El Parlamento Europeo afrontará este martes un debate para que los productos que llevan miel en su elaboración o composición incluyan en su etiquetado tanto la cantidad de miel como de qué país procedes esta miel, una petición largamente demandada por el sector productor castellanomanchego.
El pleno examinará una propuesta sobre el etiquetado de varios productos agroalimentarios, entre ellos la miel, que busca ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas y elegir opciones saludables.
Según publica el Parlamento Europeo, dado que los consumidores muestran particular interés por el origen geográfico de algunos productos, los eurodiputados quieren que el país de origen de la miel y las frutas utilizadas para la fabricación de zumos y mermeladas aparezca en su etiqueta delantera. Si provienen de más de un país, deben aparecer en orden descendente en función de su peso en el total.
En el caso de la miel, la propuesta pretende “atajar el fraude de la miel, incluido el uso de jarabes de azúcar que son muy difíciles de detectar”, para ello los eurodiputados proponen un sistema de trazabilidad a lo largo de la cadena de suministro para rastrear el origen de la miel. Los apicultores de la UE con menos de 150 colmenas estarían exentos de aplicarlo.
El presidente de la Asociación de Apicultores de Guadalajara, Ángel Marco, considera “bastante interesante” la propuesta ya que “así el consumidor podrá elegir con más conocimiento”.
“Va a ser mejor también para el sector apícola”, ha señalado este apicultor, convencido de que aunque esta decisión tal vez no salve el mercado de la miel, que en este momento está bastante complicado, pero es “otra forma de que el consumidor sepa lo que compra, y eso es lo más importante”.
Para Marco, esta decisión supone “un adelanto” más para llegar a saber lo que quiere todo el mundo, que no es otra cosa que saber lo que se compra.
Una larga batalla
El sector apícola lleva peleando desde el 2015 para que el envasado de la miel lleve incluido su etiquetado, y si bien hace dos años se realizó una reforma en la que ya se contempla que en dicho envasado figuren los países de donde procede el producto por orden descendente, el sector exigía que viniera también el porcentaje de cada país, algo que por lo que sabe no se incluye todavía, aunque sí que venga dicho porcentaje en otros productos.
También ha reconocido que desde que España tiene la presidencia de la Unión Europea se está “peleando y presionando” también para que productos como la miel cuenten con un etiquetado correcto, una pelea que data de hace tiempo y que debe continuar para que se contemple también la inclusión de los porcentajes, algo que por el momento no se va a poner.
En todo caso, Marco ve con satisfacción que poco a poco a nivel europeo se estén dando pasos en este línea, algo que no solo pasa en España sino en otros países, donde los consumidores también se están dando cuenta y están exigiendo saber lo que compra.
“Cada vez tiene más valor para el consumidor conocer la trazabilidad del producto que compra y el consumidor va a poder elegir”, ha señalado.