'ARQUITECTURA para respirar', alude a la inevitabilidad de la arquitectura, porque como el hecho de respirar es algo que está siempre presente, incluso cuando no somos conscientes. Y, a su vez, nos recuerda la definición de Lao-Tse, según la cual “cuatro paredes y un techo no son arquitectura, sino el aire que queda dentro”. Porque la arquitectura no es una disciplina meramente constructiva, sino que tiene mucho que ver con lo intangible del alma.
La Fundación Docomomo Ibérico incluyó en su registro -en 2022- este interesante complejo de arquitectura sanitaria construido en Talavera de la Reina entre 1968 y 1976. En estos días celebraremos la colocación de una merecida placa que reconoce la calidad de los edificios y de su bien conservado entorno ajardinado que es parte esencial de este conjunto.
Por encima de la fama de sus arquitectos o de un diseño de autor, el edificio del actual Instituto regional de Ciencias de la Salud, antiguo Centro Nacional de Demostración Sanitaria que también se denominó Centro Regional de Salud Pública , destaca por la implicación de sus artífices, dentro de un marco interdisciplinar e internacional, en la renovación y mejora de las cualidades físicas y ambientales de este tipo de infraestructuras puestas al servicio de la sociedad.
Sus antecedentes se remontan las conclusiones del congreso de la OMS de 1963 en Le Vesinet (Francia). En aquellas jornadas se plantearon iniciativas para constituir laboratorios experimentales, en contacto con el territorio, enfocadas a la investigación de diversos problemas de salud pública para lo que se crearon unas zonas de demostración que permitiesen verificar la efectividad de las medidas adoptadas y contribuyesen a la formación de los trabajadores sanitarios.
Tradicionalmente, las zonas de demostración sanitaria estaban ligadas a centros universitarios y debían tener una población comprendida entre los 30.000 y los 120.000 habitantes, contar con una distribución urbana y rural que fuese representativa de todo un país y abarcar un territorio definido física y sociológicamente que debía disponer de servicios de salud organizados.
Esta zona –en concreto- contaba, además, con los antecedentes del Centro Secundario de Higiene Rural de Talavera y Puente del Arzobispo de 1932.
La iniciativa partió de un grupo de sanitarios de la Dirección General de Sanidad, seguidores de los postulados de Le Vesinet que habían desarrollado experiencias pioneras en lugares como Tierra de Campos.
En enero de 1965 aparecieron las primeras noticias sobre la creación de un centro sanitario en Talavera con la participación de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) desplazados a España. El proyecto tuvo amplia repercusión en los medios y en octubre de 1968 se aprobó la versión definitiva, con 130 camas y 78.660.048,55 pesetas de presupuesto. Las obras se adjudicaron en agosto de 1970, pero no se iniciaron hasta enero del año siguiente en un proceso no exento de dificultades que concluyó en junio de 1976 con la inauguración oficial del Centro Nacional de Demostración Sanitaria (CNDS) por el ministro Manuel Fraga Iribarne.
Características arquitectónicas del CNDS
De 1965 son primeros informes del profesor Fraser Brokinton sobre los aspectos de organización del centro que debía estar proyectado a base de pabellones, (hospital y escuela)
Recibieron el encargo los arquitectos Gerardo Calviño Martínez y María Pérez Sheriff. El primero era autor del Centro Nacional de Virología de Majadahonda (Madrid) y había trabajado para la Dirección General de Sanidad. María Pérez Sheriff, tras cursar su carrera en Madrid, había ampliado estudios en Estados Unidos y era becaria de Ministerio de Vivienda en materia de urbanismo.
Sus primeros anteproyectos se expusieron ante los Servicios de arquitectura del Ministerio de Salud británico y en septiembre de 1968, se desplazó a nuestro país William Tatton-Brown, arquitecto vinculado a los congresos internacionales de arquitectura moderna (CIAM) en la década de los treinta y antiguo colaborador de André Lurcart y Berthold Lubetkin, que viajó hasta Talavera en calidad de consultor jefe de la OMS y arquitecto-jefe de dicho servicio. Ya aquí, elaboró el informe OMS-España 0030 'Propuesta de Hospital y Centro para la formación de sanitarios en Talavera de la Reina', con previsión inicial para 50 camas, desarrollado por Calviño y Pérez-Sheriff, ampliable vertical y horizontalmente, y susceptible de transformaciones por su diseño versátil, flexible, económico y funcional susceptible de ampliación hasta las 500.
