El único investigado por la muerte de los ancianos de Guanarteme tendrá que comparecer los lunes ante el juez

Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria.

EFE

9 de enero de 2025 15:04 h

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El sospechoso de la desaparición y muerte en 2012 de un matrimonio de ancianos en Guanarteme, Rogelio S.T., deberá comparecer todos los lunes ante el juzgado mientras continúe la investigación de los hechos, según ha acordado este jueves el magistrado que instruye la causa, Francisco Javier García García-Sotoca.

En un auto facilitado por el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), el magistrado del Juzgado de Instrucción número 7 de Las Palmas de Gran Canaria ha declinado, sin embargo, acordar la prisión provisional solicitada por la abogada de la familia para Rogelio S.T, subdirector entonces de la sucursal bancaria en la que los ancianos, Antonio Quesada y María Artiles, guardaban sus ahorros.

El magistrado considera que “no existen motivos bastantes” para acordar la medida cautelar demandada por la acusación que ejerce la familia tras la comparecencia realizada por Rogelio S.T. este jueves ante el juzgado encargado del caso, donde ha declarado y se le ha practicado una prueba caligráfica para averiguar si sacó del banco 78.400 euros que pertenecían al matrimonio desaparecido.

Según ha informado a EFE la abogada de la acusación particular, Patricia Catalina, la familia Quesada-Artiles esperaba que prosperara la petición de prisión provisional ante la declaración “absurda, incoherente y contradictoria” que, a su juicio, ha vuelto a ofrecer Rogelio S.T. ante el juez.

Catalina, además, ha cuestionado la prueba caligráfica a la que ha sido sometido el imputado, al que considera autor de dos delitos de asesinato agravado por otro de estafa, así como contra la integridad moral y de lesiones psíquicas.

La familia no se va a rendir y va a llegar hasta donde sea posible para esclarecer lo que les sucedió a Antonio Quesada y María Artiles, ha asegurado la letrada, quien ha recordado que el juez de Instrucción número 7 acordó el sobreseimiento de la causa contra Rogelio S.T. en junio de 2023 y tres magistrados de la Audiencia Provincial ordenaron de nuevo su apertura por entender que existen indicios suficientes contra el imputado.

En el auto de la Audiencia Provincial se dio la razón en todo a la familia, ha recalcado la letrada.

Y es por ello que Rogelio S.T. “hoy por fin” ha vuelto a declarar ante el juez, aunque ha insistido en que la versión que ofreció el imputado ha sido “absurda”.

Así mismo, ha informado de que el próximo mes de abril se tomará declaración a varios testigos de la causa. 

Desaparición de Antonio y María

Antonio Quesada, de 76 años, y María Artiles, de 74, desaparecieron el 6 de marzo de 2012 tras acudir por la tarde a la sucursal del Banco Santander a reunirse con Rogelio S.T., que se encargaba de sus cuentas, y tras ser haber sido vistos caminando por la calle poco después unos metros detrás de él.

Pasados cinco años, el 20 de agosto de 2017, sus cuerpos fueron encontrados en una ladera del barranco de Las Vacas, cerca de la carretera Santa Lucía-Agüimes.

La investigación policial se fijó desde el primer momento en Rogelio S.T., por el hecho incontrovertido de que era la última persona con la que fueron vistos los dos ancianos la tarde en la que se perdió su pista, sobre las 18.30 horas, pero sin que fuera posible averiguar qué les pasó, porque durante cinco años no se supo si seguían con vida y, si habían muerto, cuándo y de qué forma.

La causa dio un giro en agosto de 2017, cuando un cazador encontró en el barranco de Las Vacas los esqueletos de dos personas que rápidamente fueron identificadas como Antonio y María, ya que junto a los cadáveres aparecieron sus DNI y algunos objetos personales.

La autopsia determinó que ambos habían muerto por un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza en una fecha “compatible con el momento de la desaparición, en marzo de 2012”.

Y Rogelio S.T. se convirtió formalmente en sospechoso de su asesinato porque la Policía averiguó que a las 20.44 horas del mismo día en que desaparecieron Antonio y María había recibido una llamada telefónica de su esposa en el móvil a través del mismo repetidor que da cobertura al barranco de Las Vacas; es decir, en el lugar donde aparecieron los cuerpos de los dos ancianos cinco años después.

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