Recta final de una campaña de pistacho “bastante buena”, entre 3.000 y 3.500 toneladas en la región
La campaña de recogida de pistacho está afrontando su recta final con buenas perspectivas tanto en calidad como en cantidad de fruto, pese a los meses complicados que han afectado al campo castellanomanchego, con altas temperaturas, sequía, lluvias torrenciales y tormentas de granizo.
Según el director de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha Juan Manuel del Real, “parece que va a ser una cosecha bastante buena”, en torno a las 3.000/3.500 toneladas en la región que llegarán a las 4.000/4.500 a nivel nacional. “La campaña está a dos terceras partes de su desarrollo. La cosecha está siendo razonablemente buena a pesar de todas las dificultades climatológicas que hemos tenido este año y parece que se ha ido sorteando la mayor parte de ellas, incluso las lluvias, en las zonas que no cayó pedrisco, también han beneficiado al último tramo de la maduración del fruto”, asegura.
Para Del Real la cosecha podría haber sido incluso mejor: “La cosecha no ha sido una cosecha tan redonda como se esperaba, pero están entrando nuevas superficies y el pistacho se ha ido salvando de las inclemencias más graves”, apunta.
Hay que tener en cuenta que la producción no deja de crecer ya que año tras año entran en producción las hectáreas plantadas en los últimos ejercicios ya que este leñoso tarda 6 o 7 años en producir, por lo que habrá una verdadera explosión en las producciones en próximos años.
En cuanto a la calidad, “en principio, parece que es buena, quizá con un poquito menos de calibre, que no es demasiado gordo, con un calibre más pequeño, pero sanitariamente de calidad bastante buena”, asegura.
El pistacho es un árbol que se ha adaptado muy bien al clima de la región y tiene resistencia a la sequía, prueba de ello es que la mayoría de las plantaciones castellanomanchegas están en secano. “Es un cultivo que se adapta baste bien al secano, ahora mismo de la superficie que hay en la región, con los datos sin cerrar de la PAC de este año estaríamos cerca de las 60.000 hectáreas, el año pasado había unas 54.000, el 75% de esa superficie es de secano, sólo hay un 25% que tiene riego de apoyo. Es un cultivo que le pasa como a la almendra, se adapta bastante bien a nuestro terreno de secano, que es una ventaja para nuestras circunstancias de poca disponibilidad de agua y sequía”, señala el responsable de Cooperativas.
Rentabilidad y precios
Respeto a la rentabilidad de este cultivo, “parece que los precios que se están barajando en este inicio de campaña arrojan cierta rentabilidad para los productores, el ecológico siempre más alto. Pero digamos que en términos generales es un producto que a día de hoy sigue siendo rentable”.
Actualmente, las cotizaciones de la lonja de Albacete final los precios del pistacho convencional entre 15 y 8 euros el kilo dependiendo de las variedades y calidades, y los ecológicos entre 16 y 9 euros. Estos precios están por encima de los del año pasado en estas mismas fechas.
Sin embargo, señala que, aunque la superficie de pistacheros seguirá creciendo, no cree que el aumento sea tan amplio como en años anteriores. Y esto, a juicio de Juan Miguel del Real, se debe a que “vamos teniendo más conocimiento sobre este tipo de cultivo y aunque el pistacho tiene estos años un precio bastante interesante, no todo es tan sencillo”.
Así, por las características de este fruto, “el productor de pistacho no solo tiene que tomar la decisión de plantar pistacho y que entre en producción, a los 6-7 años, hay que invertir también en industria de procesado porque si no es difícil darle salida. A diferencia de la almendra que el agricultor toma la decisión de ser cultivador de almendra y cuando recoge la cosecha tiene más margen de maniobra para decidir ‘la vendo cuando esté el precio más alto o la vendo cuando encuentre una mejor oferta’, en el pistacho la decisión de qué hago con el pistacho la tienes que tener tomada mucho antes de que entre en producción”.
Esto se debe a que el pistacho debe ser procesado en pocas horas tras su recolección y para ello se necesita una instalación industrial, “porque no pueden recogerlo y dejarlo en un almacén a ver qué pasa. Hay una fase clave, que es cuando se recoge y hay que procesarlo inmediatamente, hacer el descapotado, la limpieza y el secado inicial para que se mantenga la calidad”. Esto supone, a su juicio, “que se va a regular ya el aumento tras unos años en los que hemos tenido un crecimiento muy alto porque muchas tierras de cereal no daban rentabilidad y como alternativa se cambiaban pistacho o almendra”.
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