“Hasta ocho veces nos han reconocido y no es fácil, hay que trabajar mucho”. Así de orgulloso se muestra Isidoro Ortega Toledo tras recibir el Premio del Cordero de Calidad Diferenciada Gran Selección 2019 que otorga cada año la Junta de Castilla-La Mancha. El Gobierno regional reconoce así el papel de los 160.000 agricultores y ganaderos de la región (en esta y otras categorías) dentro de un sector que representa el 15% de la riqueza regional.
Varias generaciones a las espaldas sustentan la tradición familiar de los Ortega que se remonta a los abuelos de este ganadero albaceteño cuyos productos llevan triunfando décadas.
Este Premio Gran Selección se otorga al producto con Indicación Geográfica Protegida o Marca de Calidad Diferenciada que obtenga la mayor puntuación en el proceso de cata y en el caso de la familia Ortega Toledo no es la primera vez. Es una de las señas de identidad gastronómica en la capital albaceteña en las dos carnicerías que ofrecen sus productos, tanto en el Mercado de Abastos de la plaza de las Carretas como en el Mercado de Villacerrada.
El cordero manchego de esta familia se sirve también en muchas de las mesas de los restaurantes albaceteños. “No salimos fuera. La producción es limitada y la cuidamos muchos. Tenemos una clientela muy buena, tanto en las carnicerías como en los restaurantes”.
Poseen ganadería ovina propia que crían en los alrededores de la capital, unas 500 cabezas, que crían Isidoro y su hermano Ricardo. “La ganadería no es fácil, pero como todos los ganaderos, lo vamos llevando”, explica y reconocimientos como este ayudan en un trabajo que pasa ahora por “seguir mejorando la raza autóctona de la oveja manchega que tiene una calidad de carne y de leche muy buena”.
Y es que, detalla, el esfuerzo ahora pasa por la genética o la morfología apoyados en la Asociación de Ganaderos de la Raza Manchega (AGRAMA). “Gracias a los técnicos sale adelante mucho trabajo. Es una calidad especial la de esta raza”.
El Cordero Manchego con Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) se cría en el área geográfica de La Mancha, en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo. Se trata de una carne “saludable” y de “alta calidad”, tal y como explica el consejero del ramo Francisco Martínez Arroyo.
“Es un producto muy nuestro que hay que defender porque tenemos mucha competencia” apunta el ganadero. Y para saber que son realmente 'corderos manchegos' deberán estar claramente identificados con un sello de tinta que recorre la pierna, costillar y paletilla.
Su temporada alta es, precisamente, el próximo mes de diciembre en el que muchos hogares llevan a sus mesas este alimento, cuya carne tiene un sabor suave, distinto al de otros tipos de cordero que resultan más fuertes y un característico color rosa pálido.
Los corderos manchegos no sólo son alimentados exclusivamente con materias primas naturales, sino que su sacrificio y el procesado de su carne sigue un riguroso proceso, capaz de garantizar su jugosidad, terneza y suavidad. Hay que recordar que estos corderos son alimentados con leche materna durante un periodo mínimo de treinta días, complementada con paja blanca y concentrados autorizados.
Por cierto, el cordero manchego de esta empresa familiar sirve también para elaborar otro de los alimentos ‘estrella’ de Castilla-La Mancha: el riquísimo queso manchego que también este mes de noviembre recibía la noticia de que será protegido de imitaciones en China en virtud de un acuerdo bilateral con el país asiático en torno a las denominaciones de origen españolas.