El 21 de enero de 2007 Miguelturra se convirtió en noticia. Pero en una noticia por la que a ningún pueblo le gustaría ser recordado. Aquel día, la localidad ciudadrealeña tuvo el macabro “honor” de convertirse en la primera localidad de España en albergar un asesinato machista, el de Rosario Robles, iniciando el contador estadístico de aquel año que acabaría con cinco asesinatos más, solamente en Castilla-La Mancha.
Aquel día, Jose María Muñoz asesinó a Rosario Robles, con quien tuvo dos hijas durante su relación sentimental. Ella se había separado de él dos años antes para poner fin a una situación continua de maltrato. La noticia publicada en el diario Lanza, el día 22, explica que Jose María le clavó un cuchillo de cocina en el pecho y, después de matarla, se ahorcó colgándose de la rama de un árbol del camino de Sancho Rey. Rosario nunca lo denunció, a pesar de haber soportado malos tratos y amenazas de muerte en reiteradas ocasiones durante su relación.
Miguelturra reaccionó horrorizada. Las crónicas de la periodista Belén Rodríguez describen cómo el “pueblo entero” estaba de “luto”. A ello se sumaba la “impotencia” del Centro de la Mujer, que, a pesar de sus esfuerzos por investigar estos casos y ayudar a las mujeres, no puede parar el puñal del asesino cuando decide llevar a cabo su crimen contra la vida, contra los derechos humanos y contra la dignidad, ni si quiera hoy, diez años después.
Rodríguez recuerda aquel suceso como “uno de los primeros” en los que se daba la circunstancia de que el maltratador asesinaba a su mujer escudándose en cualquier argumento vengativo y, después, se suicidaba. Un patrón que se ha repetido en 13 de los 49 asesinos machistas del año 2017, sin sumar los 10 que, después de cometer su crimen, intentaron suicidarse sin éxito.
Aquel suceso dejó huella en Miguelturra. Y, desde los locales de ensayo de la localidad, los grupos y artistas sintieron la necesidad de responder ante toda esa impotencia de la mejor manera que sabían: con música.
De esa necesidad de gritar, de luchar contra los asesinos, los violentos, los machistas, y todo aquel intolerante que no respeta los derechos y la igualdad de los demás, nació el disco 'Miguelturra, Rompiendo el Silencio', un alegato de las bandas locales contra la violencia de género.
El nacimiento del disco
Jorge Medina, cantante de Cizerone asegura que, después de aquel primer asesinato machista de 2007 “el primer vídeo que te salía de Miguelturra en YouTube era un corte del programa ‘Sé lo que hicisteis’ contando eso”, una situación que, como expresa el cantante de rap, “dolía”.
Por ese motivo, existía la necesidad de hacer algo al respecto. La respuesta vino de la comunidad rockera. El asesinato cometido por Jose María Muñoz coincidió con una época en la que la Asociación cultural 'Agaroth' y los programas de la radio municipal El Tren y Metalheart organizaban diferentes jornadas en torno al rock y su cultura. A una de esas jornadas acudió Óscar Sancho, cantante de Lujuria, de quien surgió la idea de grabar un disco hecho por los grupos locales contra la violencia de género. Como explica Julio Ángel Corral, conductor del programa 'El Tren', Óscar Sancho “dejó el guante al Ayuntamiento, a El Tren y a Metalheart y nos comprometimos a hacerlo y lo publicamos al año siguiente”.
De esa manera, Julio Ángel Corral, Jesús López y el concejal de Juventud en aquellos años, Julián Céspedes, decidieron coordinar todo el proceso. Corral destaca que “desde el primer momento se involucraron todos los grupos locales de Miguelturra y el Ayuntamiento dio su apoyo económico”. Algunos grupos ya tenían algún esbozo, y otros compusieron canciones ad hoc para el disco. Conjuntamente el trabajo salió adelante en un solo año, de manera “totalmente solidaria” y con una mezcla de “ilusión y agobio sano” para cumplir con las fechas estipuladas, ya que, se pretendía que al año siguiente, en el aniversario de aquel asesinato, la noticia fuera cómo Miguelturra, a través de sus grupos musicales, mostraba su rechazo firme a la violencia de género.
