Castilla-La Mancha activa nueve puntos de tests masivos y abre la tercera dosis a grandes dependientes y sus cuidadores
La incidencia de COVID-19 sigue disparada en Castilla-La Mancha y el 80% de los contagios de la región ya son de la variante ómicron, más contagiosa pero con menor afectación a la salud. El Gobierno regional constata que se trata de un escenario que empeora y que los positivos crecen exponencialmente, aunque con una menor presión hospitalaria que ha llevado a la Atención Primaria a convertirse en la “primera barrera de contención” de la pandemia. Por ello, ha decidido “aliviar” la carga de pruebas de COVID de los centros de salud con la activación de nueve puntos de tests masivos que comenzarán a funcionar mañana y se extenderán progresivamente a lo largo de los próximos días.
Estos nueve puntos centralizados de diagnóstico estarán en las cinco capitales de provincia además de en Talavera de la Reina, Alcázar de San Juan, Puertollano y Azuqueca de Henares. En estos dispositivos se realizarán pruebas de detección siempre con indicación previa de un profesional sanitario. El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha destacado la necesidad de que acudan a los mismos las personas que presenten síntomas o que hayan tenido contacto estrecho con algún positivo.
Es una de las decisiones que ha abordado la Comisión de Salud Pública y Vacunas reunida en la sede del Ejecutivo autonómico y presidida por Emiliano García-Page, que también ha aprobado solicitar un refuerzo del sistema de presencia militar para el rastreo de casos de COVID. Se incorporará a los 120 rastreadores que actualmente tiene ya integrados el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
Este órgano también ha avalado iniciar la inoculación de la tercera dosis de la vacuna, la de refuerzo, a grandes dependientes y a las personas que los cuidan. Este proceso se iniciará en coordinación con la Consejería de Bienestar Social y mediante una “estrategia específica para ellos”, una vez que se ha avanzado en el refuerzo de dosis en las franjas de mayores de 60 años y en los niños de 9 a 11 años.
Al término de la reunión, García-Page ha avanzado algunas de estas medidas, poniendo especial acento en la necesidad de seguir protegiendo a las personas más vulnerables y advirtiendo de que si la incidencia se disparara por encima de un límite (que de momento no se ha definido), a la vuelta de enero se tomarían “decisiones de otro alcance”. También ha adelantado que va a proponer al Gobierno central y al resto de comunidades autónomas -hoy mismo se celebra Consejo Interterritorial de Salud- que las cuarentenas para positivos por la variante ómicron puedan reducirse a cinco días como mínimo, o incluso a tres días si no tienen síntomas y son personas vacunadas.
Con carácter general, el presidente de Castilla-La Mancha ha querido reconocer el “enorme ejercicio de sentido común de la inmensa mayoría de la sociedad”, destacando que “mucha gente se ha autolimitado” sin que exista una obligación legal. “La gente ha tomado conciencia de la nueva variante y sus consecuencias y ha adoptado una posición de más autocontención que en el puente de la Constitución, incluso siendo la Navidad un periodo más largo y más social”.
Según ha dicho, el Gobierno castellanomanchego sigue “minuto a minuto” la evolución de la pandemia y afirma que, lejos de una situación de “excesiva normalidad”, el contexto “evoluciona a peor y sabemos que la incidencia va a subir en enero”. No obstante, teniendo en cuenta que la afectación en fallecimientos y presión en UCI no empeora, ha pedido “mucha prudencia”. “Todos podemos contribuir con nuestra prudencia a que no haya que ampliar el escenario de restricciones que, de producirse, tendrían que tener alcance nacional y alcance global”, ha recalcado.
Además, García-Page ha insistido en que, en un escenario de “movilidad absoluta” entre comunidades autónomas, las decisiones que tuvieron más fortuna en anteriores olas de contagios, “no pueden tener la misma eficacia que al principio”, ya que ahora el crecimiento de contagios “no significa una hospitalización”. Ha aportado para ello un dato: en los momentos peores de la pandemia el 10% de los casos positivos terminaban en hospitalización severa, mientras que hoy la proporción entre casos positivos y atención hospitalaria es del del 1,15%, diez veces menos.
Por ello ha realizado una llamada a la vacunación y a adoptar las medidas “más esenciales, más sencillas y más baratas”, como las mascarillas y la distancia social, frente a una variante que se contagia con rapidez. De hecho, en cuanto a los eventos multitudinarios por la Noche Vieja o la Noche de Reyes, ha estimado que habrá un 15% del nivel de eventos normales, debido a la mencionada “autocontención colectiva”. También ha recordado que la comunidad autónoma aplica medidas estructurales que deben ser luego analizadas localmente. “No le puedo decir a la gente que no celebre la Noche Vieja, pero sí que lo haga con prudencia”.
“Es evidente que estamos en contagio comunitario en España. Eso solo se controla si hay restricción a la movilidad, algo que no se está planteando en España, por lo que nuestra capacidad es tomar medidas intermedias dirigidas a las poblaciones-diana. Este va a ser el eje de medición en los próximos días pero si hubiera que tomar decisiones por incidencia en fallecimientos, no solo las tomariamos, sino que se plantearían a nivel nacional”, ha concluido.
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