‘La poética de la libertad’ es la exposición que abrirá sus puertas las próxima semana en Cuenca dentro de los actos oficiales del IV Centenario de la Muerte de Cervantes en Castilla-La Mancha, organizada por Eulen Art. Una muestra -en realidad son tres exposiciones en una- que según uno de los comisarios de la exposición, Carlos Aganzo, periodista y poeta, “nos llevará de la oscuridad a la luz”, a través de la lucha por los derechos humanos individuales y colectivos como trasfondo.
Una frase de Sancho que aparece en El Quijote recibe al visitante en la catedral de Cuenca. “Nos da la pauta de lo que veremos después”, asegura. Supondrá una “experiencia sensitiva”, según Miguel Ángel Albares, canónigo de la catedral que hacía referencia a la intención final de la muestra: la defensa de la libertad de expresión y los derechos humanos y hacer visible cómo el arte puede convertirse en “vehículo” de la libertad.
En el inicio del recorrido por la exposición se ofrece un ‘guiño’ a uno de los problemas más actuales. Una colorista alambrada refleja el sufrimiento de los refugiados. Es obra del otro comisario de la exposición, Florencio Galindo, representada bajo el título ‘El Laberinto del dictador’ y está unida a las cuatro ilustraciones del Quijote en movimiento que esperan después al visitante. “Casi rozando el cómic”, asegura Florencio Galindo, pero sin abandonar los mensajes vinculados al cautiverio. En este caso, el que sufrió el propio Miguel de Cervantes que terminaría marcando su obra en la que traza “un retrato moral de la época”, rompiendo moldes y dando origen al nacimiento de la novela moderna.
S.A.C.R.E.D: realismo y dolor
Aquí acaban las referencias al IV Centenario de la Muerte de Cervantes, porque el viajero entrará después directamente en el universo personal de AI Wei Wei a través de S.A.C.R.E.D. Son las siglas de una instalación en forma de una gran y oscura caja, el ‘corazón’ de esta exposición que representa la propia experiencia vital de este artista disidente chino, sometido durante 81 días y noches de cautiverio a la constante vigilancia de sus captores.
La muestra, hiperrealista, muestra el dolor y la pérdida de dignidad de una persona privada de libertad e intimidad hasta el punto “de una máxima degradación porque hasta el momento de ir al retrete está vigilado. Es entonces cuando duda y se produce la quiebra de la persona tras 81 días de prisión sin que la luz se apague y con dos personas que siguen cada uno de sus movimientos”, señala Aganzo.
Esta parte de la exposición quiere representar la “superación física y espiritual” de Ai Wei Wei, que terminaría convirtiendo su experiencia en arte. Parte de su obra estará en Cuenca hasta noviembre, aunque aún no se ha confirmado su presencia en la ciudad. Florencio Galindo cree que fue Ai wei Wei quien “cambió el sujeto del arte” al convertir su cautiverio en una expresión artística distinta, “más universal, casi casi como el mensaje que transmite la prensa”.
La exposición abre el próximo 27 de julio
La tercera parte de la muestra se denomina ‘Alta Expresión’ y homenajea a los ‘informalistas’ quienes, capitaneados por Gustavo Torner y Fernando Zóbel, terminaron provocando la creación del hoy Museo de Arte Abstracto de Cuenca. Pueden contemplarse obras de ambos artistas además de Francisco Farreras, Luis Feito, Martín Chirino o Rafael Canogar a las que acompañan fotografías de Juan Barte.
En realidad, la catedral de Cuenca no es un mero “contenedor” para esta exposición sino que se convierte en un elemento más del que disfrutar porque hasta sus vidriales (las vidrieras) de inspiración gótica fueron concebidos por algunos de estos 'informalistas' convirtiéndola en una de las más vanguardistas del país. “Esta catedral supuso el I+D+i del gótico más radical, una auténtica vanguardia en la época”, defiende Miguel Ángel Albares quien confía en que la exposición se convierta en “un lugar de encuentro y diversidad”.
La exposición se abrirá al público el próximo 27 de julio. Un día antes tendrá lugar su inauguración aunque hoy ya pasaban por allí distintas figuras políticas del panorama regional y nacional. El ‘doble’ ministro Rafael Catalá visitaba la muestra - que aún no ha concluido su montaje- sin previo aviso. Lo hacía minutos después de que se presentase ante los medios de comunicación en un acto que contó con la presencia, entre otros, del alcalde de la ciudad, Ángel Mariscal y del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page quien definía esta exposición como “el evento cultural de mayor alcance en España dentro del Año Cervantes”.
La exposición costará 1,5 millones de euros pero se espera que el retorno económico y la proyección turística y cultural de la ciudad sea aún mayor. “Esperamos que sea rentable socialmente, además de un revulsivo cultural”, decía García-Page. En cualquier caso, el 10% de los fondos que se recauden por la venta de entradas (costarán 8 euros a diario y 10 en fin de semana, e incluye la visita a otros museos de la ciudad) se destinarán a Cáritas Internacional y a la Fundación del Vaticano ‘Ayuda a la Iglesia Necesitada’.
Por cierto, el final de la exposición le ofrece dos “sorpresas” al visitante. Por un lado, se podrá contemplar una de las mejores vistas de Cuenca, las de una ciudad “tallada” en la roca desde la fachada trasera de la catedral. Belleza natural gracias a la acción del viento y la lluvia a la que acompaña, en el interior de la catedral, otro ‘arte’ mucho más artificial. Y es que los organizadores han construido “una torre” a la que se puede acceder para contemplar las mejores vistas de la nave central del monumento. Todo un privilegio del que el público podrá disfrutar hasta el próximo 6 de noviembre, fecha en la que cerrará sus puertas. De momento, nos comentan, ya hay entradas vendidas incluso para octubre.