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Coque Malla y su nuevo “ejercicio de libertad”

Coque Malla / Warner Music

Alicia Avilés Pozo

Se pregunta al principio de 'La señal', su primera canción: “¿quién es el hombre en el espejo?”. Pero no porque no se reconozca, que también pudiera ser tras 30 años de carrera, sino porque algo está cambiando a cada momento en la vida de todas las personas, y el objetivo es que “cada uno lo interprete como quiera”. Ese rasgo que no reconocemos cada día es lo que lleva a Coque Malla a arrancar con el primer tema de su octavo álbum en solitario: ‘El último hombre en la Tierra’ (Warner, 2016). Cierto aire clásico, arreglos orquestales “sinfónicos y de jazz” no esconden la esencia pop-rock del último trabajo del exlíder de Los Ronaldos, tras sus fabulosos trabajos en ‘La hora de los gigantes’ o ‘Termonuclear’, entre otros.

Casi recién salido del estudio, la gira de ‘El último hombre en la Tierra’ comienza esta misma semana en Madrid. Pero el sábado, día 5 de marzo, es su puesta de largo en el Círculo de Arte de Toledo. Coque Malla comenta con eldiarioclm.es la importancia que la música ha adoptado en este nuevo álbum, un complejo de arreglos musicales producido por él mismo, su hermano Miguel Malla y José Nortes, con Gabriel Marijuán a la batería, Mac Hernández al bajo, Toni Brunet a las guitarras y David Lads en los teclados. El cantante comenta que es la primera vez que realiza una gira con banda fuera de los circuitos de Madrid y Barcelona, y adelanta que se trata de un show “muy poderoso y con mucha energía”.

Si en anteriores trabajos como ‘Termonuclear’ o ‘Mujeres’ hubo un pensamiento previo de centrar las canciones en un momento emocional concreto, la dinámica ahora ha sido distinta: “no me he planteado que vaya a ser el reflejo de un tránsito emocional, solo me he dejado llevar por lo que quería transmitir y su principal sello son los arreglos orquestales”. Es más, afirma que aunque no hay relato coherente de todas las letras, sí que se trata de un “disco conceptual en los arreglos musicales”. Apunta además que el tratamiento sinfónico de las canciones de rock “no es algo nuevo”, recordando a los Beatles.

Pero en esa fusión han jugado un papel esencial influencias como las de Rufus Wainwright y Neil Hannon, de The Divine Comedy, uno de sus compositores y cantantes más admirados. “Obsesionado” con la obra del artista británico, le reconoce su capacidad para “disparar influencias que ya estaban ahí, desde David Bowie hasta los Beatles, pero él ha sido quien ha llevado más allá la fusión entre la sinfonía y el pop”.

Cine, crítica y público

También discurre por las letras, por los acordes y por los arreglos melódicos la pasión cinematográfica de Coque Malla, algo que también es marca de la casa de sus anteriores trabajos. Referencias a Truffaut, melodías casi de banda sonora, siguen recordándonos que es hijo de actores, que también ha sido actor, y que el cine y la música forman “una alianza perfecta”.

Preguntado por la gran acogida de crítica y público que ha tenido su carrera en solitario, Coque Malla solo lo achaca a su “muchísimo trabajo”. “Yo lo único que sé es que siempre estoy trabajando, investigando, busco nuevos acordes, me arriesgo y supongo que eso a la larga da unos resultados y el público lo acaba notando”, precisa. Por eso pone especial énfasis en realizar su música “con mucha pasión, como un ejercicio de libertad”. “Después de 30 años en esto, no tengo que mantener ninguna pose, solo quiero divertirme y estoy dispuesto a ir donde me lleve la música”.

Finalmente, habla de la época de Los Ronaldos como unos “años increíbles”. “No es ese tipo de pasado como una pastilla que tragas y se diluye. Ese pasado eres tú, tus amigos, tus compañeros. No lo vivo como algo que se vaya diluyendo, sino al contrario, sigue presente. Esa época acabó, dudo mucho que Los Ronaldos se vuelvan a reunir, pero siempre será mi música, parte de mi sangre”, concluye.

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