No obstante, a pesar de que “el rock se levantara una vez más” por una causa social, Corral también apunta que, debido a fallos en la difusión del trabajo, se perdió “una oportunidad de poner a Miguelturra en el centro de España, esta vez no por un asesinato, sino por cómo su rock protestó contra la violencia de género”. Pero, para el locutor, lo que ha quedado es el “orgullo” de haber realizado 'Rompiendo el Silencio', “el primer disco que se hizo completamente contra la violencia de género”.
Las canciones
“Espinas en el corazón”, “Rompe las cadenas”, “La Niebla”, “Rosas y Sangre”, “Vivir”, “Pero no dices nada”, “Sensación de libertad”, “Perdido en tu locura”, “Para no volver a verte” y “Martes y 13” son las diez canciones donadas o compuestas expresamente para 'Rompiendo el Silencio' por Lujuria, Kebraderos de Kabeza, Kondena, Mare Magnum, Moby Dick, Osiris, Stainband, Agaroth, Ante todo calma, y Cizerone. El disco no estaría completo sin las ilustraciones de Rosario Jaramillo y la fotografía de Rezie Ilhamsyah, entre otras personas y colectivos que también aportaron su energía a éste proyecto cooperativo que, en 2018, cumple diez años.
Para analizar todo ese esfuerzo social y cultural, Compact Cheese organizó el pasado 17 de enero de 2017 una tertulia con los músicos Tomás Rivas y Jorge Medina, la periodista Belén Rodríguez, y la concejal de cultura Fátima Mondéjar, que acudió en calidad de psicóloga y directora de la Casa de Acogida para Víctimas de la Violencia de Género en Ciudad Real. La tertulia se puede escuchar en éste enlace o pulsando “play” en el siguiente reproductor:
Las letras del disco, en muchos casos compuestas durante la adolescencia o con la mayoría de edad de los músicos recién cumplida, tratan de animar a las personas que sufren malos tratos a liberarse de sus agresores, a denunciarles, a “romper las cadenas”, empoderarse y disfrutar de la “sensación de libertad”.
Sin embargo, como señaló Fátima Mondéjar, en ocasiones se tiende a culpabilizar a la víctima porque no sale de esa situación de maltrato, cuando el problema es que “hay una persona que está maltratando, que está pegando, asesinando y está cometiendo un delito” al igual que en los medios de comunicación se habla de “cuántas víctimas hay, pero no cuántos asesinos” o se cae en el morbo y la frivolidad, como denunció Toni Garrido con la campaña #YoNo.
En ese sentido, la canción que cierra el disco 'Rompiendo el Silencio' responde completamente a esas carencias. “Martes y 13” es la historia de un maltratador cuyo nombre podría ser Jorge, Ricardo, Mario, Fernando…
Para la directora de la Casa de Acogida para Víctimas de Violencia de Género de Ciudad Real, “Martes y 13” es una canción que parece escrita por una persona “muy sensibilizada” con la violencia machista, ya que consigue que quien la escuche se meta de lleno en la mente de un maltratador y cómo justifica sus actos. El autor, Jorge Medina, reconoce que la escribió “desde la ingenuidad” de sus 19 años, pero teniendo claro que no quería “frivolizar” sobre un asunto tan delicado. A su vez, con esta canción quería llegar a las “personas ajenas” a la violencia de género, ya que no tenía “nada que contar” a una víctima que vive día a día bajo un régimen de terror y violencia. La canción se puede escuchar al completo en YouTube.
Una década fracasada
Que en un año se cometa un solo asesinato ya denota el fracaso de la sociedad para evitar que esto siga sucediendo y justificándose, como indicó Belén Rodríguez durante la tertulia. Los años con más asesinatos machistas en Castilla-La Mancha han sido 2007 y 2017, con cinco y seis víctimas en total en cada uno. Y, desde 2003, no han dejado de producirse este tipo de crímenes.
A nivel nacional, 2017 también se convirtió en uno de los peores años que se recuerdan, ya que 49 asesinos mataron a 49 mujeres, habiendo, además, 8 menores asesinados. Con estos datos, queda claro que aún queda un largo camino por recorrer para revertir esta situación. Y la manera de hacerlo, como se expresó en la tertulia, es “luchar contra el machismo día a día”, “no consentir comportamientos o comentarios que supongan una humillación” y, sobre todo, fomentar la implicación de todas las personas en fomentar una cultura basada en la paz y la no violencia.