alemania, en calidad de presidencia de turno de la UE, dio paso a lo que en jerga comunitaria se denomina 'confesionarios', que son reuniones a tres bandas entre la presidencia, la Comisión Europea y cada uno de los Estados miembros. Además, tuvieron lugar encuentros bilaterales como por ejemplo el que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, mantuvo con su colega francés Julien Denormanie.
Según han explicado fuentes comunitarias, los trabajos comunitarios se han prolongado y lo más “plausible” es que el Gobierno alemán presente un nuevo documento modificado este martes por la mañana.
Aunque son varias las cuestiones que separan todavía a los Estados miembros, la más importante sigue siendo la arquitectura 'verde' de la nueva PAC, y en especial los regímenes en favor del clima y el medio ambiente conocidos como 'ecoesquemas'.
Los ecoesquemas serán un nuevo pago en el marco de la política agraria comunitaria que los países tendrán que ofrecer de manera obligatoria a los productores, aunque éstos podrán decidir voluntariamente si se acogen a ellos o no. Es decir, se trata de unos requisitos 'verde' adicional pero opcionales que van más allá de la condicionalidad obligatoria.
El documento elaborado por Alemania para la reunión de este lunes preveía reservar un 20% de las ayudas directas de cada país a este tipo de regímenes y establecer un periodo de transición con cierta flexibilidad para lograrlo durante los dos primeros años de la PAC (2023 y 2024), pero esta iniciativa no cuenta con el apoyo de todas las capitales.
En particular, la medida preocupa a los países del Este, como Hungría, Bulgaria, Eslovaquia o Rumanía, y también preocupa a otros socios como Italia, Irlanda o Croacia. Estas capitales temen que un porcentaje obligatorio a nivel europeo pueda dificultar el desembolso de las ayudas y piden que se establezca a nivel nacional.
Del otro lado, socios como Dinamarca o Portugal están a favor de fijar un porcentaje mínimo de los pagos directos para los ecoesquemas a nivel europeo y creen que el 20% es un “buen punto de partida”. Países Bajos quiere ir incluso más lejos y aboga por elevar ese umbral al 30%.
Sobre esta cuestión, el ministro Planas ha afirmado que España podría aprobar un peso mínimo del 20% destinado a estos nuevos regímenes verdes, pero ha solicitado que las medidas de flexibilidad se amplíen hasta 2027 y no se limiten a dos años.
Además de los ecoesquemas, muchas delegaciones trasladaron precisiones sobre dos de los criterios para acceder a las ayudas, en concreto los referidos a la rotación de cultivo y al porcentaje mínimo de tierras de cultivo que habrá que dedicar a actividades no productivas.
Otro frente abierto es el porcentaje de ayudas que podrá dedicarse a pagos asociados. Bruselas propuso reducirlo al 10% en la nueva PAC, pero el último texto que valoraron los ministros recuperaba el 13% de las reglas actuales.
Los países nórdicos querían reducir esta cifra, pero es el mínimo aceptable para otro grupo formado por Bulgaria, Croacia, República Checa, Hungría, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, que quiere incluso ampliar la lista de sectores a los q se pueden otorgar esas ayudas.
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