Han pasado ya dos décadas desde que la UNESCO reconociese centenares de sitios con arte rupestre en España. Bajo el nombre 'Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica', se trata de un conjunto de “excepcional envergadura” en el que Castilla-La Mancha tiene importantes “joyas” para mostrar. La celebración de esta efeméride se une este año también con la del centenario del descubrimiento de las obras en Villar del Humo, que se cumplió en 2017 pero que tendrá su continuación en los próximos meses.
El valor turístico de este patrimonio que tiene miles de años, sin embargo, no es tan significativo en la región como puede tener en otros puntos de España. “No es tanto el apoyo que se le ha dado, sino que se ha optado por promocionarlo desde el punto de vista turístico. En Castilla-La Mancha se ha optado por otro tipo de patrimonio monumental y arquitectónico o por otros productos como la Ruta de Don Quijote. Este, sin embargo, es bastante desconocido, porque no se ha optado por opciones más allá de la municipal”, explica Luis Alfonso Escudero Gómez, profesor de Humanidades en la Universidad de Castilla-La Mancha.
Son centenares las muestras de arte rupestre que se pueden encontrar en la región, de los cuales están protegidos por la UNESCO unos 70 en las provincias de Cuenca, Albacete, y Guadalajara. Sin embargo, puntualiza Escudero, si se quiere hacer un impulso turístico de los mismos este debe ser “sostenible”, ya que su acceso suele ser “bastante complicado”. “La visita debe ser atractiva. No puedes hacer subir a un turista a un sitio con pinturas pero sin ningún tipo de interpretación”, explica el profesor. Escudero recalca, eso sí, que el acceso más difícil no puede ser tomado siempre como una desventaja, porque las pinturas están muchas en “áreas preciosas” por lo que es posible “venderlos” como una atracción. “El valor de estas pinturas está en su conjunto y en su relación con el entorno, no sólo en Castilla-La Mancha sino en todo el Levante”, concluye el profesor.
“Joyas” del arte rupestre levantino
“Es una lástima, porque la gente lo entiende. Se establece una vinculación muy íntima con nuestros antepasados tan remotos, es una manera de entender qué pensaban, cómo trataban de entender su entorno natural, su vida. Pero todo debe explicarse, y no puede hacerlo cualquiera, sino por profesionales que sepan a quién se dirige la información”, explica María Perlines, jefa del servicio de Arqueología y Patrimonio de la consejería de Cultura. Coincide con Escudero en que la ubicación de los abrigos es una de las razones por las que no reciben tantas visitas como otro tipo de patrimonio en la región, que no siempre son sencillas de acceder o recorrer.
Perlines recalca que el turismo que se haga alrededor de estas obras debe ser sostenible. La idea, señala, es que se acceda a ellos en condiciones idóneas no sólo de interpretación, sino también de protección y conservación, por lo que se ha optado por promover la visita a sitios “especialmente significativos” que han sido 'musealizados' para garantizar el cuidado de las obras. Es el caso, por ejemplo, del Abrigo grande de Minateda, en Hellín (Albacete), donde se puede visitar un panel de 16 metros con más de 400 figuras, una de las “joyas” del arte rupestre levantino. La Junta ha invertido para limpiar la pared para hacer más claras las figuras y próximamente se podrá visitar dentro del parque arqueológico de Tolmo de Minateda.
Castilla-La Mancha cuenta con inventario de patrimonio cultural donde se pueden encontrar todas las zonas con arte rupestre, que se ha ido construyendo a través de la información que ofrecen los municipios, ya que este tipo de bienes debe constar para aprobar los Planes de Ordenación Municipal o a la hora de hacer investigaciones.
“Muchos no están identificados, precisamente por su ubicación periférica en zonas con menos actividad económica o humana. Esto hace que estén más protegidos, afortunadamente”, señala Perlines. En el caso de aquellos lugares reconocidos por la UNESCO están identificados individualmente, ya que se debió mandar una relación de todos a Patrimonio Mundial. Sin embargo, su ubicación exacta tampoco está difundida, precisamente para garantizar su protección.
La celebración del centenario del descubrimiento de las pinturas en la localidad conquense de Villar de Humo incluyeron la divulgación de la tesis del investigador y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Juan Francisco Ruiz López, con lo que se culminaban décadas de estudio e investigación, en conjunto también con la Junta de Comunidades. El principal objetivo del documento era la difusión para que lo entendiese un público “más allá del especializado” y cubría todo lo referente a la Sierra de las Cuerdas.
Perlines destaca igualmente las obras que se pueden visitar en Nerpio, el término municipal que alberga el mayor número de abrigos levantinos de la región, 37. “Es una concentración excepcional”, afirma. Las visitas aquí han sido “normalizadas” de la mano del Ayuntamiento, y se han hecho inversiones tanto con ayudas nacionales dedicadas a Patrimonio Mundial como a través de la Junta de Comunidades. “Tenemos que dar impulso a visitas de este tipo”, reconoce Perlines, que explica que muchas veces están dirigidas más a la educación local que al turismo, como ocurre con el arte rupestre esquemático de Fuencaliente. “Pero hay otros que son más conocidos y va gente expresamente a visitarlos”, puntualiza.
De cara al aniversario de la declaración de la UNESCO, la Junta prepara, entre otras actividades, un Congreso que contempla el estudio del poblamiento asociado a estas manifestaciones rupestres. Normalmente se estudian desde un punto de vista estilístico, explica Perlines, pero ahora se quiere abrir la palestra a otro tipo de valoraciones de estas manifestaciones que se están estudiando por parte de los investigadores.