En dicho informe se proponía la construcción de una maqueta que finalmente se realizó, de la que tenemos fotos y que probablemente se conserve, algo dañada, todavía. La participación de W. Tatton-Brown se centró en la circulación de pacientes, diseño de zonas como las cocinas y configuración de las posibles ampliaciones.
Finalmente, se aprobó un edificio con la tercera planta diáfana preparada para ser destinada a futuras necesidades con la colaboración de Ingenieros colaboradores (OF-5) siguiendo las recomendaciones del propio Tatton y un diseño donde tuvieron gran influencia las necesidades y recomendaciones del cuerpo de enfermería siguiendo la tradición inglesa del Royal College of Nursing, y a los tanto María como Tatton, acostumbrados a trabajar con arquitectas, debieron ser muy sensibles.
Características diferenciadoras del proyecto:
-Conjunto de pabellones con distribución escalonada y terrazas visitables, gran superficie acristalada y una amplia zona verde.
-Creación de puestos de enfermería de mucho mayor tamaño a los diseñados por los servicios técnicos de la Seguridad Social.
-Creación de salas de estar para pacientes por primera vez en España.
-Construcción de amplios pasillos para facilitar la circulación de camas.
-Incorporación de amplias terrazas corridas vinculadas a las habitaciones, que pese a la oposición inicial, han demostrado un notable ahorro energético para el centro, a lo largo de décadas de funcionamiento, que fueron especialmente útiles durante la pandemia del Covid-19.
-Diseño arquitectónico enfocado a propiciar una imagen más aligerada y amable que infundiese la sensación de bienestar.
-Utilización de tres patios interiores para la iluminación de las zonas de consultas y numerosos lucernarios para la iluminación natural de quirófanos y paritorios.
-Construcción de galerías registrables para la distribución de los diferentes servicios y suministros que se han convertido en tónica general en diseños posteriores.
-Ubicación exterior de la central térmica, dentro de un entorno ajardinado que forma parte importante del recinto y que es utilizado para diversos cometidos por la gerencia del centro, de tal modo que los 13,350 m² del conjunto edificado se enclavan en una generosa parcela de 26.753 m² con aparcamientos integrados entre las zonas arboladas y ajardinadas que fue diseñado con un animalario para trabajos de investigación que, finalmente, no se construyó, aunque el centro contó en sus inicios con un establo para la obtención de sueros.
La referida maqueta fue expuesta en una exposición sobre arquitectura hospitalaria en la que el edificio se diferenciaba del resto por su funcionalidad y su arquitectura sensible y rica en matices, escalonada y de baja altura, rodeada de jardines, árboles y aparcamientos que llamó la atención de la entonces princesa Sofía.
Hablamos de un proyecto que manifestaba el aprendizaje recopilado por sus arquitectos, a través de sus contactos con el resto de Europa y que llevaron a cabo una arquitectura hospitalaria avanzada y amable que desterraba el recelo que entre muchos sectores generaban los antiguos hospitales y centros de beneficencia, conformando un entorno cuya imagen generase una atmósfera saludable en sí misma que casi 50 años después mantiene sus valores después de que en 1986 se produjese la transferencia del Centro a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, recibiendo el nombre de Centro Regional de Salud Pública y manteniendo funciones similares a las descritas anteriormente.
'ARQUITECTURA para respirar', alude a la inevitabilidad de la arquitectura, porque como el hecho de respirar es algo que está siempre presente, incluso cuando no somos conscientes. Y, a su vez, nos recuerda la definición de Lao-Tse, según la cual “cuatro paredes y un techo no son arquitectura, sino el aire que queda dentro”. Porque la arquitectura no es una disciplina meramente constructiva, sino que tiene mucho que ver con lo intangible del alma.
0